El cristo del imperio

“¿Quién dicen ustedes que soy YO? ¡Tú eres el MESIAS, el Hijo del Dios vivo!, responde Pedro (Mt. 16, 16). Desde pedro para acá, se han dado numerosas definiciones sobre ¿Quién es Jesús de Nazareth?; unas acertadas y otras “acomodadas” a los intereses mas mezquinos. Hay un Jesús de los “POBRES”, auténtico, real, del EVANGELIO pero hay otro del “IMPERIO”, coronado de ORO, distante al Pueblo, colocado en lo “alto”, para ser “adorado y glorificado” (no imitado), frío, calculador, justiciero y amenazador, que premia al que obedece al emperador y castiga al que se le opone.

¿Cómo nace el “cristo del imperio”? Los primeros Cristianos fueron perseguidos por el Imperio Romano desde sus comienzos. Eran considerados las “ratas” de Roma a las cuales había que  ELIMINAR porque no se sometían a los mandatos del Emperador ni de las autoridades religiosas de la época. Eran los únicos en el Imperio que no rendían cultos a los ídolos de Roma; por eso fueron llamados “atéis” (ateos) o personas sin culto. Fueron por ello llevados al circo a ser sacrificados por las fieras y los que fueron fieles no claudicaron y ofrendaron sus vidas por aquella FE. Llegó el año 313 d.c. y el Imperio estaba en crisis pues cada pueblo que conquistaba, tenía una nueva “religión” y esto provocaba divisiones entre los súbditos. Necesitaban una SOLA RELIGION que los unificara a todos. El Emperador de la época, Constantino, se le ocurrió una brillante idea: “Hacer del Cristianismo la Religión del Imperio”. Basta ya de persecuciones, de mártires, de muerte; los cristianos ya no serán más perseguidos sino “asimilados” al Imperio. A consecuencia de éste cambio, los Obispos y autoridades ministeriales que antes vivían y andaban como los demás; ahora serían vestidos “como reyes”, con atuendos “romanos”, separados del resto del pueblo cristiano. Hablarían otra lengua (la romana) y eran colocados en un lugar privilegiado del “templo”. Antes, lo cristianos, no tenían TEMPLO pues sentían que el CRISTO AUTENTICO vivía entre ellos, en sus casas y donde quiera que ellos fueran y se reunieran: “donde dos o mas  se reúnan en mi nombre, yo estaré en medio de ustedes” (Mt. 18,20). Los Templos paganos fueron entregados a los cristianos y todas sus riquezas, lujo y esplendor y empezaron a elaborar una “liturgia”a la manera romana y comenzaron a fabricar nuevos “ídolos” que sustituían a los ídolos de las religiones paganas. Así empezó a nacer el CRISTO DEL IMPERIO. Un “cristo” maniatado, aburguesado, alejado del Pueblo; ENCERRADO en una caja de metal con ORO y PIEDRAS PRECIOSAS a su alrededor; adorado por el emperador e impuesto a los demás pueblos del Imperio. A nombre de ese “cristo” se realizaron guerras, se masacraron naciones enteras, sobre todo a los “bárbaros” que nunca fueron aceptados por la iglesia cristiana católica romana. Ese “cristo” se convirtió en un FETICHE del Imperio, un nuevo ídolo a quien todos debían someterse pues sino serían condenados por sus legítimos representantes. Una vez desaparecido el Imperio Romano, el FETICHE siguió “vivo” y otros imperios se adueñaron de él y en nombre de “Roma” se seguía persiguiendo, asesinando y sometiendo a los demás pueblos a su “religión romana”. El imperio Español en su afán de conquista, también utilizó el FETICHE (ídolo) para someter al nuevo mundo e imponerle su “religión”. Se llevaron muchas imágenes del “fetiche” y con su “cruz” y su espada se masacraron muchos “aborígenes” que se resistían aceptar al “fetiche” y a la nueva religión. O se bautizaban y se sometían al Imperio o morían sin compasión. Famosas son las anécdotas de algunos líderes: “Bautícense para que vayan al “cielo”. Ellos preguntaban: Y los Españoles van al cielo? Y los misioneros respondían: Sí claro, ellos están bautizados. Entonces ellos le contestaban: “Entonces no queremos ir al “cielo” para no volver a encontrarnos con ellos”.

El “cristo del Imperio” debe ser DESTRUIDO, eliminado de la mente de la Cristiandad. Debemos enseñar al CRISTO VERDADERO del evangelio, de los primeros cristianos; cercano al PUEBLO, solidario con ellos y no con ningún imperio de éste mundo, sea el romano, el español, el inglés, el ruso o el “gringo”. Vivo entre nosotros y no “encerrado en ningún templo” SINO INSERTADO EN EL PUEBLO, que es el verdadero Templo del DIOS VIVO. Sin riquezas ni piedras preciosas sino sencillo, humilde, justo y veraz; al lado de los pobres de ésta tierra, solidario con su causa; profeta ante los poderosos de éste mundo, reclamando JUSTICIA E IGUALDAD para todos. Creemos en un CRISTO VIVO EN MEDIO DE SU PUEBLO y no en un “cristo” muerto en los altares de los poderosos de la tierra, maniatado a su servicio, hecho a sus imágenes y semejanzas e impuesto a los pobres para mantenerlos sometidos y “obedientes” a sus caprichos con la promesa de entregarles después de muertos un paraíso en el cielo por haber sufrido tanto a consecuencia de sus sometimientos.

Basta ya de “cristos de los Imperios”. Debemos se “atéis” (ateos) de ellos. Que sean destruidos de una vez porque están muertos desde su creación. Inmóviles y sumamente dañinos. Que viva el CRISTO DE LA IGLESIA PRIMITIVA, JESUS DE NAZARETH HISTORICO Y REAL, no prefabricado y acomodado a los Imperios de turno. Amén

Pablo Urquiaga / Párroco en Caricuao

 

Un comentario sobre “El cristo del imperio

  1. EL CRISTIANISMO PRIMITIVO es un movimiento originalmente laico con un anhelo eterno por alcanzar la trascendencia humana y la sociedad perfecta siguiendo a Cristo. Que ha soportado los cambios de paradigmas que se han dado en el devenir, los seísmos, la reforma luterana, la contrarreforma, etc. Porque puede enfocarse de diversas maneras y enmarcarse en diferentes contextos, culturas, modelos y religiones; de todas maneras permanece inmutable. Debido a que la doctrina de la trascendencia humana que Cristo ilustró y predicó, tiene un valor genérico y universal; por ello, pudo injertarse al judaísmo y mantenerse en el oscurantismo privado de la luz de la razón durante dos milenios, sin asfixiarse, cegarse o extinguirse. Y también puede crecer y desarrollarse en el helenismo, el hinduismo, el budismo, el sufismo, y el sincretismo. Y prevalecer en el ateismo, el humanismo, el empirismo, el escepticismo, el nihilismo el misticismo, el positivismo, la nueva Era, la modernidad, la post modernidad, el racionalismo. El reto es sacar el cristianismo del oscurantismo, a fin de que la trascendencia humana refleja en Cristo ilumine al mundo. http://www.scribd.com/doc/42618497/Imperativos-Que-Justifican-y-Exigen-Urgentemente-Un-Nuevo-Enfoque-Del-Cristianismo-a-Efecto-De-Afrontar-Con-Exito-La-Crisis-De-La-Modernidad

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