Pepe Gutiérrez Álvarez / Kaosenlared
No puedo evitar cierta mala uva cuando –normalmente en las críticas de películas, y especialmente en las llamadas de “denuncias”- me encuentro el comentario de “bueno, todos sabemos quienes son los malos”, frase que casi se ha convertido en una especie de soniquete cuando se trata de un título de Ken Loach. Primero porque no pienso que Loach hable de de los “malos”, sino más bien del “mal social” (1), que es bastante más complicado. Luego, porque creo que saber quines son los “malos” es lo mínimo que le puede exigir a alguien que –aunque su mundo sea la pantalla- está en este mundo, un mundo en el que los “malos” se están imponiendo, sobre todo porque los buenos se han ido quedando en casa, o en las salas de cine.
Este asunto, el de “los malo” es tan viejo como el mundo, con una diferencia: nuca el “mal social” ha gozado de tan buena salud. Lo de los “malos” no me convence por más que sé muy bien que todos tenemos una parte oscura –más o menos despierta, más o menos dormida-, y porque hay que convenir con John Keats en que todo es más relativo que en el cine, y que en lo peor siempre se podrá encontrar algo bueno, y viceversa. Cierto es que con esta dialéctica se pueden hacer muchas trampas, pro ejemplo se puede acusar de maniquea cualquier denuncia, y es lo que suelen hacer los de la “tercera España” en relación a los crímenes del franquismo. Su misión es encontrar “contrapartidas”, o sea descubrir que hubo otro extremo en la República, y una vez encontrado, maniobrar con aquello de los mismo son ocho que ochenta…
Todo esto viene a cuento con un tema que –ya lo he dicho- es viejo como la vida mismo, pero que me ha llamado estos día la atención con un libro que acaba de ingresar en mis anaqueles como un regalo bienintencionado –hace medio siglo que no me regalan colonia, y un siglo de la última corbata-, Mala gente (EDAF, Madrid, 2010), y cuyo autor es un periodista llamado Miguel Ángel Linares…
Está claro que el asunto no parece tan sencillo, y dando un paso por Internet me he encontrado ya con algunas discrepancias (elblogdeabasolo.blogspot.com/), en una le achacan el “olvido de Franco, Pinochet, Junta Militar Argentina, Mussolini, etc”, porque “las muertes que cualquiera de ellos produjeron con «pérfida alevosía», supera con mucho a varios de los que incluyes en tu relato”. Hay otra nota en la que se dice: “El insigne señor Miguel Angel Linares también ha omitido, creo que por asco, a dos personajes que son un ejemplo excelso de Mala Gente y que, además, fueron directores suyos en Marca: Manuel Saucedo y Amalio Moratalla: tiranos despreciables, precursores del moobing en la Prensa española…”
Podríamos hablar de Aznar, de la guerra de Irak, de lo que llega.
CM