Estanislao Velázquez
Cómo es posible que sigan comprando todo tan caro, me dice molesta mi amiga. Ella es una excelente Contadora Pública, pero que no sabe nada de sistemas económicos. Aún no logra traducir la frase que dice: “Si no vives cómo piensas, terminas pensando como vives”. Por el contrario, siempre comenta que el pueblo sinvergüenza quiere todo fácil y que es el pueblo el que permite que “la especulación” se imponga por comprar todo al precio que se lo pongan.
Mi querida amiga no reconoce que el “Sistema” se impone degollador sobre una población que lo que hace es sobrevivir. Sino míreme usted a mi, dos horas para llegar a la oficina, evitando estímulos que me recuerden que estoy vivo. Para no retrasarme más de lo que voy, por hacerle cariño a mi perro antes de salir, por determe a saludar al amigo que hace tiempo no veía, por no pasar por alto los dibujos de los niños que exponen en los pasillos del metro y pare usted de contar. Yo insisto en negarme a robotizarme aunque el sistema me sancione.
Cuado no tenía empleo, o sea que era un trabajador desocupado (como dicen los argentinos de manera genial) estaba entregado a la participación. Ahí si es verdad que junto a un grupo de compañeros nos dedicábamos a reunirnos, hacer cartas, reclamar, pedir, proponer.
Pasaron unos meses (en mi caso 19) y los desocupados fuimos ocupándonos, así que teníamos el tiempo reducido para seguir con la misma actividad de antes en la que casi siempre rebotábamos. Era el trabajo, los estudios, la familia o la participación. Es por eso que los del comité de salud fueron los mismos del consejo comunal, de las mesas técnicas de agua, de electricidad, así como eran los voceros de esto y aquello.
Con el tiempo me di cuenta que es humanamente imposible trabajar, estudiar, tener familia, querer al perro y también hacerle seguimiento y control a la gestión pública -o sea, “participar”-. En muchos casos cuando uno quiere enviar un comentario, queja o sugerencia a través de un correo electrónico se frustra ante el hecho de que este medio no está disponible para todos los casos. En cambio si haces una lista de los números que te suministran por el Sistema Nacional de Medios Públcios, puedes llegar a sorprenderte con algo como esto: el 0800-contigo; el 0800-lluvia; 0800-indepabis; 0800-fraude; 0800-reclama; 0800-calidad; el *645 para denuncias y ahora también llegan por el celular mensajes de como denunciar la extorsion y secuestro por el 0800-GUARDIA, entre otros.
Como dice el maestro Luis Britto en su último artículo de su blog (luisbrittogarcia.blogspot.com) “Cuña que denuncia a los especuladores sin recordar que el gobierno tiene poderes para controlar a los especuladores.” Ojala mi amiga se entere.
CM
Un comentario sobre “¡La culpa de todo la tiene el pueblo!”
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