Giulio Santosuosso

Hace algunos días, un amigo me comentó que había leído lo que escribí en este periódico – Ciudad Ccs- hace algunas semanas, sobre la paradoja de la tolerancia, en el cual yo terminaba diciendo que botaría sin piedad los técnicos antichavistas que en Cantv boicotean el trabajo de la empresa; repito, los que boicotean el trabajo de la empresa.

Él me decía que no estaba de acuerdo con mi tesis de que habría que botarlos sin piedad, y me daba un argumento que, de verdad, no sabía si me hacía reír o llorar: “Hay gente muy preparada, técnicos muy buenos, entre ellos. ¡No los puedes botar!!”

De verdad no logro entender qué pasa en la cabeza de nosotros los bolivarianos. Está bien, la Revolución bolivariana es la primera revolución en la historia del hombre basada en el amor y no en el odio; esto está claro, y yo fui una de las primeras personas en decirlo, en el 1998, durante la campaña electoral, en un artículo que publiqué en el periódico del MVR (“La historia vota por Chávez”).

Pero, una cosa es el amor y otra la ingenuidad.

Intentemos imaginar un día en que los escuálidos se lancen a otro intento de golpe de estado. ¿Se imaginan los muy buenos técnicos cómo estarían apoyando el golpe? Cortando las comunicaciones de las comunidades, impidiendo la transmisión de ciertas señales, poniendo el satélite Simón Bolívar al servicio del capitalismo, interconectando los centros comerciales para difundir el consumismo, en lugar que interconectando las escuelas para profundizar la formación socialista, etc. etc.

¿No es obvio que es mucho más peligroso un técnico antichavista muy bueno que un técnico antichavista incompetente? Si todos los técnicos antichavistas que trabajan en Cantv fueran incompetentes, tendrían menos capacidad de hacernos daño.

RM

Cuando el tristemente famoso paro petrolero, ¿quiénes paralizaron a PDVSA? ¿No fueron una técnicos muy buenos?

¿Somos tan, pero tan ingenuos que nunca lograremos aprender?