México, 4 jun (PL) La embajada de la República Islámica de Irán donó al Museo de las Culturas de México un duplicado del Cilindro de Ciro, una de las piezas más importantes de la antigua Babilonia.
Según el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el objeto es considerado la primera declaración de derechos humanos en la historia, y formará parte del acervo de la nueva sala de Medio Oriente Antiguo, en proceso de montaje para ser abierta al público próximamente.
Mahdi Karim, consejero cultural de la embajada iraní en México, hizo la entrega oficial de la réplica en resina del Cilindro de Ciro, cuyo original se exhibe en el Museo Británico desde finales del siglo XIX.
El director del Museo Nacional de las Culturas, Leonel Durán, recordó que con anterioridad, en 2007, se mostró una reproducción de la pieza babilónica como parte de la exposición «Persia, fragmentos del paraíso», que tuvo como sede el Museo Nacional de Antropología.
Por su parte, la curadora Alejandra Gómez Colorado, dijo que el Cilindro de Ciro es uno de los objetos emblemáticos del imperio persa entre los años 500-331 antes de Cristo, época en que dicho pueblo logró su máxima expansión bajo el mando del rey Ciro, quien mandó hacer esta inscripción cuneiforme. A través de la misma, el soberano persa autorizó a los pueblos deportados por los asirios de Babilonia a que regresaran a sus lugares de origen, por ello se considera el primer tratado de derechos humanos, indicó la especialista.
Gómez Colorado precisó que esta pieza logró su celebridad en la Biblia porque los judíos agradecen al rey persa su regreso a Jerusalén, y adelantó que el cilindro se exhibirá al final del recorrido museográfico de dicha sala.
La antropóloga social del INAH comentó que la importancia de esta reproducción radica en que se pueden observar las pequeñas escrituras, las cuales se elaboraban con arcilla fresca, material que al secarse y endurecerse permitía la grabación de textos, de ahí el término cuneiforme.
De acuerdo con el reporte del INAH, la pieza original fue encontrada en Babilonia en 1879 por una misión arqueológica inglesa, motivo por el cual el Cilindro se exhibe en el Museo Británico•