Lisboa, 4 jun (PL) Los portugueses concurrirán mañana a las urnas para elegir a un gobierno que, resulte socialdemócrata o de centroderecha, estará obligado a poner marcha un duro plan de ajuste contemplado dentro del multimillonario rescate financiero.
El futuro primer ministro deberá lidiar en los próximos tres años con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea (UE), que vigilarán de cerca el cumplimiento de su severo programa económico, a cambio de un auxilio de 78 mil millones de euros.
Dicho rescate supondrá recortes adicionales del gasto público, una subida de impuestos y la poda, aún más, de los derechos de los trabajadores lusos, cuya principal inquietud es el elevado costo social de las medidas de corte neoliberal que se avecinan.
Entre ellas sobresalen incrementos de tarifas en servicios esenciales como el gas, la electricidad y el transporte, reducción de los subsidios del sistema público de salud, rebaja de las pensiones y de las indemnizaciones por despido.
Todas esas medidas de austeridad serán el precio que los ciudadanos del país ibérico -con una tasa de desempleo cercana al 13 por ciento- tendrán que pagar por el mencionado préstamo del FMI y la UE, destinado a refinanciar su deuda soberana.
Precisamente, ese desolador panorama reveló, según los más recientes sondeos, que una cuarta parte de electores seguían indecisos a escasos dos días de las elecciones legislativas anticipadas.
Esa franja del electorado está dividida entre el rechazo a un primer ministro en funciones, José Sócrates, del Partido Socialista (PS), y el temor a una centroderecha, encarnada por el Partido Socialdemócrata (PSD), que prometió ir más lejos en materia de privatizaciones.
Sin embargo, el PSD de Pedro Passos Coelho pareciera el favorito para imponerse mañana, con una media de 35,8 por ciento de intención de voto, frente a un 32,2 por ciento para el PS de Sócrates, de acuerdo con los propios rastreos.
Los votantes quieren un cambio y castigar al PS y a Sócrates por la crisis, pero también está claro que no confían del todo en la alternativa que presenta Passos Coelho, comentó en un reciente editorial el Diario de Noticias.
El derechista Centro Democrático Social (CDS-PP), de Pablo Portas, obtendría el 11 por ciento, porcentaje suficiente para garantizar la mayoría parlamentaria con el PSD, principal fuerza de la oposición.
De esa manera, el CDS-PP se mantendría como la tercera formación política del país, permitiendo así una mayoría parlamentaria al conjunto de la derecha.
No obstante, las encuestas de opinión muestran que en la carrera Sócrates sigue lo suficientemente fuerte como para obtener una victoria sorpresa, aunque sin mayoría absoluta.
Las dos formaciones de la izquierda, la coalición del Partido Comunista y los Verdes y el Bloque de Izquierda, no conseguirían superar en conjunto el 15 por ciento de los votos, según todos los pronósticos•