París, 28 jul (PL) El Servicio Ecuménico de Ayuda a los Extranjeros (Cimade) en Francia denunció aquí el empleo de medidas cada vez más represivas desde la entrada en vigor este mes de la nueva ley de inmigración.

«El gobierno no dudó en privar de libertad a muchos extranjeros, expulsarlos sin darles tiempo a preparar su salida. Esta práctica es claramente contraria al derecho europeo», señaló en un comunicado la Organización no Gubernamental (ONG).

Fustigó además que a muchas de esas personas se les prohíba el retorno durante varios años sin tomar en cuenta su condición.

En el texto mencionó que el prefecto de Val de Marne (Ille de France) intentó deportar a un hombre gravemente enfermo, que vive en Francia desde hace 10 años junto a su esposa y sus tres hijos sin siquiera darle tiempo a organizar su partida.

Citó igualmente que el Tribunal Administrativo de Toulouse (sur) revocó una orden de reconducción a la frontera sin demora del padre de una niña francesa de seis años, al cual se le impuso una prohibición de tres años de regresar.

La CIMADE constató como temía que sobre la base de la nueva legislación, los prefectos deciden encerrar, expulsar y deportar sin discernimiento de manera casi sistemática, refirió el documento.

Añadió que la nueva ley también permite a la administración sacar a los extranjeros sin que ningún juez verifique la legalidad de sus decisiones.

Puso el ejemplo asimismo de una joven de 19 años que fue expulsada sin ver a un magistrado y dejaba a su bebé de nueve meses de edad de Francia.♦