Amor en medio de la Crisis de los Misiles

MARÍA CRISTINA MARTÍNEZ

La producción de cine cubana-venezolana Lisanka, del director Daniel Diaz Torres, se estrena  hoy en las salas de cine

Lisanka, la más reciente producción del cineasta cubano Daniel Díaz Torres, llega hoy a las salas de cine. El filme, coproducido con Venezuela, narra una historia de amor que se desenvuelve en medio de la llamada Crisis de Octubre o Crisis de los Misiles.Díaz Torres se ha convertido en uno de los realizadores cubanos de mayor trascendencia en Latinoamérica. En su larga trayectoria desfilan numerosos documentales y películas de ficción.

Lisanka, que cuenta con el actor venezolano Jorge Palacios en el papel del padre Luciano, está inspirada en la obra En el kilómetro 36, del escritor Francisco García González y se desarrolla en Veredas del Guayabal, pueblo imaginario de la Cuba de a principios de los años 60.

—¿Lisanka se puede clasificar como un filme de corte histórico?

—Lisanka no es una película histórica porque no trata de hacer un retrato de lo que significó, en la dimensión internacional, la Crisis de Octubre, sino más bien narra este acontecimiento desde la óptica de un pequeño pueblito. La información que tienen las personas que están envueltas en esas circunstancias no es la misma que tenían en las altas esferas quienes toman las decisiones políticas. Son seres humanos que viven su cotidianidad, sus problemas amorosos, sus conflictos personales.

—Crisis de amor en medio de una crisis mundial…

—Es una historia de amor en un marco de extrema tensión. Aún, en ese entonces, la gente no tenía muy clara la noción de que iba a venir una guerra nuclear. El filme muestra una muchacha que tuvo el infortunio de tener una base de cohetes atómicos rusos a su lado y, al mismo tiempo, ella (Lisanka) se debate entre el amor posesivo de tres jóvenes: un revolucionario, uno no tan revolucionario y un soldado soviético. Ella lucha por tener una vida independiente y que la dejen de considerar una mujer bonita a quien se le reserva un lugar.

—¿Cómo aborda estas pasiones en medio de tanta tensión?

—Toda la historia está bajo la luz intensa de un momento de crisis extrema y de mucho apasionamiento. Creo realmente que todo el mundo, fuese de izquierda o de derecha, vivía las cosas con una intensidad marcada por un acontecimiento auténtico.

—También hay un tinte feminista en este filme…

—En esa época se hablaba mucho de la independencia y de liberación de la mujer, pero se veía más bien a nivel de consigna porque en el fondo se vivían ciertas discriminaciones y prejuicios morales.

—Éste es un tema vigente

—La cuestión no se trata de consignas y de propagandas, se trata de ver las cosas con más profundidad. La liberación de las mujeres no llega porque ellas hagan las mismas cosas que los hombres, lo que se busca es que las consideren como seres humanos en una verdadera igualdad. El problema de igualdad de género sigue existiendo no sólo en la sociedad cubana, sino a nivel internacional. Obvio que era un tema que nos motivaba y nos interesaba abordar.

—¿Cuánto tiempo duró el rodaje?

—Pese a ser un poco compleja porque tuvimos que recrear la atmósfera de los años 60, fabricar los cohetes y trabajar con muchos personajes extras, la película tuvo sólo ocho semanas de rodaje. La filmamos en un pueblito cerca de La Habana llamado Peñalver.

CENSURADO UNA VEZ

El director de Lisanka también es recordado por haber protagonizado un episodio de censura en su país por la película Alicia en el pueblo de las maravillas (1990), la cual narra la vida de una instructora de teatro que es enviada a Maravillas de Noveras, un curioso pueblo en el que las situaciones más disparatadas se aceptan como la cosa más natural, y en el que aparecen personas destituidas de sus cargos.

—¿Qué ha quedado de aquella polémica por la película Alicia en el pueblo de las maravillas?

—Fue más que polémica. Esta película se sacó de los cines. Creo que fue una malinterpretación debido al contexto en el que se estrenó. En los años 90 desapareció el campo socialista y Cuba se sintió aislada. Hubo autoridades gubernamentales que vieron inapropiada esta producción, algunos llegaron a acusarla de contrarrevolucionaria. Creo que fue una exageración.

—¿Se arrepintió en algún momento de haberla hecho?

—Esta película tocó donde dolía. Yo quería criticar un aura de conformismo, de burocratización del poder, toda una serie de cosas que me parecen absolutamente negativas y que hay que seguir criticando. Si me arrepiento de algo es que pude mejorar el lenguaje y algunas secuencias, pero no de lo que esencialmente allí expuse. Estoy convencido de que era necesario.

—¿Cuál es su opinión del cine latinoamericano actual?

—El avance ha sido muy positivo. Aún se sigue discutiendo la validez sobre el término “nuevo cine latinoamericano”, el cual se utilizó para demarcar un viejo cine latinoamericano comercial y un poco banal. El espectro de nuestro cine actual es muy variado. A la gente le gusta ver sus propias realidades. La película venezolana Hermano ha logrado tener una gran sintonía con el público. Eso denota que la gente no está negada a asumir las producciones nacionales.

—¿Falta mejorar la distribución y ampliar los espacios para nuestro cine?

—Existe una imposición de cierto tipo de películas; por ejemplo, esas segundas, terceras y cuartas partes que se convierten en algo que ya no es un problema competitivo, sino de desigualdad. Esto tiene que ver con obligaciones contractuales en los cines. Son producciones que se proyectan por largo tiempo aunque no tengan público. Entonces, el enemigo no es exactamente el cine de Estados Unidos, sino la forma monopólica de la distribución. Ocupan totalmente las pantallas de manera que dejan sin espacio a las películas nacionales.

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BiografíaMínima

> Daniel Díaz Torres nació en La Habana, Cuba, el 31 de diciembre de 1948.

> En 1968 comienza a trabajar en el Instituto del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) como redactor de críticas y artículos sobre cine.

> Es egresado en Ciencias Políticas de la Universidad de La Habana (1978).

> Fundador de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, donde se ha desempeñado como profesor, subdirector, docente y jefe de la cátedra de Dirección.

> Algunas de sus películas son: Río negro (1977), La casa de Mario (1978), Los dueños del río (1980), Jíbaro ( 1982), Camino al Edén (2007), Alicia en el pueblo de las maravillas (1990), y Hacerse el sueco (2000)./CIUDAD CCS
FOTOS CORTESÍA AMAZONIA FILMS/JESÚS CASTILLO/CIUDAD CCS

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