Escena política, petróleo y amenaza imperial en Venezuela

Wilfer Bonilla/Colarebo

El escenario político y social venezolano está direccionado desde ahora, inexorablemente hacia la coyuntura  de las elecciones presidenciales en el 2012, disputa que representará un punto crítico de confrontación y demostración de fuerzas del conjunto de verdaderos factores de poder que hoy disputan el control del aparato de estado en la Sociedad Venezolana.

Y si hablamos de verdaderos factores de poder debemos puntualizarlo, el avance vertiginoso hacia esa coyuntura crítica, enfrentará de manera nítida y descarnada al imperialismo con las corrientes nacionalistas y revolucionarias que irrumpieron desde febrero de 1989, gananando la iniciativa y correlación que los llevó al gobierno en 1998 y al poder desde el 2002 cuando toman el control de las Fuerzas Militares y de PDVSA.

Estos son los factores reales de poder, las expresiones criollas de la derecha, operan como avanzadas imperiales y deben ser leídas desde la perspectiva de la estrategia que desplegará el imperio.

Un análisis sobre la política en Venezuela, es obligatoriamente  un análisis sobre la geopolítica mundial del petróleo, pues la configuración de la realidad nacional ha estado históricamente ligada al papel del imperialismo norteamericano y su afán agresivo por apoderarse de las reservas petroleras Venezolanas, así como su alianza con  la burguesía Venezolana, cuyo afán ha sido apropiarse de la renta petrolera producida por la inserción de Venezuela en el mundo como país primario exportador de petróleo.

Es claro en los indicadores sociales[1], el tipo de agenda y las grandes realizaciones operadas por los factores nacionalistas y revolucionarios que han tenido el gobierno durante estos 12 años, igualmente lo es la agenda y juegos de disputa sicológica y política del imperialismo y su expresión en la derecha y ultraderecha Venezolana para deslegitimar estos avances.

En los  estudios de gestión y coyuntura política de las encuestadoras políticas venezolanas, el presidente Chávez remonta las cifras de favorabilidad y se ubica en 62.4% para unas y 58% para otras.  El presidente es consciente del gran avance que logró la gestión del gobierno en el último año, a pesar de la sumatoria de crisis ambientales y económicas, su trabajo responsable y concentración en los temas neurálgicos y en las problemáticas del día a día de los venezolanos le significaron un saldo muy positivo en la percepción de la población.  Es por esto que ha expresado, “Dentro de dos años habrá elecciones, si a mí no me matan u ocurre alguna catástrofe, yo estoy seguro, habrá que trabajar mucho, que voy a ser reelecto para seis años más”.

La frase del presidente nos adentra en la complejidad de la política Venezolana, si bien nos deja claro su compromiso con el tablero de la gestión al afirmar que “habrá que trabajar mucho”, señala otra dimensión de la política y la disputa por el poder, esa dimensión es el juego de la derecha venezolana y el imperio desde opciones no institucionales. La rudeza del juego que se avecina está dada por la condición venezolana de ser la primera reserva mundial de petróleo y la voracidad Norteamericana por hacerse “a cualquier precio” con el control de este recurso.

El anuncio formal sobre Venezuela como primera reserva mundial de petróleo se hizo para finales de febrero de 2012, diversos medios de comunicación hicieron eco del estudio del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) en el que afirmaba “En la Faja del río Orinoco en Venezuela yace una de las más grandes reservas de petróleo del mundo, calculada en unos 513.000 millones de barriles de crudo pesado que podrían ser extraídos”.

Durante todo el siglo XX Venezuela ocupó un importante papel como productor de petróleo, la longevidad y tamaño de sus reservas eran de las mayores del mundo con 77.700 millones de barriles, pero Arabia Saudí e Irak mantenían la supremacía con 262.700 y 112.500 millones de barriles respectivamente. Ver gráfico 1

Sin embargo, recientemente el ministro de energía Rafael Ramírez ha informado que Venezuela actualizó y oficializó sus reservas de petróleo a 296 mil 500 millones de barriles. La contribución de las Áreas Tradicionales y Costa Afuera es de 242.413 millones de barriles; y la de las áreas de la Faja suma 86.168.776 millones de barriles. Este nuevo nivel de reserva ubica a Venezuela comparativamente con los principales países petroleros como la primera reserva petrolera del mundo. Ver gráfico 2

Este nuevo escenario, conocido de años atrás por Estados Unidos, deja al descubierto el verdadero sentido de la disputa por el poder en la sociedad Venezolana y el interesamiento en profundidad por recuperar el control del petróleo Venezolano por parte de Estados Unidos, cuya voracidad energética y demanda diaria de crudo podemos ver en el gráfico número 3.

Este nuevo escenario de preeminencia de Venezuela como primera reserva mundial de crudo, define la apuesta que Estados Unidos estará dispuesto a jugar en una coyuntura de transición como son las elecciones del 2012; su su  juego en el escenario Libio nos deja una lección importante.

La coyuntura que se abre puede traer una aventurada estrategia imperial de salida no institucional similar a la jugada en el 2002, o quizá más sangrienta y dramática, todo el escenario internacional de un Norte de África ardiendo,  el escenario de crisis económica y militar imperial, sumado al trasfondo de dificultades y reveces que ha tenido el imperialismo en el contexto Iraquí, afgano, Iraní y norcoreano, obliga a Estados Unidos a jugarse a fondo por la recuperación de la dirección de la sociedad Venezolana y tomar así el control de las mayores reservas petroleras del mundo.

El imperio jugará tal vez una carta desesperada, consciente del dramático escenario que significará el posicionamiento  de China como primera potencia para mediados de la década del 2020.

De nuevo es la lectura del petróleo, el eje clave para comprender el desempeño de los actores políticos en disputa. El petróleo ha sido desde siempre el nudo crítico o elemento clave para comprender la producción y reproducción del poder en Venezuela, es el petróleo el mediador de la particular política que en cada ciclo histórico ha asumido el imperio hacia Venezuela.

Es necesario estar alertas y profundizar mucho más en los elementos que la geopolítica del petróleo traerá para el nuevo período que se abre, decimos período, no coyuntura, pues asistimos a un juego político cuyo resultado diseñará el mapa en el que la apuesta de construcción Bolivariana y Socialista se consolidará o colapsará.