Las instrucciones del Comandante Hugo Chávez

Chávez bajo la lluviaVictor Ramos*

En su última aparición pública nombró como sucesor político a Nicolás Maduro, fue como una despedida. Y a los presidentes latinoamericanos dejó claras instrucciones.

A muchos argentinos nos cuesta entender el significado de los actos y las palabras del presidente Hugo Chávez. No estamos acostumbrados a la idiosincrasia caribeña, más alegre, expansiva, verborrágica, abierta, dramática, generosa, hospitalaria, festiva, confiada y apasionada que la rioplatense. Chávez es un auténtico caribeño venezolano. Y como todo buen venezolano continental es bolivariano.

Gabriel García Márquez dijo que Hugo Chávez es un narrador natural, un producto íntegro de la cultura popular venezolana, creativa y alborozada. Y agrega que tiene un gran sentido del manejo del tiempo y una memoria con algo de sobrenatural, que le permite recitar de memoria poemas de Neruda o Whitman y páginas enteras de Rómulo Gallegos.

Al filósofo uruguayo, Alberto Methol Ferré, unos periodistas de la Cancillería en Montevideo le preguntaron ¿Frente a la resistencia de los Estados Unidos, cual es su opinión sobre el presidente Hugo Chávez?

– Primero! No lo toquen a Chávez. No permitiremos que el imperialismo toque a Chávez, ni a Venezuela. Estamos con Chávez y con Venezuela…

Segundo. (Como dirigiéndose a Chávez) -Chávez! Ojo! si te joden a vos, nos joden a todos!

Desde Caracas, el nudo se ve de otra perspectiva. Venezuela se encuentra en el centro de la América Latina; México es la punta norte y Argentina el margen sur. Venezuela continental abraza y es el núcleo concurrente de los territorios insulares caribeños. Es allí en el Mar Caribe donde el imperialismo norteamericano libra una batalla para usurpar territorios, como lo vienen haciendo los piratas holandeses, ingleses y franceses desde los últimos 500 años.

Son pocos quienes tienen la visión totalizadora de nuestra realidad geopolítica como Hugo Chávez. De formación católica y militar bolivariano, naturalmente asumió la causa de la Patria Grande. Para Chávez el socialismo es la justicia  social y el peronismo le calzó justo para identificarse con el coronel Perón.

En sus tiempos de teniente de frontera, Gabriel García Márquez cuenta que, Hugo Chávez un día atravesó la frontera sin darse cuenta por el puente de Arauca, y un capitán colombiano que le registró el morral encontró motivos materiales para acusarlo de espía: llevaba una cámara fotográfica, una grabadora, papeles secretos, fotos de la región, un mapa militar con gráficos y dos pistolas de reglamento. Los documentos de identidad, como corresponde a un espía, podían ser falsos. La discusión se prolongó por varias horas en una oficina donde el único cuadro era un retrato de Bolívar a caballo.»Yo estaba casi rendido -me dijo Chávez- pues cuanto mas le explicaba menos me entendía». Hasta que se le ocurrió la frase salvadora:»Mire mi capitán lo que es la vida:

hace apenas un siglo éramos un mismo ejército y éste que nos está mirando desde el cuadro era el jefe de nosotros dos. ¿Cómo puedo ser un espía?». El capitán, conmovido, empezó a hablar maravillas de la Gran Colombia, y los dos terminaron esa noche bebiendo cerveza de ambos países en una cantina de Arauca. A la mañana siguiente, con un dolor de cabeza compartido, el capitán le devolvió a Chávez sus enseres de historiador y lo despidió con un abrazo en la mitad del puente internacional. «De esa época me vino la idea concreta de que algo andaba mal en Venezuela» dice Chávez. En ese entonces contaba con apenas 23 años.

Chávez fue construyendo su núcleo central de ideas sobre la base de su formación católica y un pensamiento nacional bolivariano adquirido en el ejército. Ávido lector recibió múltiples fuentes ideológicas, tanto del marxismo, como de la social democracia europea.

El periodista de La Nación, Jorge Fernández Díaz, señaló que las argumentaciones de la izquierda nacional de Jorge Abelardo Ramos se “volvieron transversales en los 70 y sobrevivió a través de las décadas como una cultura vasta y firme”. Agregamos por nuestra parte que la Izquierda Nacional no fue un “pensamiento argentino” sino latinoamericano y trascendió las artificiales fronteras internas de nuestra América Latina. Fernández Díaz sostiene en la nota que “Néstor Kirchner practica una suerte de nacionalismo de izquierda, que Hugo Chávez denomina el «socialismo del siglo XXI». Chávez es un nacionalista nato, y los pequeños partidos de la izquierda nacional de la Argentina lo reconocieron antes que nadie”.

Y finaliza señalando que: “una «revolución nacional» no se detiene en cuestión de formas republicanas, ni en formalidades judiciales o de libertad de expresión. Es por eso que el kirchnerismo se permite a sí mismo violar muchas normas democráticas que considera frenos para una causa mayor».

Completamos, que la “causa mayor” a la que se refiere es la que tanto Chávez como Ramos llaman “la cuestión nacional”. Y esta “cuestión” no es la “revolución” sino la integración nacional de la Patria Grande.

Cuando se fundó la Conferencia de Estados Latinoamericanos y Caribeños -CELAC- el 2 de diciembre de 2011 en Caracas, reuniéronse por primera vez los presidentes de la región sin el tutelaje de España, Portugal o Estados Unidos. El presidente venezolano sorprendió con una larga cita en su discurso inaugural del libro de Jorge Abelardo Ramos, Historia de la Nación Latinoamericana.

“Estamos leyendo un libro de Jorge Abelardo Ramos. Me llamó la atención porque se titula: Historia de la Nación Latinoamericana. Y allí buscando y rebuscando en esas páginas de ese gran líder político, revolucionario argentino, escritor e ideólogo. Fue marxista y fue peronista. Fijate! Si! Desarrolló la cuestión nacional!”y ante la mirada complacida de la presidenta argentina, Cristina Fernández, citó el libro referido.

¿Se trató de una cita del momento o por el contrario una cuestión que el comandante Chávez interpretó de fondo?

El día anterior en una reunión que mantuvo con la presidenta Cristina Fernández, Chávez la interrogó sobre este pensador argentino. La presidenta le explicó detalladamente cómo Jorge Abelardo Ramos y su Frente de Izquierda Popular (FIP) habían aportado 900.000 votos al peronismo con el lema “vote a Perón desde la izquierda”. Chávez que ya había leído sobre Ramos dijo:

-Ramos entendió la cuestión nacional… La Cuestión Nacional!!

En esa oportunidad la presidenta hizo mención de mi participación en el Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Manuel Dorrego, que preside el intelectual Mario ´Pacho` O`Donnell.

Unos días después, , el embajador venezolano en la Argentina, general Carlos Martínez Mendoza, el presidente Hugo Chávez, se proveyó de todos los libros de Ramos que le faltaban. Allí le alcanzamos “Marxismo de Indias”, “Historia política del Ejército Argentino” y “Adiós al Coronel”. Unos años antes, Natalia Fossati y Andrés Ruíz, jóvenes simpatizantes de la Izquierda Nacional, le habían regalado un viejo ejemplar de Historia de la Nación Latinoamericana en su edición de Plus Ultra con una dedicatoria que Chávez leyó en conferencia de prensa:

“Por un Ayacucho definitivo y a paso de vencedores”. Fue desde entonces su libro de cabecera.

Luego de la CELAC por intermedio de Martínez Mendoza recibo telefónicamente la grata noticia que el presidente Chávez ordenó la impresión de “Historia de la Nación Latinoamericana” en Venezuela y me invitaba a su presentación en la Feria del Libro en Caracas.

Un año después, con su dolorosa convalecencia en Cuba, envió un significativo mensaje a la segunda reunión de presidentes de la CELAC en Chile. Nuevamente cita a Jorge Abelardo y como si fuera poco nombra a Norberto Galaso y Ernesto Laclau discípulos de Ramos. Tal vez, para no parecer fanático menciona a Jorge Luis Borges.

¿Qué hay en Abelardo Ramos y en la Izquierda Nacional que Chávez toma como propio? ¿Qué utilidad concreta tiene para el proyecto de Chávez las ideas de la izquierda nacional? Podemos destacar tres puntos.

El primero y estratégico es de la concepción activa de Unidad de la Patria Grande. El segundo la tesis sobre los ejércitos en América latina. A diferencia del resto de la izquierda tradicional, Ramos plantea el carácter dual de las fuerzas armadas latinoamericanas. Hijas de la lucha por la independencia y conformada por sectores medios y populares los ejércitos latinoamericanos oscilaron a lo largo de nuestra historia como brazo armado de las oligarquías dominantes o vanguardia de revoluciones antiimperialistas, como Omar Torrijos en Panamá, Velasco Alvarado en el Perú, Juan José Torres en Bolivia, Juan Perón en Argentina o en Venezuela con el propio Hugo Chávez. El antimilitarismo abstracto de la ultra izquierda no cabe en Chávez. En tercer lugar Ramos echa por tierra la contradicción de burguesía – proletariado en los países dependientes. Sostiene que la burguesía nacional puede ser un aliado clave de los trabajadores ante una contradicción mayor que es el ahogo imperialista en el desarrollo industrial independiente.

En 1967 Perón escribe a Ramos desde Madrid:

“Una izquierda nacional, en la que orgullosamente me cuento, que sale a la palestra con verdades como puños sin preocuparse de que, en nuestros días, lo más peligroso suele ser decir la verdad”.

Abelardo Ramos fue el único pensador de la izquierda latinoamericana en desarrollar la tesis de la “cuestión nacional” donde explicaba que el nacionalismo popular en América Latina no era fascismo, sino antiimperialismo y sostuvo en soledad un duro debate con el conjunto de la izquierda a la que calificó de cipaya y la historiografía oficial a la que acusó de mitrista.

El último mensaje de Hugo Chávez a los presidentes suena como instrucciones: “Si somos una Nación de Repúblicas, nuestra soberanía es la de toda la Patria Grande, y debemos hacerla respetar. La CELAC es el proyecto de unión política, económica, cultural y social más importante de nuestra historia contemporánea. Tenemos todo el derecho de sentirnos orgullosos: la Nación de Repúblicas, como la llamaba el Libertador Simón Bolívar, ha comenzado a perfilarse como una hermosa y feliz realidad.

¡O hacemos la única Patria Grande, o no habrá Patria para nadie en estas tierras!

El quid de la “cuestión” es la unidad de América Latina, el resto es consecuencia de lo principal. La democracia y los valores republicanos que preocupan a Fernández Díaz se desenvolverán plenamente en una Nación de Repúblicas que diseñaron ayer los Libertadores y plantean hoy nuestros presidentes.

“América latina se encuentra dividida no por ser subdesarrollada, sino es subdesarrollada porque esta dividida” Ramos dice. En ese marco más amplio podemos responder que difícilmente las formalidades republicanas impidan la constitución misma del Estado Nacional Latinoamericano en cualquiera de las formas que se proyecte. No hay dudas que deberemos reformular treinta y pico de repúblicas inermes en una Nación superadora.

* Articulo enviado por Carlos Lucero, corresponsal en Mendoza (Argentina)

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