Hugo Chávez: La unión latinoamericana como vía para “poder”

 La cooperación solidaria como primera fase de un proceso de unión entre las naciones de América Latina y el Caribe era un proyecto que ya en 2007 ocupaba el discurso del líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, como es patente en la edición del 13 de marzo de aquel año de su programa televisivo Aló, Presidente.

Retransmitida este domingo 30, a través de Venezolana de Televisión, la edición número 274 del espacio mediático a través del cual se hicieron disertaciones, reflexiones y denuncias, sintetiza de qué manera la gestión política del presidente Chávez retoma y actualiza el proyecto bolivariano de la unidad gran nacional como vía para que los pueblos colonizados retomen el poder debilitado por los imperios mediante el saqueo de sus riquezas y la negación de sus sabidurías autóctonas.

«Decía Ayatolá Jamenei una vez en Teherán, la palabra poder lo dice, puedo o no puedo, puedo caminar o no puedo caminar, puedo ver o no puedo ver, podemos ser países o no podemos, podemos ser libres o no podemos. Entonces, el imperio siempre, para dominarnos, para que no seamos, para que no podamos ser, nos dividió, ‘divide y reinarás’, pues. Y así nos han manipulado, nos han puesto a pelear a unos contra otros (…) Para Venezuela, Brasil no existía hasta hace pocos años, por ejemplo, sólo existían las grandes capitales del mundo, New York, Madrid, París, Londres, ese era el mundo, lo demás, monte y culebra (…) dividieron nuestras sociedades hacia adentro, entre una élite enriquecida que lo que ha querido es parecerse a ellos, a su modo de vida», explicaba.

El comentario valió para responder a los sectores de la oposición venezolana que criticaban la política de cooperación internacional del país.

«La mayoría de los que nos critican porque nosotros estamos apoyando a estos pueblos hermanos y mucho más pobres (en alusión a Haití) para sacarlos de su miseria, de su drama tan profundo, son los que le entregaron el país, Venezuela y su riqueza, durante 100 años y más al imperio, y aquí se llevaban el petróleo y no pagaban. Cuando Gómez aquí se entregó el petróleo gratis a los Estados Unidos, sobre todo en tiempos de guerra, porque Venezuela era aliado, luego, también cuando Pérez Jiménez, y hasta cuando Caldera, e incluso en los primero años de mi Gobierno le mandábamos petróleo a Estados Unidos, subsidiado y teníamos allá una empresa que no reportaba ganancias para nosotros. Entonces, nuestra política es una política bolivariana de solidaridad, hay que sentirse orgullosos de Venezuela, que ha vuelto a cumplir el papel histórico solidario que le toca».

De allí, y ejemplificado en las experiencias de Argentina, Bolivia y Ecuador, lideradas también por gobernantes que «más que presidentes eran empresarios vendidos a los intereses norteamericanos», Chávez propuso el concepto de nación para construir sobre él otro proyecto más poderoso: el proyecto gran nacional latinoamericano, que incorporara los proyectos nacionales de Argentina, Ecuador, Bolivia, entre otros, de manera complementaria.

«Yo poco a poco he venido introduciendo unión para sustituir la palabra integración, porque la integración, que es un concepto, una categoría, la inventaron los imperialistas, ellos después que derrotaron el plan de Bolívar de la unión comenzaron a plantear y así lo lograron a finales del siglo XIX el plan de integración, que fue siempre un plan integral: la integración bajo la hegemonía del imperio», enfatizaba el otrora mandatario como colofón de su propuesta.

La creación, en 2011, de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) constituye uno de los grandes logros de la gestión de Hugo Chávez para avanzar hacia esa unión regional, bajo lo preceptos de la soberanía y la cooperación económica y política.

Poder para los desposeídos

En el ámbito local, el comandante Chávez celebraba el que la prensa de la fecha reportara que lo más altos niveles de consumo estaban vinculados a los estrato más bajos de la población venezolana.

«Eso va seguir siendo así, quiero decirles, los actores de la población venezolana de recursos más escasos, y a ustedes de la clase media, que el consumo seguirá incrementándose sobre todo en esos sectores clase media y los sectores populares (…). El Gobierno seguirá expandiendo el gasto público, y claro, esa es parte de la libertad que tenemos nosotros. Porque cuando aquí mandaba el Fondo Monetario Internacional (FMI) los gobiernos no tenían libertad, por ejemplo, para planes como Madres del Barrio, se tenía que ir a Washington».

Ejemplo de ello resaltó las experiencias de misiones como Madres del Barrio -que reconoce el valor económico del trabajo doméstico realizado por las amas de casa- y  Vuelvan Caras -luego en las misiones Robinson, Ribas y Sucre- para las que se han invertido billones de bolívares, que hicieron posible la inclusión de los venezolanos más humildes en los distintos niveles de la educación formal.

«Con el tema de las becas, aquí antes le cobraban a los muchachos para irse a estudiar al exterior, era un crédito lo que les daba la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho. Tú estudiabas y después tenías que pagar la beca, es decir, que eso no era ninguna beca (…) Para el programa Madres del Barrio, en los gobiernos anteriores, del capitalismo, había que ir a pedir permiso al FMI y ya la respuesta se sabía, así que ni les pedían permiso, porque cuál es la tesis del capitalismo: reducir el gasto público (…) entonces llegó la privatización de escuelas, de hospitales, no había recursos pues, y había que privatizar, y entonces el país era esclavizado», contrastó el Mandatario./ AVN