El tutelaje: El temor a las camarillas

José  Manuel Rodriguez

Hubo quienes dijeron que el alerta de Rosa Luxemburg a los revolucionarios era un rollo feminista. Ella pedía a los bolcheviques una irrestricta libertad en la lucha de opiniones, si no, se adormece la vida pública y gobiernan unas pocas docenas de dirigentes, de energía inagotable y de experiencia ilimitada…

Esos machistas asumieron que su alerta estaba descontextualizado. Cuando la asesinaron, en 1919, el triunfo bolchevique tenía sólo dos años y enfrentaba una cruenta guerra civil financiada por el capitalismo mundial. Bien, como luego de derrotar a la reacción blanca, y después al fascismo, sucumbieron bajo el peso de su burocracia, yo diría que lo de Rosa fue una premonición.

A Stalin le supo a carato lo dicho por Lenin: A medida que las funciones del poder son las del pueblo entero, este poder es menos necesario… Frunció el bigote al oírle decir que el mejor índice de la profundidad y eficiencia en la edificación socialista es el grado de reabsorción del Estado por la sociedad socialista. Se pasó el dedo índice por el cuello cuando Trotski afirmó: La abolición de la propiedad privada de los medios de producción elimina la labor principal del Estado…

¿A qué viene esto? Les diría que, sin desconocer los muchos logros bolivarianos (ni los soviéticos), no nos engañemos con la armazón oficial construida. Pienso que es un aparato esquizofrénico (ojo, diferente al de aquella camarilla que manejaba el poder y decidía sin control en la URSS). Al revés de lo que proponía Lenin, esta es la absorción por parte del Estado de los mejores cuadros de la sociedad socialista.

He hecho una lista. Como si fueran poco las casi tres docenas de Ministerios y los varios centenares de Institutos y Servicios Autónomos, y Fundaciones; se han creado 116 nuevos organismo oficiales. No tengo la menor duda que una parte importante de los valiosos cuadros de la revolución, absorbidos por esta loca macrocefalia, o se han distanciado de la compleja y exigente construcción comunal y, claro está, del desarrollo de la nueva economía de la sociedad; o tratan de tutelarla.