Dígalo cantando

Por: Alvin Lezama

Hace unos días, al mediodía, quien les escribe caminó por una transitada avenida de una popular ciudad de un país latinoamericano y caribeño ‒Caracas‒, con el calor y los sonidos en su apogeo, en su máxima intensidad, pude apreciar mejor el valor del sonido. Como homo sapiens pude, por su puesto, distinguir entre tal barullo un sonido articulado propio de esta especie que conocemos como lenguaje, el que nos has permitido por entre 30 mil a 50 mil años como especie, convertirnos en seres de relaciones sociales más que animales gregarios, a su vez nos ha permitido crear y sostener a la sociedad y la cultura, a producir y compartir saberes para la vida. Allí distinguí del lenguaje, su expresión oral, hablada, llenando con palabras sonoras el espacio, el momento presente con significados y sentidos, plena de vida, ejerciendo su poder. Revaloricé la palabra hablada y el papel que desempeña en nuestro desarrollo personal. Primero, aprendemos a hablar que a caminar, a pensar, a escribir y a leer, a aprender. El lenguaje se aprende hablando, con éste nos relacionamos socialmente, desde el ámbito familiar, pasando por la comunidad y en el grupo cultural y religioso al que pertenecemos.

Esta escena de vida contrasta con las bibliotecas públicas donde reposan miles o cientos de miles de libros, documentos, periódicos y demás registros, repletos de palabras escritas, quién sabe desde cuántos años atrás. La palabra escrita, otra forma de expresión del lenguaje importante en nuestras vidas, es una invención reciente, dicen los lingüistas de 6 mil años atrás, potenciada por la imprenta, otra invención aún más reciente, apenas cinco siglos. Dos tecnologías de información y comunicación (TICs) primordiales de la modernidad y sus tecnologías conexas. La característica que deseo enfatizar de la biblioteca es la ausencia del sonido, sin embargo un espacio con miles de millones de palabras que custodian para el presente y la posteridad, ideas, experiencias, pensamientos, saberes, conocimiento de decena o quizá cientos de miles de autores; disponibles para público alfabetizado que desee consultarlos.

Por medio del lenguaje (por ahora hablado y escrito) aprendemos a pensar, se desarrolla nuestra memoria e inteligencia y aprendemos a saber y a conocer, a crear, a portar y transferir cultura.

De allí surge la expresión del título del escrito, que no recuerdo haber aprendido ni en una escuela, ni leída en ningún libro, periódico o revista, “dígalo cantando”. Una expresión que revela la importancia del lenguaje oral y de la música como una forma para lograr una comunicación más efectiva. Un título pudo ser: “Habla, que llega más, y si es con música mejor”. Según los estudiosos del lenguaje, el primer título es más propio de la cultura oral y el segundo, más acorde con la cultura escrita (caligráfica y tipográfica). Dos títulos para decir lo mismo, con diferentes efectos, ¿cuáles?. Una pregunta tentadora pero fuera de orden en relación con la agenda de la presente reflexión. Invito a la lectora y lector a indagar algunas respuestas a esa pregunta.

¿Compiten la palabra hablada con la palabra escrita, la cultura oral, original, con la cultura escrita impresa?, ¿se complementan, sustituyen o desplazan en jerarquía de poder y popularidad?, ¿pasar de una forma de expresión de lenguaje a otra es fácil?, ¿se trata de solo traducir o trasladar mecánicamente, se trata del simple proceso de leer o transcribir para ir de una forma de expresión del lenguaje a otra?, ¿o es más bien un proceso creativo y arduo, que implica la intervención humana, tanto técnica como artística?

¿Cuántas veces no le toma por sorpresa la duda en relación con la escritura de una palabra que ha utilizado habitualmente en sus conversaciones?, ¿aprendió muchas de las palabras y expresiones que usa de sus padres, abuelas y abuelos, amigos, a través de proverbios, refranes, cuentos, canciones, incluso de personas analfabetas o con poca instrucción que le proporcionaron saberes fundamentales para la vida?

¿Usted sabe qué son los cantos de trabajo en el campo, cantos de trabajo en el hogar, música de culto?, ¿sabe lo qué son los correos cantados, los periodistas musicales, los juglares?, ¿sabe qué es un Vallenato, un Contrapunteo, un Galerón, un Rap?, ¿Sabe lo que son los géneros musicales como: Corrío, una Décima, un Polo, la Gaita, Jota, Malagueña: ritmos musicales como el Vals, el Bambuco, el Merengue, el Pasaje, solo por mencionar algunos de Venezuela y Colombia ?, ¿qué relación tienen estos géneros y ritmos musicales con la cultura oral primaria?

¿Cuántas veces ha escuchado la expresión tradición oral?, ¿tiene significado y sentido para usted?, ¿Qué papel desempeña en la preservación del patrimonio cultural de la humanidad?, ¿Qué tiene que ver con la cultura oral, con la música?

¿Recuerda los versos de Boleros: ”Háblame de tí” o “escríbeme”, hay diferencia?

¿Para usted, es lo mismo que le hablen al oído, de frente cara a cara o que le escriban una nota, hay diferencias culturales, afectivas y cognitivas?, ¿hoy diría lo mismo que ayer y de igual manera?, ¿sabe que hay una cultura electrónica que afecta está cultura oral y cultura escrita-impresa creada por la invención del Teléfono, Radio y Televisión?, ¿ahora se suman la cultura de la Internet y los medios sociales?, ¿cómo será esta convivencia, qué estará ocurriendo y qué está por ocurrir con la cultura oral y la cultura escrita-impresa?

¿Cómo se siente cuando debe hablar en público, ya sea que deba exponer una idea, plan o proyecto, cuando debe demostrar un conocimiento, cuando debe convencer?, ¿le sirve toda su erudición o se convierte en obstáculo?, ¿cómo siente la respuesta de la audiencia al terminar?, ¿alivio, desconcierto, iluminación, admiración, distancia, cercanía o indiferencia?; recuerda cuando se decía de alguna charla o ponencia o alocución de algún experto: “se ve que sabe pero no comunica”. La oratoria es una técnica y un arte que se aprende, para conocerla y dominarla muchos se remiten a la cultura oral primaria, a sus formas, características, métodos y recursos.

En el presente, según nuestra opinión, la cultura oral retoma su relevancia en está jerarquía de popularidad y de poder, pero complementada, soportada y potenciada, puede que también controlada tecnológicamente, no sólo por la cultura escrita-impresa, sino también por la cultura electrónica, la cultura digital, la cultura de la internet, la cultura de los medios sociales y probablemente ahora, por la cultura de la Inteligencia Artificial Generativa?

Para ilustrar algunos puntos, sin agotar el tema

.-La música como medio para propagar, comunicar, recordar y preservar historias orales

“La narración de historias, sucesos, anécdotas y hasta chistes a través del canto es muy usual. Para éstos se utilizan géneros como el Corrío en los Llanos; la Décima y el Polo en la región Centro-Occidental; el Polo, Gaita, Jota, Malagueña en la región Nor-Oriental, así como canciones en los ritmos de Vals, Bambuco, Merengue y Pasaje en toda Venezuela.” (música para escuchar, Emilio Mendoza)

.-En el vallenato (género musical latinoamericano y caribeño, originario de Colombia), los correos cantados, los periodistas musicales, los juglares

“Los primeros acordeoneros de que se tiene memoria fueron a la vez autores de los cantos que interpretaban; cantos que ya tenían una clara diferencia rítmica y una estructura musical propia [del género Vallenato]… El acordeonero era un músico integral que con igual destreza hacía sonar el acordeón como interpretaba cantos de su propia inspiración o, en ocasiones, de un tercero. Y hechos los primeros cantos, los acordeoneros se convirtieron en correos cantados, en periodistas musicales, juglares, que iban de pueblo en pueblo y de vereda en vereda llevando la información de los últimos sucesos narrados en los merengues, paseos, puyas, sones y tamboras [formas musicales que constituyen el Vallenato] que cantaban cuando se reunían a descansar y, en ocasiones especiales, a bailar en cumbiambas que se formaban con motivo de las fiestas patronales, entre otras ocasiones.” (wikipedia -vallenato)

.-Cantos de trabajo de Los Llanos de Colombia y Venezuela, Inscrito en 2017 (12.COM) en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial que requiere medidas urgentes de salvaguardia.

“Los cantos de trabajo de Los Llanos de Colombia y Venezuela son una práctica cultural de comunicación vocal consistente en cantar individualmente melodías a capela sobre temas relacionados con el arreo y ordeño del ganado. Fruto de la estrecha relación existente entre las poblaciones llaneras con el pastoreo de bovinos y los caballos, esta práctica forma parte del sistema tradicional de crianza de ganado de Los Llanos, que sintoniza perfectamente con la dinámica de la naturaleza y el medio ambiente de esta región. Los cantos narran vicisitudes de la vida individual y colectiva de los llaneros y se transmiten oralmente a los niños desde su infancia. [esta forma de transmisión del patrimonio cultural se le conoce como tradición oral]”. (Unesco).

La escritura atrapa a la palabra hablada, aun cuando no haya sido pronunciada sino imaginada en nuestro mundo interior, la objetiva y petrifica en un medio, ella recoge de manera parcial lo que se expresa, en términos de tecnológicos diríamos que se trata de una transformación con pérdidas de información, pierde su momento, su espacio, su contexto humano esencial, con lo cual revertir el proceso no lleva al punto de partida. Se gana por un lado en cuanto a posibilidades de expandir, analizar los hechos y reformar el pensamiento, compartirlo, ampliando las posibilidades de la memoria y la inteligencia colectiva pero al costo de pérdida de información.

La palabra hablada suena, es suceso, acontecimiento, presente, no está sola se puede valer del contexto, convoca, provoca, afecta, suma voluntades, motoriza y orienta la acción, llena el espacio físico, compromete.

La cultura oral sobrevive sin la cultura escrita, lo inverso no es posible, por ello decimos que se complementan pero en forma asimétrica. Igual sucede con las demás culturas surgidas con la invención de tecnologías relacionadas.

El sabio aprende en la práctica, en el terreno.

El erudito aprende del estudio del conocimiento escrito, desde la distancia de los hechos y de la realidad.

¿Qué hacer?

.-Promover los procesos de enseñanza-aprendizaje propios de la cultura oral, su pensamiento y formas expresivas. Puede que ello ayude al abordaje de los problemas y sus soluciones desde la perspectiva compleja.

.-Explorar y explotar todo el abanico de posibilidades que abren las invenciones de tecnologías relacionadas para relanzar la cultura oral repotenciada./UN