UN ANÁLISIS HISTÓRICO ENTRE VENEZUELA Y COLOMBIA Capítulo 3
Víctor Hugo Mendieta Ramos
Periodo colombiano.
Al momento de caer Marcos Evangelista Pérez Jiménez se indultan a muchos presos políticos que salen de las cárceles y otros líderes de los partidos políticos que eran perseguidos y se encontraban en el exilio, pueden retornar a Venezuela después de varios años en el exterior y quienes de alguna manera hacían oposición desde los gobiernos que los acogía.
Transcurridos estos acontecimientos se inicia al igual que en Colombia un acuerdo político para las elites del momento, en el cual se van a turnar el poder entre los dos partidos: Adecos: Alianza Democrática AD y Copellanos: el Comité Político Electoral Independiente COPEI, a lo que se le va a llamar Pacto de Punto Fijo, conocido con el nombre de Puntofijismo. Así van a transcurrir muchos eventos a nivel nacional y que al compararlos con los que ocurren del lado colombiano, irán mostrando sus semejanzas como sus diferencias.
El surgimiento de los movimientos insurgentes de Venezuela después de que se inicia la transición entre lo que fue la dictadura de Marcos Evangelista Pérez Jiménez, hacia la democracia representativa con Rómulo Betancourt. Para tal efecto se crea una Junta de Gobierno transitoria compuesta inicialmente por militares y posteriormente integrada con civiles, quienes en ese año convocaran a elecciones y empezaran con la aplicación del acuerdo político de Punto Fijo. Durante este año se intentará tomar el poder de esta junta, con un intento fallido de golpe que no logra hacerse al poder. Posteriormente vendrán las primeras elecciones y se inicia el periodo de la cuarta república que por cuarenta años dirige al país, dando luego inicio a la Revolución Bolivariana de Hugo Rafael Chávez Frías, en lo que se ha dado en llamar, la quinta república.
Empezando la década de los años 60 con la experiencia de las confrontaciones a la dictadura en contra de Marcos Evangelista Pérez Jiménez, son las que van a dar con el ingrediente básico y primario para la conformación de pequeños grupos armados pre insurgente, que después se traducirán en grupos guerrilleros.
La postura que asume el primer presidente electo del pacto de Punto Fijo Rómulo Betancourt al excluir al Partido Comunista de Venezuela PCV y después el abandono del partido político Unión Republicana Democrática URD de la coalición de gobierno, son los factores por el cual una posición más radical decide finalmente a través de las brigadas, Unidades Técnicas de Combate UTC, como una de las nuevas formas de confrontación, al nuevo y recién instaurado orden político.
Las posturas políticas diferentes a ese nuevo orden, van dando el surgimiento de los movimientos políticos como el Movimiento de Izquierda Revolucionario MIR y otras formas de confrontación son las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional FALN, que durante este periodo presidencial más otros intentos de rebeliones militares, atentados y una votación amplia presidencial de Raúl Leoni en 1963 en pro del continuismo del pacto político, son elementos por los cuales las guerrillas del lado de Venezuela finalmente entraran a la contienda política de la nación años más tarde.
Las coincidencias y diferencias en el periodo estudiado para las dos naciones, se destaca como hay para ambos países una misma línea de dictaduras, juntas transitorias hacia las democracias representativas y el surgimiento por parte de las dirigencias de ambos países en acuerdos políticos que excluyen a otras formas de políticas más progresistas, que van dando con el surgimiento de los grupos insurgentes en ambos países.
En alguna medida las conclusiones a las que se van llegando, no son las únicas ni definitivas, por cuanto el tema da apertura a muchas más conclusiones y profundizaciones. Aquí tan solo se abre el debate que suscita varias opiniones y preguntas que de alguna manera, contribuyen a dar en parte la explicación de lo que es el hoy el presente para la región.
- PERIODO DECISIVO PARA LOS CONSERVADORES Y LIBERALES COLOMBIANOS ENTRE LOS AÑOS DE 1946 A 1958
El acontecer político de Colombia siempre ha llevado el lastre de la violencia como el elemento más predominante que se destaca desde su independencia. El escritor Arturo Alape, en su libro: la paz, la violencia citado por Mario A. Murillo. Nos habla de este lamentable hecho histórico en los siguientes términos:[1]”Testigos de excepción: Desde el principio estaba claro que el estado no era para todos, y su control por unos pocos necesitaba ser mantenido, perdido o ganado al emplear el único método conocido hasta entonces por la clase gobernante que surgió de la guerra de independencia: usando la guerra misma.”
La memoria tiene sus mayores recuerdos en los aspectos que de alguna manera marcan la vida política de los pueblos, sobre todo cuando estos aspectos son de violencia y ocurren como elementos no solo indeseables, si no que precisamente esta condición es la que los marca con un sello de no olvido y le confieren un repudio tal, que es el que en definitiva da validez al conocimiento para su no repetición o de nada tendría valides dicho conocimiento. La historia entendida así, marca la diferencia entre la pasividad que domina mientras exalta la rebeldía que libera.
Colombia está marcada ampliamente por este adormecimiento colectivo, que tiene que ver con un interés del no conocimiento de su verdadera historia. La historia de esta nación, no es la que la oficialidad ha querido imponer de acuerdo a su inflexible política, es más bien la que se ha ocultado y que hay que destapar, más la que se está construyendo día a día y desde los sectores menos reconocidos tradicionalmente.
Para entender estas circunstancias, el trascurrir de los acontecimientos ha dado a conocer desde las élites que han ostentado el poder, una sagacidad e inteligencia hacia la consolidación como clase que no solo domina, sino que además fustiga una histórica represión a cualquier modo diferente de pensar. Esta forma de imposición muy seguramente tiene su explicación de una herencia mental colonizadora, propio de la cultura eurocéntrica, que pese a encontrarse en otro continente y en otro tiempo, no le impide resurgir como actor impositivo en la defensa de sus privilegios.
Así, el pensamiento conservador como su contrario el liberal, muchas veces se han entremezclado a la hora en que se trata de defender sus intereses. Los dos se unen cuando la amenaza es eminente a un enemigo común, pero se separan cuando se trata de dar una apariencia de democracia o en los casos en que se pugnan intereses de inter-clase. Cuando los caudillos políticos conservadores de los años cuarenta, levantaron su frívola mirada sobre los cuerpos quebrados de sus gentes, dieron el principio a una era que se extiende hasta la mirada atónica de los hechos actuales. Ese mirar de aquel tiempo se tradujo para la época en una indiferencia que pasa su cuenta de cobro al presente.
Hasta aquí ese mirar que se va extender para el próximo capítulo.
09 de marzo del 2024
[1] MURILLO, Mario A. Colombia y Estados Unidos Guerra, inequidad y desestabilización. Editorial Popular, S.A. 2004. P.55.
