Felipe A Priast
La política exterior de los Estados Unidos es un absoluto desastre, una calamidad perpetua que nunca avanza a la humanidad en ninguna dirección, excepto para generar más guerras y más conflictos.
Durante meses la gran mayoría de países del mundo apoyó la idea de un cese al fuego en Gaza para acabar con ese genocidio espantoso que está llevando a cabo Israel con los palestinos, pero todas las iniciativas en la ONU de la comunidad internacional fueron saboteadas por los Estados Unidos, que vetó cualquier posibilidad de cese al fuego porque, políticamente, a Biden no le convenía enemistarse con el “Lobby Judío” de Washington, quienes son los grandes validadores de la política genocida de Israel en territorio americano, y grandes donantes del partido demócrata. Tres resoluciones que hubieron podido llevar a un alto al fuego hace mucho tiempo y salvar miles de vidas fueron vetadas con cínica frialdad por el Gobierno de los Estados Unidos, permitiendo que los judíos siguieran masacrando mujeres y niños palestinos en Gaza.
Pero la ecuación política se le empezó a voltear a Biden, acá, en los Estados Unidos, y viendo que ahora perdía con Trump en toda las encuestas, empezó a cambiar la retórica y empezó -por fin- a condenar a Israel por su barbarie. A Estados Unidos les importa un culo los palestinos, lo único que le importó a Biden fueron sus posibilidades de reelección.
Entonces, tratando de acomodarse a esta nueva situación política adversa, empezó a mandarle mensajitos condenatorios a Netanyahu aquí y allá, y la semana pasada puso al senador Schumer, un senador judío demócrata, a que dijera que “era hora de que el pueblo de Israel bajara a Netanyahu y escogiera a un nuevo líder”.
Pero los israelíes tienen otros planes. Los israelíes quieren apoderarse de toda Gaza y el West Bank y expulsar o matar a todos los palestinos que ocupan esos territorios, para construir la “Gran Israel”, esa Israel que va de “el mar al río (el río Jordán). Entonces, para Netanyahu lo mejor es torpedear a Biden continuando con la guerra, que él sabe que es bastante impopular y dañina para las posibilidades de reelección de Biden, para que este pierda, lleguen de nuevo los republicanos, y así, poder llevar a cabo su plan genocida de acabar con los palestinos y apoderarse de su territorio.
Pero Biden y los demócratas se pillaron las intenciones de Netanyahu y por eso pusieron a Schumer a decir lo que dijo el otro día sobre que Netanyahu renunciara. Pero Bibi no es un idiota y fue y se reunió con la bancada republicana en Washington, quienes le dieron todo su apoyo.
En resumen, la Guerra de Gaza se ha convertido en un instrumento político de cara a las próximas elecciones acá, en los Estados Unidos, y ambos partidos, tanto demócratas como republicanos, están usando a esos pobres palestinos y sus vidas como moneda de cambio de sus intereses políticos. A nadie le interesa esa gente, lo único que importa es el flujo del billete judío, y el efecto de la guerra en los votantes americanos. Todas las acciones están supeditadas por esos dos factores. Y el acto de malabarismo de Biden es un imposible total: mantener el apoyo del Lobby Judío de Washington mientras se condena a Israel. Eso es imposible, es una contradicción absoluta llamada al fracaso.
Ahora, viendo como Netanyahu se está cagando firmemente en sus posibilidades de reelección, Biden ha decidido dar un paso más en su aparente deseo de traer un alto al fuego en Gaza, sacando una resolución de alto al fuego en la ONU, que de inmediato fue vetada por China y Rusia.
En simples términos, ambos países están mandando a los Estados Unidos a comer mierda. Durante meses todo el mundo pidió por un cese al fuego por razones puramente humanitarias, viendo la tragedia de lo que sucedía en Gaza, y los Estados Unidos se oposusieron a todas las iniciativas de todo el mundo, siendo el único país que apoyó a Israel en su matanza. Todas las resoluciones de la ONU por un alto al fuego fueron vetadas por los Estados Unidos.
Ahora, angustiados por la forma como están perdiendo sus polsibilidades de reelegirse, ahí sí los demócratas salen y redactan una propuesta de alto al fuego para intentar salvar cara, pero ahora ya es muy tarde. Ahora los que se han opuesto a la resolución de alto al fuego son los chinos y los rusos, quienes argumentan -correctamente- que los Estados Unidos estan emitiendo esa resolución porque están cagados de cara a las próximas elecciones presidenciales, además de que su resolución no condena a Israel por su masacre ni declara un “cese al fuego definitivo”.
Lo que buscan los Estados Unidos, en otras palabras, es un cese al fuego temporal para liberar a los secuestrados que tiene Hamas, para después resumir la guerra y permitir la subsecuente masacre de palestinos, y así, quedar bien con el lobby judío, aparentando al mismo tiempo que están ayudando a los palestinos.
Y estos hijos de puta creyeron que nadie se iba a dar cuenta de sus intenciones, ¡tienen huevo!
De inmediato los chinos y los rusos les dijeron “¡vayan coman mierda, hijos de puta!”, marcando una nueva caída de los Estados Unidos en el concierto mundial.
Biden se tiene que ir, ya no hay de otra. Todo el mundo quiere que se vaya, hasta los que algún día lo apoyaron.
Netanyahu quiere que se vaya, porque a él y a Israel le conviene más un gobierno republicano que apoye la causa de Israel. De hecho, ese genocida hijueputa ya ha dicho que, con o sin la ayuda de los Estados Unidos, va a asaltar Rafah, una zona de Gaza en donde ahora residen 1.25 millones de palestinos. Eso va a ser una matanza espantosa y todos la vamos a ver en vivo y en directo, sin poder hacer nada para contrarrestarla.
Los rusos quieren que se vaya, porque Trump les conviene más para sus ambiciones de terminar la guerra en Ucrania en sus términos.
Los republicanos quieren que se vaya, porque es un presidente del partido opuesto al de ellos.
Y el resto de americanos queremos que se vaya, porque es un hijo de puta que especuló con la vida de los palestinos, solo tomando acción cuando le convino políticamente.
Yo, personalmente, estoy abatido moralmente. Me siento profundamente avergonzado de ser ciudadano americano.
Estoy esperando que me salga una vaina. Si me sale, me voy de este hijueputa país de mierda de gente hijueputa que especula políticamente con la vida de todo un pueblo. Me mamé de los Estados Unidos, me mamé de tanta maldad, de tanta mierda.
Y para completar todo este escenario de miseria moral, el yerno de Trump, un judío llamado Jared Kushner, quien está casado con Ivanka Trump y quien trabaja con su suegro, ya está viendo a ver cómo vende la franja costera de Gaza a inversionista, porque esa es una zona “con mucha proyección comercial”. Ese decir, ya se están repartiendo los despojos de Gaza.
De hecho, dentro de la comunidad judía de New York y New Jersey ya estan ofreciendo tierras en esos territorios para colonos que se quieran ir a vivir allá.
Esto que está pasando acá en los Estados Unidos, la ambición de los judíos y el deseo de exterminar a los palestinos y robarse la tierra de Gaza, es lo más espantoso que he visto en mis 23 años viviendo en este país. Es incluso más espantoso que el 9/11. Yo nunca pensé que los Estados Unidos fuera tan vacío moralmente, que fuera tan cínico, materialista y controlado por los judíos.
Hasta aquí llegué. Vivo acá porque me toca (por el momento), pero este país y yo ya hemos entrado en un proceso divergente que ya no tiene vuelta atrás. Esto y otras cosas que yo sé aún peores, me han llevado a la triste conclusión de que, la única posibilidad de supervivencia de la Humanidad consiste en la reducción del poder de los Estados Unidos en el mundo.
Los Estados Unidos son la principal amenaza contra la paz mundial, y tenemos que encontrar la forma de detenerlos como sea, si queremos seguir siendo humanos.
Este país está enfermo, somos una nación de enfermos mentales. No entiendo cómo el resto del mundo acepta que los guíe un enfermo mental, no entiendo…
¡Gringos hijos de puta, váyanse a la puta mierda!
