Al ex-imperio francés le crecen los enanos.

Por Henry Pacheco

Francia lleva mucho tiempo intentando socavar la soberanía africana, desde las luchas de liberación nacional del siglo XX hasta hoy. Pero África no toleró el dominio francés.

La huella de Francia sobre África comenzó desde 1830 con el proceso de colonización en Argelia y siguió décadas después en el Congo, Túnez y la isla de Madagascar. Eran tiempos en que las potencias europeas penetraban el continente africano y se lo repartían como un pastel. Después de la ola de independencias africanas, Francia continuó influyendo sobre gobiernos independientes, incluso con presencia militar en algunos de ellos, como el actual caso de Mali. 

Para comienzos del siglo XX, la dominación de Francia en África se había extendido con tal éxito que en 1904 se creó oficialmente la África Occidental Francesa, que incluyó a ocho países. Una campaña que se extendió aún más a la África Ecuatorial Francesa, con nuevos territorios colonizados como Gabón, Congo, Chad y la actual República Centroafricana

El 2 de octubre de 1958, Guinea declaró su independencia de Francia.       Argelia, la colonia que Francia quiso retener a toda costa

Argelia sufrió un proceso de liberación que le costó una guerra de ocho largos años, desde 1954 hasta 1962. El Frente de Liberación Nacional de Argelia fungió como una guerrilla que se enfrentó a sangre y fuego al ejército francés y a los denominados ‘harkis’, combatientes locales del lado francés.                                                                                                                               Francia venía de perder Indochina, su gran colonia en Asia, y no se permitiría perder su más antigua y próxima colonia en África. De manera que lanzó una violenta represión a las hostilidades efectuadas por el Frente de Liberación Nacional.                                                                                                                            Finalmente en 1962, con un saldo de 1,5 millones de argelinos muertos, y tras un abrumador referendo independentista, se firmaron los Acuerdos de Evian, en los cuales Francia le otorgó a Argelia su derecho soberano de autogobernarse. 

La responsabilidad de Francia en el genocidio de Ruanda de 1994

Pese a la descolonización y al sentimiento de un África libre, continuaron los episodios tortuosos que involucraron a Francia en este continente.                                                                                                                                                                                           Uno de los casos más sonados actualmente es la responsabilidad de Francia en el Genocidio de Ruanda. En 1994 y durante 100 días, el gobierno hutu ejecutó un intento de exterminio de la población tutsi en la cual murieron alrededor de 800.000 personas                                                                                                                                                                                 En 2017, el Gobierno de Ruanda encargó al bufete de abogados Levy Firestones Muse, con sede en Washington, un informe donde se concluyó que «el Gobierno francés pudo prever que se avecinaba un genocidio«. Además, se consigna en el informe que «los funcionarios franceses armaron, asesoraron, capacitaron, equiparon y protegieron al Gobierno de Ruanda, sin prestar atención (…) a la destrucción y la muerte de los tutsis«.

En mayo de 2021, el presidente Macron visitó Ruanda y reconoció la responsabilidad francesa en el genocidio

Mali, el país africano donde Francia interviene con miles de soldados en una guerra contra el terrorismo.

Otro de los países africanos donde en los últimos años se ha cuestionado la legitimidad de Francia en la intervención de sus asuntos internos es Mali. 

No es la primera vez que Mali deja de lado a Francia para desarrollar un proyecto nacional independiente. En 1960, Mali consiguió su independencia, y el presidente Modibo Keïta lideró el país en su afán por establecer la soberanía y contribuir al desarrollo de una política panafricanista para el continente.             En 1968, el general Moussa Traoré salió de su cuartel y derrocó al gobierno socialista de Keïta.     

El derrocamiento de Keïta no fue un hecho excepcional; el golpe de Estado en Mali formó parte de una serie de golpes militares en el continente, desde Burundi (contra Louis Rwagasore en 1961) y la República Democrática del Congo (contra Patrice Lumumba en 1961) hasta Togo (contra Sylvanus Olympio en 1963) y Ghana (contra Kwame Nkrumah en 1966).                                                                                                                             Con el objetivo de sofocar la expansión de grupos terroristas como Al-Qaeda en el Magreb, el ex presidente François Hollande ordenó la Operación ‘Serval’ el 11 de enero de 2013. Este operativo vino seguido por la Operación ‘Barkhane’, lanzada el 1 de agosto de 2014, en la cual Francia desplegó 4.500 soldados en la región del Sahel.                                                                          La penetración militar francesa despertó la indignación del pueblo maliense. Con arengas de «Abajo Francia» o «Francia, lárgate», manifestantes malienses reclamaron la salida de las tropas francesas de su territorio con sendas protestas a finales de 2019 y comienzos de 2020                                                                                                                                                                                             60 años después de haberse independizado de Francia, Mali aún está bajo intervención militar francesa a pesar de la promesa de Macron de un recorte progresivo de sus tropas en el Sahel. 

Como Mali, Ruanda y Argelia, son muchos los países africanos que han sufrido heridas por el rol de Francia como potencia imperial. Una relación tortuosa que actualmente busca reinventarse.

En el caso de Níger, que es emblemático de la oleada de resistencia en la región, durante el golpe de julio de 2023 la población salió a la calle contra el resabio colonial francés que ha facilitado la corrupción rampante y estructural y ha privado de derechos a amplios sectores de la población.

Gran parte de esta corrupción ha tenido lugar en el sector minero de Níger, que representa uno de los mayores yacimientos de uranio de alta ley del mundo. Mientras que la Comisión de Energía Atómica de Francia y dos empresas francesas poseen el 85% de la empresa, el gobierno de Níger solo posee el 15%. Mientras cerca de la mitad de la población nigeriana vive por debajo del umbral de pobreza y el 90% carece de electricidad, en 2013 el uranio de Níger alimentaba una de cada tres bombillas en Francia. No debe sorprender que, poco después del golpe de 2023, ciudadanos nigerianos tomaron la embajada francesa y la base militar en la capital, Niamey. Francia retiró sus tropas poco después.                                                                                                                                                                  El 16 de marzo de 2024, el gobierno de Níger revocó un acuerdo militar de una década de antigüedad con Estados Unidos, tan solo dos días después de que una delegación estadounidense se reuniera con las autoridades locales para plantear su preocupación por la asociación del país con Rusia e irán. 

En un comunicado público, el gobierno de Níger “condenó enérgicamente la actitud condescendiente, acompañada de la amenaza de represalias, del jefe de la delegación estadounidense hacia el gobierno y el pueblo de Níger.

 El gobierno también citó las siguientes razones para revocar el acuerdo con Estados Unidos: el coste que ha infligido a los contribuyentes nigerianos, la falta de comunicación en torno a las operaciones nacionales y las actividades de las bases militares estadounidenses, los movimientos de aviones no autorizados y la ineficacia de su denominada labor antiterrorista.
Los gobiernos progresista de Níger, Mali y Burkina Faso anunciaron (28.01.2024) su decisión de abandonar la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (Cedeao), afirmando que este organismo se encuentra «bajo la influencia de potencias extranjeras», ha traicionado sus «principios fundadores» y «se ha convertido en una amenaza para sus Estados miembros».  denuncian que la organización regional, de la que forman parte desde hace 49 años, les ha impuesto además sanciones «inhumanas» que han empobrecido a sus habitantes

Hoy en día  NUEVA  CALEDONIA:                                                                                                                Por qué Francia considera al Archipiélago de Nueva Caledonia “crucial” para sus intereses geoestratégicos en el océano Pacifico?

Francia ha declarado el estado de emergencia en Nueva Caledonia, un archipiélago en el Pacífico, tras violentos disturbios que han dejado cuatro muertos y cientos de heridos. Las protestas surgieron como respuesta a una reforma del censo electoral promovida por el gobierno francés, que, según los líderes del pueblo indígena canaco, diluirá la influencia de ese sector de la población en las instituciones del territorio. Este conflicto pone de relieve no solo las tensiones locales, sino también los intereses geoestratégicos que Francia tiene en esta región.

UN TERRITORIO ESTRATÉGICO EN EL PACÍFICO

Nueva Caledonia, situada a unos 1.200 kilómetros al este de la costa de Australia, es uno de los territorios de ultramar más importantes para Francia. Consiste en la isla principal, Grande Terre, las Islas de la Lealtad, la Isla de los Pinos y otros islotes menores. Con un clima tropical y una población de aproximadamente 270,000 habitantes, este archipiélago alberga una mezcla de poblaciones indígenas, canacas, europeos, polinesios y asiáticos.

Desde un punto de vista geo estratégico, Nueva Caledonia es vital para Francia. La presencia militar francesa en la región no solo asegura la defensa de sus territorios de ultramar, sino que también permite a Francia proyectar su poder en el Pacífico. Esta presencia es crucial para la seguridad marítima, el control de importantes rutas comerciales y la vigilancia contra actividades ilícitas como la piratería y el tráfico de drogas.

RECURSOS NATURALES: EL ORO VERDE DEL PACÍFICO 

Uno de los mayores intereses de Francia en Nueva Caledonia son sus vastas reservas de níquel, un mineral crítico para la industria tecnológica y militar. Nueva Caledonia posee algunas de las mayores reservas de níquel del mundo, lo que convierte a este recurso en un activo estratégico. La explotación de estas reservas es una fuente importante de ingresos y empleo, pero también ha sido una fuente de tensión con las comunidades indígenas, que a menudo sienten que no reciben una parte justa de los beneficios.

Además del níquel, el Archipiélago ofrece otros recursos minerales y pesqueros valiosos para Francia. La riqueza de los recursos marinos y la biodiversidad de la región también ofrecen oportunidades para la investigación científica y la conservación ambiental.

TENSIONES SOCIALES Y POLÍTICAS

Las protestas recientes en Nueva Caledonia están profundamente arraigadas en la historia de la colonización y las políticas de integración francesa. Desde que Francia tomó posesión del territorio en 1853, ha habido de forma recurrente tensiones y conflictos entre los colonos europeos y las poblaciones aborígenes canacas. Estos conflictos alcanzaron su punto máximo en la década de 1980, culminando en los Acuerdos de Matignon en 1988 y el Acuerdo de Numea en 1998, que ampliaron la autonomía del territorio y establecieron un calendario para los referendos sobre la independencia.

En los tres referendos celebrados en 2018, 2020 y 2021, la mayoría de los votantes optó por permanecer como parte de Francia. Sin embargo, la reciente reforma del censo electoral ha reavivado las tensiones. La reforma propone permitir el voto a personas que residan en el archipiélago desde hace diez años, lo que los independentistas consideran una amenaza a su influencia proporcional en las instituciones.

INTERESES GEOPOLÍTICOS Y ESTRATEGIAS DE PODER

Más allá de los recursos naturales y las tensiones internas, Francia tiene importantes intereses geopolíticos en mantener su presencia en Nueva Caledonia. La región del Pacífico es estratégicamente crucial, especialmente en un momento en que la influencia de China está en aumento. Francia, a través de su presencia en Nueva Caledonia, puede actuar como un contrapeso a la creciente influencia china, ayudando a mantener un equilibrio de poder favorable a los intereses occidentales.

Además, la presencia francesa en el Pacífico le asegura un asiento en importantes foros regionales como el Foro de las Islas del Pacífico, donde puede influir en la política regional y participar en la toma de decisiones estratégicas.

IMPACTO ECONÓMICO Y SOCIAL

La economía de Nueva Caledonia se basa en gran medida en la minería del níquel, pero también depende de la agricultura, el turismo y los servicios. La explotación de recursos ha llevado a un desarrollo económico significativo, pero también ha generado desigualdades socioeconómicas. Las comunidades indígenas canacas a menudo se encuentran en desventaja, lo que alimenta el resentimiento y las tensiones sociales.

El potencial turístico de Nueva Caledonia también representa una fuente importante de ingresos. Sus playas paradisíacas, la rica cultura local y la biodiversidad atraen a turistas de todo el mundo. Sin embargo, el turismo también puede ser una espada de doble filo, ya que el desarrollo turístico puede llevar a la sobreexplotación de los recursos naturales y la alteración de las comunidades locales.