VIOLENCIA COMPARADA

UN ANALISIS HISTÓRICO ENTRE VENEZUELA Y COLOMBIA

Por: Víctor Hugo Mendieta

Capítulo 5

Periodo colombiano.

El candidato liberal Jorge Eliecer Gaitán y el Bogotazo

Mientras los acontecimientos en las periferias del país se daban simplemente en las lógicas del devenir histórico de la época, el panorama político de la nación también hacia sus incursiones en la figura de un líder emblemático como lo fue: Jorge Eliezer Gaitán Ayala. Un líder del partido liberal que con su discurso arrastró grandes multitudes, quienes lo veían como el liberador de sus injusticias. No es raro que en nuestra vituperada historia Latinoamericana den sentido a líderes carismáticos como redentores de pueblos subyugados, en una clara influencia del yugo cristiano que busca salidas en salvadores que cuando mueren o son asesinados, resultan estar más vivos que lo que era en vida. Pero al mismo tiempo denotan que la tan anhelada igualdad y justicia social, es exponencialmente grave y aún se encuentra pendiente. Un líder, un cristo salvador, pace ser el símbolo y el medio por el cual las mayorías solo encuentran un conducto hacia la liberación, pero este solo podría considerarse el medio ya que el fin pudiese desencadenar en otra cosa.

La vida y obra de Gaitán no es el propósito del presente estudio, ya hay bastante información y especialistas al respecto, me limito a nombrar algunos aspectos claves de su actuar político.

Su actividad como miembro del congreso de la república es destacado por su denuncia en la masacre de campesinos al norte del país, por miembros del ejército nacional de la época, en disolver la protesta pacífica que adelantaban los trabajadores y campesinos ante la multinacional: United Fruit Compani, estas denuncias le valieron un gran reconocimiento político y es conocido el hecho como: la masacre de las bananeras, sucedido el 6 de diciembre de 1928.

Estos hechos se dan cuando el gobernador de la época solicitó apoyo al gobierno central y este envió al ejército en cabeza del coronel: Carlos Cotes Vargas, en calidad de gobernador militar de la región amparado en el estado de sitio decretado por el gobierno central. Los hechos ocurrieron ante una multitud de trabajadores reunidos en protesta frente a la estación del tren de la población de Ciénaga, al norte de Colombia, quienes huían por entre los cultivos de banano cuando fueron perseguidos por el ejército. Este general después de hacer leer en voz alta la resolución por la cual estaba autorizado a desintegrar la protesta de los trabajadores de la bananera, dio un plazo de cinco minutos para que se retiraran, como no se hizo en este tiempo, inmediatamente dio la orden a sus soldados de disparar, causando la muerte por lógica a muchos trabajadores.

Estos fueron los relatos de algunos de los sobrevivientes. Pero investigaciones años más tarde, se ha podido saber hoy día es que fueron en realidad más de mil, como lo cita un diplomático estadunidense para la época:

Bogotá, 16 de enero de 1929. Honorable Secretaría de Estado, Washington Señor: Con referencia a los informes previos en relación con la huelga de Santa Marta, y con referencia especial a mi despacho No. 55 de diciembre 29, tengo el honor de informar que el representante de la United Fruit Company en Bogotá, me dijo ayer que el número de huelguistas muertos por las fuerzas militares colombianas pasa de mil. Jefferson Caffery, representante en Bogotá de los Estados Unidos.[1]

El acontecer de la vida nacional va lentamente forjando el destino de las personas que sin proponérselo o sin saberlo, van ocupando el nudo histórico del país. Ese parece ser el caso de Jorge Eliezer Gaitán, un hombre que estudió derecho en la principal universidad de Colombia: La Universidad Nacional de Colombia y quien posteriormente se doctoró en Roma, regreso a Colombia, como miembro del Partido Liberal fue diputado y senador, y presidió las dos cámaras legislativas, fue alcalde de Bogotá en 1936 cuando era presidente Alfonso López Pumarejo en su primer periodo y ministro de educación en el periodo presidencial del tío abuelo del expresidente Juan Manuel Santos Calderón, Eduardo Santos Pantoja y de ministro de trabajo en el segundo periodo presidencial de: Alfonso López Pumarejo.

Las pugnas por el poder de las clases dirigentes hacia 1944 ya hacían agua el gobierno progresista de Alfonso López Pumarejo en su segundo mandato, el cual renuncia en julio de 1945 dejando terminar el periodo presidencial al designado de gobierno del momento, Alberto Lleras Camargo.

Pero la falta de cálculo, fue también una constante que se repitió del lado más progresista de la época. Jorge Eliécer Gaitán Ayala y las malas decisiones del partido liberal por aquellos días, hicieron que los conservadores regresaran al poder en 1946, tras un periodo de ejercer la presidencia del partido liberal de 16 años, desde 1930 a 1946 y además que de 1930 hacia atrás, el poder lo ejerció el partido conservador por 47 años en la presidencia del país, también con una nefasta época de violencia y protestas en todo el territorio nacional.

Estas malas decisiones del partido liberal en su convención para la escogencia del candidato que disputaría la presidencia en el siguiente periodo de 1946 a 1950, resultando electo en primer lugar: Gabriel Turbay, quien había sido embajador de los Estados Unidos y en segundo lugar quedo: Jorge Eliecer Gaitán, quien ya había regresado de nuevo al partido liberal, en vista que su colectivo el llamado: Unión de Izquierda Revolucionaria, UNIR creado por él,  ya había quedado disuelto, pese a que unos años antes este partido tenía incidencia en sindicatos como: el de la Industria Nacional de Chocolates, la Energía Eléctrica, Textiles Monserrate y otros. 

Pero esto no le valió para que la Central de Trabajadores de Colombia y el Partido Comunista, no se adhirieran a su campaña y él formara una disidencia del partido liberal e hiciera una campaña por su cuenta recorriendo gran parte del país. Esto demuestra una vez más que la clase trabajadora como clase, en este caso se inclinó más por sus intereses que por la claridad política que en el momento se requería.

Esta división sirvió para que la disputa liberal entre Turbayistas y Gaitanistas en la contienda electoral, fuera aprovechada hábilmente por los conservadores quienes postularon tan solo unos meses antes, como único candidato al conservador Mariano Ospina Pérez, el cual era partidario en su discurso de la unión nacional sin sectarismos y quien finalmente ganó la presidencia de la república, volviendo de nuevo a la era conservadora, la cual ya había sido superada por cuatro periodos consecutivos liberales anteriores a esta. 

Un aspecto para tener presente que en Colombia como en Venezuela los cambios y caos suceden en especial en las repeticiones de los mandatos presidenciales como: Alfonso López Pumarejo, Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera por nombrar algunos, son casos característicos de que después vienen acontecimientos políticos fuertes al interior de cada uno de sus respectivos países.

Hasta aquí mientras continuamos en el siguiente capítulo.

Víctor Hugo Mendieta Ramos

18 de junjio del 2024


[1] Allen S. Vall-Spinoza, “Fusiles y bananos”, en Magazín Dominical, El Espectador, junio 11 de 1972, pp., 5-6

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