Más que un juicio a un expresidente

Por: Colectivo político al socialismo en nuestra América

La declaratoria de culpabilidad de un expresidente de Colombia, dictaminada por una juez del sector limpio de la rama judicial, es mucho más que el juicio a una persona, es el de un período y un proceder en la sociedad. No cae un individuo, cae una era. La calidad de esta decisión coloca al país en un lugar alto en el concierto de naciones y representa un ejemplar avance de civilización desde un punto de vista de construcción de una sociedad más justa y humanista, en la que pese la ética y en la que las personas puedan vivir con dignidad y con el derecho al plano disfrute de su existencia, sin ningún tipo de discriminación, preferencias para que nadie pueda someter a otros al maltrato, la esclavitud y la explotación alienante.

Con esta clara aplicación del derecho se recuperan la confianza y la visión de que son tareas del estado, estimular, proteger y garantizar el pleno ejercicio de las funciones ciudadanas sin distinción de razas, condición social, sexo. Que es un permanente compromiso: rechazar, denunciar, bloquear y neutralizar a aquellos que en razón de su peso económico, político, ideológico, tecnológico o jerárquico no respetan la condición humana y ejercen un poder abusivo o despótico sobre las personas, sus organizaciones, etnias o naciones, en cualquier parte del mundo.

Muy en la senda histórica de la caída de la monarquía en Francia en 1789, del derrocamiento del zar en Rusia en 1917 y el fin del imperio en China 1949, esta trascendental decisión judicial golpea contundentemente a los sectores oligárquicos y del narcotráfico, que se han enquistado en todas las instituciones del estado colombiano y que han mantenido una sociedad de exclusión de la población a la que nunca se le ha reconocido el derecho a vivir dignamente en su propio país.

Es apenas de esperar que los sectores retardatarios que se sienten representados por este personaje, salgan a marchar en la defensa de un delincuente procesado por fraude procesal y compra de testigos, que busca así entrampar a la justicia; pero para el resto de la sociedad y desde del derecho, ese proceder es una vergüenza.

Es un momento para que la ciudadanía colombiana enrute al país hacia eras más gloriosas en las que brillen el bienestar público y las decisiones por objetivos sociales, basados en la inteligencia, la protección a la vida, la democracia y la felicidad. Estos valores son los que se deben conservar y profundizar nombrando gobernantes que se guíen por ellos.

Julio 31 de 2025