Entre el Golpe de Estado Blando y la Lucha por la Democracia
“Es hora de acompañar al presidente y su gobierno en este acto legítimo y constitucional de Consulta Popular, que devuelve a los colombianos el derecho de ser arte y parte de las grandes decisiones políticas del país para de definir nuestro propio destino”
Por: Hugo René Orejuela*
Colombia atraviesa por una coyuntura política compleja, difícil de comprender para muchos. Una oposición de derecha y ultra derecha que pide garantías de seguridad ante el infortunado atentado contra el Senador y precandidato del Centro Democrático Miguel Uribe Turbay, que ha escandalizado y polarizado mucho más el ambiente político.
Un hecho que ha sido aprovechado por la oposición para arrinconar al presidente Gustavo Petro, desconociendo su autoridad, negándose a recibir garantías políticas y de seguridad del gobierno colombiano, ante la agenda electoral legislativa y presidencial de 2026, porque según ellos este escenario violento en Colombia, “es culpa de Petro”.
Este inesperado hecho criminal está siendo capitalizado políticamente para hacerle ese juicio político publico que tanto han deseado al presidente Gustavo Petro, con el propósito de dañar su imagen y la del del gobierno. Sin desestimar el saboteo constante en el legislativo donde han archivado la Reforma Laboral, entre otras y desaprobado la Consulta Popular, con una votación en el congreso llena de artimañas y trampas.
Han tumbado todas las propuestas de reformas sociales de ley para torpedear el programa de gobierno presidencial y por si fuera poco declaran desconocer la autoridad del presidente, hacen lobby político fuera de Colombia para conseguir apoyo internacional de parte de la ultra derecha de EEUU y su Secretario de Estado Marco Rubio, convocan reuniones con altos mandos militares y de policía por encima de su máximo jefe, el presidente de la república, con propósitos claros. Esto raya con la SEDICION
Según la oposición es culpa de Petro, por utilizar un lenguaje de odio y polarización contra ellos, un lenguaje cuyo propósito, según ellos, es ponerlos en la picota publica para que sean el blanco de cañón, de los desarrapados, de los nadie, de los vagos, de los que le causan alergias a su gente de bien.
Pero fuera de todos los argumentos eufemísticos de la derecha, la verdad sea dicha, están utilizando este atentado para crear una crisis política sobredimensionada, para poner en acción el plan calcado que ha funcionado en países vecinos: desconocer la institucionalidad y la autoridad del presidente, sabotear y bloquear las propuestas de reformas sociales de ley en el congreso, para obligar al presidente a gobernar por decreto; hacer campañas mediáticas en los medios corporativos tildando al presidente de dictador; buscar apoyo internacional para pedir sanciones económicas contra el país; provocar la renuncia o salida forzada del presidente, con los llamados Impeachments, juicios políticos o lawfare. Pero si nada de esto les funciona, desconocer los resultados de las elecciones legislativas y presidenciales, si éstas, no le son favorables.
Lo hicieron en Venezuela, donde destruyeron la floreciente economía petrolera, pidiendo sanciones económicas e invasiones militares a Estados Unidos con el propósito de sacar y acabar con el proceso de la revolución bolivariana liderada por el chavismo. Lo hicieron en Brasil sacando del poder con un “Impeachment” a Dilma Rousseff en 2016.
Lo hicieron con Fernando Lugo, en 2012 con un juicio político acusándolo de responsabilidad política por enfrentamientos violentos entre campesinos y policías. Lo hicieron con Evo Morales en 2019, incendiaron el país andino para provocar el desacato de la Asamblea y de las fuerzas militares para obligar a Evo a dejar el poder.
Lo hicieron con Pedro Castillo, en Perú acusándolo de provocar un autogolpe de Estado, solo porque no quiso firmar el indulto político al dictador Alberto Fujimori. Lo hicieron con Manuel Zelaya, en Honduras por enfrentarse al congreso y la suprema corte de justicia, para impulsar una consulta popular para reformar la constitución. Todos denominados Golpes Blando.
Casualmente este es el mismo escenario contra el presidente Gustavo Petro; parece que consultar al pueblo sobre decisiones de gran envergadura o devolver el derecho de decisión al constituyente primario, es muy malo en nuestras democracias, diseñadas para que la derecha se perpetue en el poder evitando a toda costa que se rompa el paradigma de sometimiento, de hambre y miseria de 200 años contra el pueblo colombiano
Solo quiero recordar que nuestro sistema político moderno, funciona como democracia representativa, así está contemplada en el sistema electoral colombiano. El ciudadano a través del instrumento de las elecciones, delega el poder político por un cierto tiempo en determinadas personas y partidos. Pero la delegación de poder legitimada por las elecciones, no comprende la delegación ni representación de ciertas relaciones sociales o intereses políticos del ciudadano como individuo.
Por otra parte, las investigaciones del atentado al Senador Miguel Uribe arroja, que quien dio la orden fue un capo de Ecuador ligado al cartel internacional del Narcotráfico. Ecuador, en donde se cometió el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio en medio de una contienda electoral muy reñida entre Luisa Gonzales, del partido Revolución Ciudadana contra Daniel Novoa representante de la derecha. Como cosa rara los medios corporativos acusaron al ex presidente Rafael Correa de este hecho criminal y Daniel Novoa logra ganar la presidencia para terminar el mandato de Guillermo Lasso, quien decretó en 2023 una muerte cruzada o sea salir de la presidencia y disolver el congreso al mismo tiempo.
La pregunta que salta en el aire es, ¿porque un capo del narcotráfico de Ecuador, dio la orden para asesinar a Miguel Uribe Turbay?, ¿quién se lo pidió?.
Sin irme muy lejos en los hechos históricos acontecidos en nuestro país, este episodio es similar al pedido que le hiciera el Senador Liberal Alberto Santofimio Botero a Pablo Escobar, de asesinar al candidato presidencial del Nuevo Liberalismo Luis Carlos Galán, magnicidio que se perpetuó el 18 de agosto de 1989 en Soacha, Cundinamarca, en complicidad del director del DAS de la época, Miguel Masa Márquez.
Por esa misma época se cometieron varios magnicidios, de candidatos presidenciales de izquierda, Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo Osa, de Unión Patriótica y Carlos Pizarro Leongomez, Dirigente del M19. Además de miles de asesinatos, desapariciones forzadas y masacres contra la población de la Colombia profunda, contra los militantes y dirigentes de los partidos representativos de la izquierda, cometidas por grupos paramilitares ligados a las mafias del narcotráfico aupados por dirigentes de los partidos de derecha, que se resistían a acabar el Frente Nacional y que se abrieran las puertas políticas para darle cabida a los excluidos. De una oligarquía que se resiste a cambiar el paradigma de hegemonía política absolutista y totalitaria en Colombia
Si se habla de violencia y exclusión política en Colombia, de lenguaje de odio y polarización política, no podemos mirar hacia el lado izquierdo, miremos siempre hacia la derecha. Los hechos históricos así lo revelan.
Por el momento el presidente Gustavo Petro, ha firmado el decreto de Consulta Popular, para legitimar los puntos álgidos en la Reforma Laboral y de Salud, por encima de los gritos disidentes de la derecha y de las bombas y actos terroristas de la ultraderecha ligada al narcotráfico para sembrar el caos y miedo.
Es hora de acompañar al presidente y su gobierno en este acto legítimo y constitucional de Consulta Popular, que devuelve a los colombianos el derecho de ser arte y parte de las grandes decisiones políticas del país para definir nuestro propio destino.Lo hicieron con Pedro Castillo, en Perú acusándolo de provocar un autogolpe de Estado, solo porque no quiso firmar el indulto político al dictador Alberto Fujimori. Lo hicieron con Manuel Zelaya, en Honduras por enfrentarse al congreso y la suprema corte de justicia, para impulsar una consulta popular para reformar la constitución. Todos denominados Golpes Blando.
Casualmente este es el mismo escenario contra el presidente Gustavo Petro; parece que consultar al pueblo sobre decisiones de gran envergadura o devolver el derecho de decisión al constituyente primario, es muy malo en nuestras democracias, diseñadas para que la derecha se perpetue en el poder evitando a toda costa que se rompa el paradigma de sometimiento, de hambre y miseria de 200 años contra el pueblo colombiano
Solo quiero recordar que nuestro sistema político moderno, funciona como democracia representativa, así está contemplada en el sistema electoral colombiano. El ciudadano a través del instrumento de las elecciones, delega el poder político por un cierto tiempo en determinadas personas y partidos. Pero la delegación de poder legitimada por las elecciones, no comprende la delegación ni representación de ciertas relaciones sociales o intereses políticos del ciudadano como individuo.
Por otra parte, las investigaciones del atentado al Senador Miguel Uribe arroja, que quien dio la orden fue un capo de Ecuador ligado al cartel internacional del Narcotráfico. Ecuador, en donde se cometió el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio en medio de una contienda electoral muy reñida entre Luisa Gonzales, del partido Revolución Ciudadana contra Daniel Novoa representante de la derecha. Como cosa rara los medios corporativos acusaron al ex presidente Rafael Correa de este hecho criminal y Daniel Novoa logra ganar la presidencia para terminar el mandato de Guillermo Lasso, quien decretó en 2023 una muerte cruzada o sea salir de la presidencia y disolver el congreso al mismo tiempo.
La pregunta que salta en el aire es, ¿porque un capo del narcotráfico de Ecuador, dio la orden para asesinar a Miguel Uribe Turbay?, ¿quién se lo pidió?.
Sin irme muy lejos en los hechos históricos acontecidos en nuestro país, este episodio es similar al pedido que le hiciera el Senador Liberal Alberto Santofimio Botero a Pablo Escobar, de asesinar al candidato presidencial del Nuevo Liberalismo Luis Carlos Galán, magnicidio que se perpetuó el 18 de agosto de 1989 en Soacha, Cundinamarca, en complicidad del director del DAS de la época, Miguel Masa Márquez.
Por esa misma época se cometieron varios magnicidios, de candidatos presidenciales de izquierda, Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo Osa, de Unión Patriótica y Carlos Pizarro Leongomez, Dirigente del M19. Además de miles de asesinatos, desapariciones forzadas y masacres contra la población de la Colombia profunda, contra los militantes y dirigentes de los partidos representativos de la izquierda, cometidas por grupos paramilitares ligados a las mafias del narcotráfico aupados por dirigentes de los partidos de derecha, que se resistían a acabar el Frente Nacional y que se abrieran las puertas políticas para darle cabida a los excluidos. De una oligarquía que se resiste a cambiar el paradigma de hegemonía política absolutista y totalitaria en Colombia
Si se habla de violencia y exclusión política en Colombia, de lenguaje de odio y polarización política, no podemos mirar hacia el lado izquierdo, miremos siempre hacia la derecha. Los hechos históricos así lo revelan.
Por el momento el presidente Gustavo Petro, ha firmado el decreto de Consulta Popular, para legitimar los puntos álgidos en la Reforma Laboral y de Salud, por encima de los gritos disidentes de la derecha y de las bombas y actos terroristas de la ultraderecha ligada al narcotráfico para sembrar el caos y miedo.
Es hora de acompañar al presidente y su gobierno en este acto legítimo y constitucional de Consulta Popular, que devuelve a los colombianos el derecho de ser arte y parte de las grandes decisiones políticas del país para definir nuestro propio destino./KontraPortada/Foto: web
*Periodista de la Radio Air Libre de Bruxelles y del Consejo Editorial del KontraPortada.Periodista de la Radio Air Libre de Bruxelles y del Consejo Editorial del KontraPortada.
