El teléfono fijo analógico y un radiecito am/fm/oc, ¿ cuánto valen para la Seguridad Nacional ?

Anacrónico, como mínimo calificarán algunos el simple título de este escrito, será una reacción inmediata sin ninguna reflexión, algo así como un reflejo condicionado.

Por: Alvin Lezama

Abundan los argumentos técnicos y económicos que justifiquen dejar en el pasado estos trastos viejos, la comparación con las nuevas tecnologías, dispositivos, plataformas y servicios de lejos le llevan kilómetros de ventaja. Sí quién hace la propuesta insiste probablemente vendrán los descalificativos hacia la persona.

Solo para ilustrar 

“El apagado de la red de cobre”

“Una red de fibra que llega donde nunca antes llegó el cobre, que necesita 10 veces menos de energía para funcionar, que podrá seguir aumentando la velocidad de internet a los nietos de nuestros nietos, que ha permitido reciclar 50 torres Eiffel de cobre de altísima calidad, que ahorra un tercio de la factura de la luz, que ha devuelto a las ciudades edificios emblemáticos para otro uso y que se avería la mitad de lo que hacia la anterior red de cobre es un buen legado.” (6-11-2024, Telefónica)

En estos términos, no hay en contra argumentos que valgan. Lo que no toca el escrito es a qué costo? -otros costos-, allí es dónde está el detalle, allí entra la prestación ininterrumpida del servicio, la disponibilidad del mismo en un lapso de tiempo -horas, días, años- , en particular notable cuando ocurren contingencias, como en caso de desastres naturales, guerras o en situaciones de fuerza mayor, es decir, donde se pone a prueba la seguridad nacional.

 ¿Muy bonito, pero en las situaciones apremiantes contamos con él?

Imagine que le quieren vender un Tesla o un BYD, vehículos eléctricos de vanguardia, las características de velocidad, confort y operatividad son excelentes, tiene los reales para comprarlo, por lo general no le pasa por la mente  pensar en los costos operativos, el pago del seguro contra todo riesgo,  el mantenimiento correctivo -reparaciones y repuestos-, el mantenimiento preventivo, además, de las condiciones del sistema del que forman parte y que garantizan la disponibilidad operativa de tan fabuloso vehículo, como por ejemplo: las estaciones de servicio para expendio de energía eléctrica distribuidas adecuadamente en la geografía nacional, sin hablar de las calles, carreteras y autopistas, entre otros.

Las tragedias y contingencias enseñan, en casa cuando “se va la luz” -con la fibra es literal-, en especial en regiones rurales, suburbanas o populares, deja de estar disponible la internet,  tampoco tendrán ningún servicio de medio sociales, sus múltiples cuentas en éstas le serán inútiles; igual con las señales de TV por cable o satélite directo al hogar (DTH, por sus siglas en Inglés), aunque el satélite siga en funcionamiento, el primer problema estará del lado del abonado, en el extremo del usuario, exceptuando los dispositivos como tabletas, laptops y celulares, para resolver este pequeño inconveniente tendrá que disponer de una planta de generación eléctrica de gasoil o gasolina, celdas solares con un banco de baterías, o alguna otra fuente alternativa de respaldo de energía,  ello le dará una autonomía que pudiera llegar a horas, pero deberá poder reponer el combustible de la fuente  si la falla  del servicio de energía es mayor y persistente, como suele pasar en desastres, sabotajes y guerra. Imagine, si son 8 millones de hogares.

El teléfono fijo analógico por par de cobre actual poco difiere de su invención original en 1854 por el italiano Antonio Meucci, éste recibe la energía que habilita la llamada en su aparato telefónico desde la central telefónica a través del par de cobre, por obligación regulatoria estás centrales deben contar con plantas de energía de respaldo a fin de garantizar la prestación ininterrumpida del servicio, sin olvidar otra ventaja de este teléfono: es un estándar universal, probablemente usted lo haya heredado de sus tatarabuelos. A la hora de una interrupción eléctrica, local o incluso un apagón nacional, hay una mayor disponibilidad del teléfono analógico fijo que del teléfono celular, lo dice la experiencia. La misma exigencia de sistemas de respaldo de energía  se les hace, regulatoriamente hablando,  a las emisoras  de radio y televisión de señal abierta en Amplitud Modulada, Frecuencia Modulada y Onda Corta, VHF y UHF, o si han adoptado algún estándar Digital Terrestre, sin éxito en mucho de nuestros países . Así que si tiene un radiecito portátil de baterías podrá disponer sin interrupciones de un medio de comunicación social masivo.

También,  hay un valor oculto, que como no figura en los balances se suelen olvidar, no solo son cables de cobre enterrados en ductos y tendidos entre postes y torres,  es toda una red de transporte que requirió inversión y mucho trabajo acumulado por años, millones de horas hombre, aún útil. 

Vulnerabilidad disfrazada de confort 

La tendencia es a la convergencia de todos los servicios en una misma plataforma digital, por ejemplo, de telefonía, de mensajería instantánea, de radio, de televisión todos  sobre internet (OTT, por sus siglas en inglés);  la prestación la realiza una empresa multinacional de tecnología fuera del país,  sin presencia legal ni comercial, en tales casos será imposible exigir nacionalmente algún cumplimiento de prestación del servicio. Si el presidente del país donde está residenciada y operando la empresa en cuestión decide interrumpir total o parcialmente el servicio, hacia tal o cual país, con una simple orden ejecutiva lo consigue temporalmente  y con una ley en forma permanente, dejando a esos usuarios-clientes del país sin servicio. También, lo puede hacer con mayor discreción el dueño de la empresa, imagine a Elon Musk.

La precaución vale el doble 

Aparte de agua y alimentos, al igual que un botiquín de primeros auxilios, lo otro que no debe faltar es un teléfono fijo analógico -en el hogar o público en las cercanías- y un radiecito AM/FM/OC para garantizar la información y la coordinación, en síntesis, para sobrevivir y evitar el caos.

Para un Estado soberano y asediado es estratégico mantener disponibles estos sistemas de radiodifusión y de telefonía fija en cobre, este es su negocio.Anacrónico, como mínimo calificarán algunos el simple título de este escrito, será una reacción inmediata sin ninguna reflexión, algo así como un reflejo condicionado.

Abundan los argumentos técnicos y económicos que justifiquen dejar en el pasado estos trastos viejos, la comparación con las nuevas tecnologías, dispositivos, plataformas y servicios de lejos le llevan kilómetros de ventaja. Sí quién hace la propuesta insiste probablemente vendrán los descalificativos hacia la persona.

Solo para ilustrar 

“El apagado de la red de cobre”

“Una red de fibra que llega donde nunca antes llegó el cobre, que necesita 10 veces menos de energía para funcionar, que podrá seguir aumentando la velocidad de internet a los nietos de nuestros nietos, que ha permitido reciclar 50 torres Eiffel de cobre de altísima calidad, que ahorra un tercio de la factura de la luz, que ha devuelto a las ciudades edificios emblemáticos para otro uso y que se avería la mitad de lo que hacia la anterior red de cobre es un buen legado.” (6-11-2024, Telefónica)

En estos términos, no hay en contra argumentos que valgan. Lo que no toca el escrito es a qué costo? -otros costos-, allí es dónde está el detalle, allí entra la prestación ininterrumpida del servicio, la disponibilidad del mismo en un lapso de tiempo -horas, días, años- , en particular notable cuando ocurren contingencias, como en caso de desastres naturales, guerras o en situaciones de fuerza mayor, es decir, donde se pone a prueba la seguridad nacional.

 ¿Muy bonito, pero en las situaciones apremiantes contamos con él?

Imagine que le quieren vender un Tesla o un BYD, vehículos eléctricos de vanguardia, las características de velocidad, confort y operatividad son excelentes, tiene los reales para comprarlo, por lo general no le pasa por la mente  pensar en los costos operativos, el pago del seguro contra todo riesgo,  el mantenimiento correctivo -reparaciones y repuestos-, el mantenimiento preventivo, además, de las condiciones del sistema del que forman parte y que garantizan la disponibilidad operativa de tan fabuloso vehículo, como por ejemplo: las estaciones de servicio para expendio de energía eléctrica distribuidas adecuadamente en la geografía nacional, sin hablar de las calles, carreteras y autopistas, entre otros.

Las tragedias y contingencias enseñan, en casa cuando “se va la luz” -con la fibra es literal-, en especial en regiones rurales, suburbanas o populares, deja de estar disponible la internet,  tampoco tendrán ningún servicio de medio sociales, sus múltiples cuentas en éstas le serán inútiles; igual con las señales de TV por cable o satélite directo al hogar (DTH, por sus siglas en Inglés), aunque el satélite siga en funcionamiento, el primer problema estará del lado del abonado, en el extremo del usuario, exceptuando los dispositivos como tabletas, laptops y celulares, para resolver este pequeño inconveniente tendrá que disponer de una planta de generación eléctrica de gasoil o gasolina, celdas solares con un banco de baterías, o alguna otra fuente alternativa de respaldo de energía,  ello le dará una autonomía que pudiera llegar a horas, pero deberá poder reponer el combustible de la fuente  si la falla  del servicio de energía es mayor y persistente, como suele pasar en desastres, sabotajes y guerra. Imagine, si son 8 millones de hogares.

El teléfono fijo analógico por par de cobre actual poco difiere de su invención original en 1854 por el italiano Antonio Meucci, éste recibe la energía que habilita la llamada en su aparato telefónico desde la central telefónica a través del par de cobre, por obligación regulatoria estás centrales deben contar con plantas de energía de respaldo a fin de garantizar la prestación ininterrumpida del servicio, sin olvidar otra ventaja de este teléfono: es un estándar universal, probablemente usted lo haya heredado de sus tatarabuelos. A la hora de una interrupción eléctrica, local o incluso un apagón nacional, hay una mayor disponibilidad del teléfono analógico fijo que del teléfono celular, lo dice la experiencia. La misma exigencia de sistemas de respaldo de energía  se les hace, regulatoriamente hablando,  a las emisoras  de radio y televisión de señal abierta en Amplitud Modulada, Frecuencia Modulada y Onda Corta, VHF y UHF, o si han adoptado algún estándar Digital Terrestre, sin éxito en mucho de nuestros países . Así que si tiene un radiecito portátil de baterías podrá disponer sin interrupciones de un medio de comunicación social masivo.

También,  hay un valor oculto, que como no figura en los balances se suelen olvidar, no solo son cables de cobre enterrados en ductos y tendidos entre postes y torres,  es toda una red de transporte que requirió inversión y mucho trabajo acumulado por años, millones de horas hombre, aún útil. 

Vulnerabilidad disfrazada de confort 

La tendencia es a la convergencia de todos los servicios en una misma plataforma digital, por ejemplo, de telefonía, de mensajería instantánea, de radio, de televisión todos  sobre internet (OTT, por sus siglas en inglés);  la prestación la realiza una empresa multinacional de tecnología fuera del país,  sin presencia legal ni comercial, en tales casos será imposible exigir nacionalmente algún cumplimiento de prestación del servicio. Si el presidente del país donde está residenciada y operando la empresa en cuestión decide interrumpir total o parcialmente el servicio, hacia tal o cual país, con una simple orden ejecutiva lo consigue temporalmente  y con una ley en forma permanente, dejando a esos usuarios-clientes del país sin servicio. También, lo puede hacer con mayor discreción el dueño de la empresa, imagine a Elon Musk.

La precaución vale el doble 

Aparte de agua y alimentos, al igual que un botiquín de primeros auxilios, lo otro que no debe faltar es un teléfono fijo analógico -en el hogar o público en las cercanías- y un radiecito AM/FM/OC para garantizar la información y la coordinación, en síntesis, para sobrevivir y evitar el caos.

Para un Estado soberano y asediado es estratégico mantener disponibles estos sistemas de radiodifusión y de telefonía fija en cobre, este es su negocio.