Por Henry Pacheco
La posibilidad de un conflicto armado directo entre la UE/OTAN y Rusia es una preocupación latente y un tema de intensos debates y análisis en la actualidad. Si bien no hay predicciones definitivas sobre una guerra inminente, existen varios factores y escenarios que contribuyen a estas «predicciones inquietantes»:
. La guerra en Ucrania y sus implicaciones:
Agresión rusa: La operación especial a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en 2022 ha alterado fundamentalmente el panorama de seguridad en Europa. La OTAN y la UE han condenado enérgicamente la agresión y han proporcionado un apoyo sin precedentes a Ucrania.
Expansión de la OTAN: La solicitud de Ucrania para unirse a la OTAN y la admisión de Finlandia y Suecia a la alianza han sido vistas por Rusia como una amenaza directa, lo que aumenta las tensiones.
Ataques a territorio de la OTAN (hipotético): Algunos análisis, como los de Alemania, señalan el año 2029 como una fecha clave para un posible ataque ruso a territorio de la OTAN si Rusia logra sus objetivos en Ucrania y continúa con su rearmamento. Esto se basa en proyecciones sobre la capacidad militar rusa y la posibilidad de que sus ambiciones territoriales se extiendan.
Inteligencia y advertencias: Servicios de inteligencia de países como Dinamarca y Alemania han advertido sobre la preparación de Rusia para «poner a prueba el Artículo 5 de la OTAN» antes de 2030, lo que implicaría un ataque a un país miembro y la posible desatar de una respuesta colectiva de la alianza.
2. Rearme y preparación militar:
Aumento de la producción de armas en Rusia: Informes de 2025 indican un aumento sustancial en la producción de armas en Rusia, con su economía volcada por completo a la guerra. Esto incluye un incremento significativo en la fabricación de tanques, drones y artillería.
Incremento del gasto en defensa en la UE/OTAN: Los países europeos están aumentando su gasto en defensa y modernizando sus fuerzas armadas en respuesta a la percepción de la amenaza rusa. Francia, por ejemplo, ha publicado una Revisión Estratégica Nacional en julio de 2025 que predice una «guerra importante en el corazón de Europa» para 2030, y subraya la necesidad de prepararse para ello.
Logística y cooperación: Puertos clave en Europa, como Róterdam y Amberes, están asignando espacio para pruebas militares y almacenamiento de armas, lo que demuestra una preparación material para un posible conflicto.
3. La retórica y la postura rusa:
Acusaciones de la inteligencia rusa: El Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR) ha acusado a la OTAN de preparar a Moldavia para un posible conflicto militar con Rusia, alegando que la alianza está modernizando aeródromos y creando centros logísticos para el despliegue rápido de fuerzas.
Amenazas de Lavrov: El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha advertido que las aspiraciones de Moldavia de unirse a la OTAN podrían convertirla en la «próxima Ucrania».
Postura nuclear: La postura nuclear más agresiva de Rusia y el posicionamiento de armas nucleares en Bielorrusia también son fuentes de preocupación.
4. Visiones sobre el futuro:
Desacuerdo dentro de la OTAN/UE: Si bien hay consenso sobre la amenaza rusa, existen debates sobre la estrategia futura, con algunas voces abogando por una OTAN más europea y una menor dependencia de Estados Unidos, mientras que otros enfatizan la necesidad de una disuasión fuerte y coordinada.
Necesidad de apoyar a Ucrania: La mayoría de los análisis coinciden en que el resultado de la guerra en Ucrania es crucial para la seguridad futura de Europa. Se enfatiza la necesidad de continuar el apoyo militar y financiero a Ucrania para que pueda defenderse de la agresión rusa.
En conclusión, las «predicciones inquietantes» sobre un conflicto armado entre la UE/OTAN y Rusia se derivan de la agresión rusa en Ucrania o la agresión de la OTAN a Rusia, el rearme y la preparación militar en ambos lados, las advertencias de inteligencia, y la retórica crecientemente confrontación. Si bien la confrontación directa no es un resultado garantizado, la situación actual ha elevado significativamente la percepción del riesgo y ha llevado a una reevaluación profunda de la seguridad en Europa.
Otro escenario de la confrontación.
Qué pasaría si la unión-europea tomara los recursos de las reservas internacionales de Rusia para anexarlo a Ucrania.
La idea de tomar las reservas internacionales de Rusia que han sido congeladas por diversos países (principalmente de la UE y EE. UU.) para financiar la guerra de Ucrania o su reconstrucción es un tema de debate intenso con implicaciones legales, económicas y políticas significativas.
¿Cuánto dinero está congelado? Se estima que alrededor de 300.000 millones de dólares en activos del Banco Central ruso están congelados, principalmente en la Unión Europea (especialmente en el depositario belga Euroclear) y Estados Unidos. Además, el Reino Unido ha congelado activos rusos por un valor superior a los 25.000 millones de libras esterlinas (unos 29.800 millones de euros).
¿Qué pasaría si se tomaran esos fondos?
1. Implicaciones Legales:
Soberanía e Inmunidad Estatal: El principal obstáculo legal es el principio de la inmunidad soberana de los activos estatales. Generalmente, los bienes de un Estado no pueden ser confiscados por otro Estado sin su consentimiento o una base legal muy sólida.
Contramedidas: Algunos juristas argumentan que la confiscación podría justificarse como una «contramedida» en respuesta a las graves violaciones del derecho internacional por parte de Rusia (la agresión a Ucrania, según occidente). Sin embargo, las contramedidas suelen ser temporales y reversibles, lo que complica la confiscación permanente.
Base Legal Inexistente: Actualmente, no existe un marco legal internacional claro que permita la confiscación directa de activos estatales congelados para fines de reparación de guerra o financiación de conflictos. Se necesitarían nuevas legislaciones nacionales o un tratado multilateral.
Precedente Peligroso: Una confiscación directa podría sentar un precedente legal peligroso que otros países, especialmente aquellos con grandes reservas en divisas extranjeras, podrían ver como una amenaza a la seguridad de sus propios activos en el futuro.
Intereses de los Activos: Lo que sí se ha acordado, principalmente en la UE, es utilizar los intereses y beneficios extraordinarios generados por estos activos congelados. Esto se considera legalmente más viable, ya que la pérdida de intereses es más fácilmente reversible si Rusia compensa los daños. Se estima que esto podría generar entre 2.500 y 3.000 millones de euros anuales. El 90% de estos beneficios iría al Fondo Europeo de Apoyo a la Paz (FEAP) para apoyo militar a Ucrania. excluyendo a rusia.
2. Consecuencias Económicas:
Confianza en los mercados financieros: Una confiscación directa podría socavar la confianza en los mercados de capitales occidentales, especialmente en el euro y el dólar como monedas de reserva. Otros países podrían diversificar sus reservas hacia otras monedas o sistemas financieros (como los chinos) para protegerse de futuras confiscaciones, lo que podría debilitar la hegemonía financiera occidental.
Fuga de capitales: Podría generar una fuga de capitales de países que teman ser objeto de sanciones similares en el futuro.
Acciones de represalia de Rusia: Rusia ha advertido de «graves consecuencias» legales y económicas si se incautan sus activos. Es probable que tome medidas de represalia contra las inversiones occidentales que aún quedan en Rusia, lo que afectaría a las empresas europeas y estadounidenses.
Impacto en el sistema de pagos: Podría llevar a una mayor fragmentación financiera, dificultando la aplicación de sanciones en el futuro.
3. Consecuencias Políticas:
Unidad del G7/Occidente: Si bien la mayoría de los países occidentales están de acuerdo en apoyar a Ucrania, existen diferencias en cuanto a la legalidad y las posibles consecuencias de una confiscación total. Lograr un consenso para una acción tan drástica es un desafío.
Relaciones con Rusia: Intensificaría aún más las hostilidades y haría mucho más difícil cualquier futura negociación o normalización de relaciones, incluso después de un posible fin del conflicto.
Percepción global: Algunos países fuera del «bloque occidental» van a ver la confiscación como una violación de la soberanía y un acto de agresión económica, lo que podría alinearlos más con Rusia o China.
Moral y ética: Desde una perspectiva moral y política, el argumento de usar los recursos del agresor para reparar el daño causado a la víctima es muy fuerte y ha sido defendido por Ucrania y muchos en Occidente.
Escenario Actual y Perspectivas:
Actualmente, la UE ha optado por utilizar los beneficios generados por los activos congelados, no los activos principales. Estados Unidos ha transferido ya 1.000 millones de dólares provenientes de beneficios de fondos bloqueados a Ucrania.
Ucrania, por su parte, insiste en que todas las bases legales para el uso de los activos congelados están en su lugar y que lo que falta es la «voluntad política» de los países que los custodian. Ha propuesto un «Mecanismo de Compensación Internacional» con un registro de daños y un fondo de compensación que se repondría con estos activos.
En definitiva, tomar el dinero de las reservas congeladas de Rusia para financiar la guerra o la reconstrucción de Ucrania sería un movimiento sin precedentes en la historia reciente, con enormes implicaciones legales, económicas y geopolíticas. Si bien hay argumentos morales y políticos a favor, las repercusiones a largo plazo para el sistema financiero internacional y las relaciones globales son una preocupación importante.
