Corredor de Zangezur: Implicaciones Geopolíticas y Económicas

Por: Henry Pacheco

El Corredor de Zangezur es un proyecto de infraestructura de transporte que busca conectar el territorio continental de Azerbaiyán con su exclave de Najicheván, atravesando la provincia armenia de Syunik (también conocida como Zangezur). Este corredor, impulsado principalmente por Azerbaiyán y Turquía, ha emergido como un punto focal en la reconfiguración geopolítica del Cáucaso Sur, con implicaciones profundas para la región y las grandes potencias.

Antecedentes y Origen del Conflicto

La idea del Corredor de Zangezur surge a raíz del acuerdo de alto el fuego de 2020, que puso fin a la Segunda Guerra de Nagorno Karabaj. En dicho acuerdo, se estipulaba el desbloqueo de todas las conexiones económicas y de transporte en la región, incluyendo una ruta que garantizaría el paso sin obstáculos de personas, vehículos y carga entre Azerbaiyán y Najicheván a través de Armenia. Para Azerbaiyán, esta ruta es vital para su conectividad territorial y para consolidar su victoria militar.

Un Nuevo Orden Geopolítico en el Cáucaso Sur

La materialización del Corredor de Zangezur tendría un impacto transformador en el Cáucaso Sur, estableciendo un nuevo equilibrio de poder y alterando las dinámicas regionales:

Fortalecimiento de Azerbaiyán y Turquía: Para Azerbaiyán, el corredor no solo significa la conexión con Najicheván, sino también el fortalecimiento de su posición como actor central en la conectividad euroasiática. Para Turquía, es un paso gigante en su ambición de crear una conexión terrestre directa con el Mar Caspio y, de ahí, con Asia Central y China, consolidando su rol como un actor logístico y comercial de primer orden en Eurasia. Esto encaja con la visión panturquista de Ankara de unir al mundo turco.

Debilitamiento de la influencia rusa: Históricamente, Rusia ha sido el principal árbitro y garante de la paz en el Cáucaso Sur. Sin embargo, el impulso del corredor y la victoria azerbaiyana en Nagorno Karabaj exponen una pérdida de peso de Moscú en la región. La capacidad de Rusia para mantener su hegemonía y monopolizar las rutas energéticas se vería desafiada.

Impacto en Armenia: Armenia se encuentra en una posición delicada. La apertura del corredor podría sacarla de su aislamiento económico y ofrecer nuevas oportunidades comerciales. Sin embargo, para Ereván, el corredor plantea preocupaciones sobre su soberanía y la posibilidad de perder el control sobre una parte de su territorio. La política interna armenia está dividida sobre el tema, con algunos temiendo una mayor dependencia de Azerbaiyán y Turquía.

Preocupaciones de Irán: Irán ve el Corredor de Zangezur con recelo. Un corredor bajo control azerbaiyano o una posible presencia estadounidense en la ruta (como se ha planteado en algunas propuestas) podría privar a Irán de su acceso terrestre natural al Cáucaso Sur a través de Armenia, limitando su influencia y su papel en el comercio regional. Teherán teme una «sofocación geopolítica» y la expansión de la influencia turca y, potencialmente, israelí y estadounidense en su frontera norte.

Relevancia para la conectividad global: El Corredor de Zangezur se percibe como una ruta alternativa y más eficiente para el transporte de mercancías entre Asia y Europa, complementando o incluso compitiendo con rutas existentes como el Corredor Medio y el Canal de Suez. Esto lo convierte en un proyecto de interés para potencias globales como China y la Unión Europea, que buscan diversificar sus cadenas de suministro y fortalecer su resiliencia logística.

El controvertido acuerdo que potencialmente cedería el control del Corredor de Zangezur a Estados Unidos, según lo revelado por The Cradle, plantea una serie de implicaciones geopolíticas de gran alcance, reconfigurando el equilibrio de poder en el Cáucaso Sur y más allá. Este análisis examina los beneficios y perjuicios para varios actores clave, destacando cómo este corredor podría convertirse en un punto de inflexión en la región.

Sin embargo, debemos entender que el acuerdo es un Memorándum de Entendimiento, es decir, no es un acuerdo, ni un tratado, ni un convenio. Definiéndolo mejor es una declaración de intenciones que no genera obligaciones jurídicas. Normalmente los MoU tienen como función tantear el terreno o establecer relaciones que no tengan la obligatoriedad de un tratado, es decir; sería como un pre-acuerdo cuya función es dar a conocer una idea o un proyecto pero sin el nivel de exigencia, protocolo y obligatoriedad de un acuerdo internacional, de hecho sirve como previa a la misma.

Además, Azerbaiyán está enzarzada en una guerra diplomática clara y abierta contra Irán por su apoyo a Israel en la guerra contra la República Islámica de Irán y contra la Federación Rusa a raíz del desmantelamiento de mafias azeríes en su territorio que ha hecho a Azerbaiyán lanzar una campaña sin sentido y desproporcionada contra Moscú.

Turquía: El Gran Beneficiario

Turquía emerge como uno de los principales beneficiarios de este acuerdo. La conexión Turquía-Najichevan-Zangezur-Azerbaiyán-Caspio-Asia Central representa una ambición largamente acariciada de Ankara. Para Turquía es tan importante Este corredor como el hecho de haber colocado a sus yihadistas de Idlib en el poder en Siria. Para Turquía, ahora, esto es una reedición de las Guerras Otomano – Safávidas por el control del Éufrates (ya en control turco) y Transcausia (también). El próximo movimiento turco será Bagdad, Erdogan quiere emular a Murad IV Bagdad Fatihi. Este corredor no solo consolidaría su influencia en el mundo túrquico, sino que también le proporcionaría:

Acceso directo a Asia Central: Eliminando la dependencia de terceros países para el tránsito de bienes y energía.

Hub energético: Fortaleciendo su posición como un centro clave para el transporte de recursos energéticos desde la región del Caspio hacia Europa, disminuyendo la dependencia europea de Rusia.

Profundización de la alianza con Azerbaiyán: Reforzando su relación estratégica y militar con Bakú, proyectando poder en el Cáucaso Sur.

Estados Unidos: Estrategia de Contención y Presencia Reforzada

La presencia de Estados Unidos en el Corredor de Zangezur, a través de una empresa militar privada (PMC), tiene implicaciones estratégicas significativas:

Contención de Irán: Establecer un punto de apoyo militar en la frontera iraní, permitiendo una mayor capacidad de monitoreo y potencialmente de influencia en la región.

Proyección de poder en el Caspio: Asegurando una presencia en una región rica en recursos energéticos y estratégica para la competencia con Rusia y China.

Apoyo a sus aliados: Reforzando la seguridad de Azerbaiyán y, por extensión, de Turquía, dos aliados clave en la región.

Israel, consolidación de su poder e influencia contra Irán

La alianza entre Israel y Azerbaiyán, basada en la cooperación en seguridad, energía y tecnología, se vería fortalecida por el Corredor de Zangezur. Este corredor no solo aseguraría el suministro de energía a Israel a través del oleoducto Bakú-Tbilisi-Ceyhan, sino que también:

Ampliaría el alcance de su influencia: Proporcionando una plataforma para proyectar poder en el Cáucaso Sur y hacia Asia Central.

Contrarrestaría la influencia iraní: En una región donde Irán busca expandir su influencia, la presencia israelí en Azerbaiyán sirve como un contrapeso estratégico. Con los acuerdos de Abraham en el sur (Bahréin y Emiratos Árabes Unidos) haría pinza contra Irán geográficamente.

Perdedores: Francia, Irán y Rusia Este acuerdo representa un golpe para los intereses de Francia, Irán y Rusia en la región:

Francia: La pérdida de influencia en Armenia, tradicionalmente un aliado, debido a la creciente influencia de Estados Unidos y Turquía en la región.

Irán: El establecimiento de una presencia militar estadounidense en su frontera, amenazando su seguridad nacional y limitando su capacidad para proyectar influencia en el Cáucaso Sur. La conexión directa de Turquía con Azerbaiyán a través de Najicheván socava la importancia estratégica de Irán como ruta de tránsito alternativa.

Rusia: La pérdida de influencia en Armenia sería definitiva, ya que el acuerdo empujaría a Ereván hacia la órbita occidental. El acuerdo limitaría su capacidad para mediar en el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán, y su papel como garante de seguridad en la región se vería socavado. La presencia estadounidense en el Corredor de Zangezur desafía directamente su hegemonía en el Cáucaso Sur.

El Corredor de Zangezur podría convertirse en un punto de inflexión en la geopolítica del Cáucaso Sur. Para Turquía, representa la realización de una ambición largamente acariciada. Para Estados Unidos e Israel, es una oportunidad para proyectar poder y contrarrestar la influencia de Irán y Rusia. Sin embargo, para Francia, Irán y Rusia, este acuerdo representa un golpe a sus intereses y una reconfiguración del equilibrio de poder en la región. La implementación y las consecuencias a largo plazo de este acuerdo serán cruciales para determinar el futuro del Cáucaso Sur.

Beneficios Económicos Potenciales, Más allá de las implicaciones geopolíticas, el Corredor de Zangezur promete importantes beneficios económicos para los países involucrados y la región en general:

Reducción de costos y tiempos de transporte: Al proporcionar una ruta más corta y directa, el corredor disminuiría significativamente los costos logísticos y los tiempos de tránsito entre Asia y Europa.

Impulso al comercio y el turismo: La mejora de la infraestructura de transporte facilitaría el intercambio comercial y promovería el turismo en la región.

Aumento del potencial de tránsito: Azerbaiyán, Turquía y, en menor medida, Armenia, verían un aumento en su papel como países de tránsito, generando ingresos por tarifas y servicios.

Atracción de inversiones: El desarrollo del corredor podría atraer inversiones extranjeras para proyectos de infraestructura y logística.

Desafíos y Perspectivas Futuras. A pesar de su potencial, el futuro del Corredor de Zangezur sigue siendo incierto debido a varios desafíos:

Resistencia política de Armenia: Armenia insiste en mantener el control total sobre cualquier ruta que atraviese su territorio y se opone a un estatus de «corredor» que pudiera implicar la cesión de soberanía.

Disputas fronterizas no resueltas: Persisten tensiones y desacuerdos sobre la delimitación de las fronteras, lo que complica la implementación del proyecto.

Falta de financiación e infraestructura: La construcción de la infraestructura necesaria (ferrocarriles y carreteras) en una región montañosa requiere inversiones significativas y mano de obra cualificada.

Rivalidades regionales: Las ambiciones contrapuestas de Turquía, Rusia e Irán, junto con la posible implicación de Estados Unidos, complican el diálogo y la cooperación.

En conclusión, el Corredor de Zangezur es mucho más que una simple ruta de transporte. Es un símbolo de la reconfiguración del poder en el Cáucaso Sur, donde las antiguas alianzas se resquebrajan y emergen nuevas dinámicas. Su eventual construcción y el modo en que se gestione determinarán en gran medida el nuevo orden geopolítico y económico de una región estratégicamente vital. La clave residirá en la capacidad de los actores involucrados para encontrar un equilibrio entre sus intereses nacionales y la promoción de la estabilidad y la cooperación regional.