Por. Henry Pacheco: Los acontecimientos recientes confirman el declive del dólar como moneda de reserva y comercio mundial, un proceso conocido como desdolarización. Esto es a la vez causa y efecto del debilitamiento de la hegemonía estadounidense, impulsado por el surgimiento de un contrafrente al imperialismo occidental. Este frente está liderado por países del Sur Global, en particular China e India, que han unido fuerzas en organizaciones como los BRICS y la OCS (Organización de Cooperación de Shanghái).
Si bien el dominio del dólar no ha terminado y aún no existe una moneda BRICS que lo reemplace a nivel mundial, su debilitamiento es evidente. Los bancos centrales ahora prefieren el oro a los bonos del Tesoro estadounidense en sus reservas, y países como Zimbabue se están alejando de la dependencia del dólar.
El oro había estado disminuyendo en las reservas de los bancos centrales desde mediados de la década de 1980, con los bonos del Tesoro aumentando hasta superar al oro en 1996. Sin embargo, en agosto de 2025, el oro volvió a superar a los bonos del Tesoro después de veintinueve años, representando el 27% de las reservas en comparación con el 23%.
Este cambio se debe a que los bancos centrales consideran que los bonos del Tesoro ya no son inversiones libres de riesgo. El significativo crecimiento de la deuda pública estadounidense (que alcanza los 35 billones de dólares), sumado al riesgo de impago técnico debido al techo de la deuda, los hace menos atractivos. Además, las políticas económicas de Trump, caracterizadas por aranceles, recortes de impuestos y un mayor gasto público, han erosionado la condición de refugio seguro del dólar y los bonos del Tesoro. Los riesgos geopolíticos también juegan un papel crucial: la congelación de las reservas de dólares rusos y de bonos del Tesoro por parte de Estados Unidos y la UE tras la guerra de Ucrania demostró a muchos países no occidentales que las reservas de dólares no son inviolables.
Como resultado, los bancos centrales de muchos mercados emergentes han recurrido a la compra de oro como alternativa, al tiempo que se deshacen de sus bonos del Tesoro. El oro, a diferencia de los bonos del Tesoro, no puede ser congelado por ningún gobierno. Por lo tanto, las compras en los mercados emergentes han superado las 1000 toneladas anuales durante los últimos tres años. China, por ejemplo, se ha deshecho de muchos bonos del Tesoro y ha realizado compras masivas de oro. Hoy, con 2.302 toneladas de oro, ha ascendido varios puestos en el ranking de países con mayores reservas de oro, ocupando el séptimo lugar. Rusia se ha deshecho completamente de sus bonos del Tesoro y posee 2.329 toneladas de lingotes de oro. Además, el oro también es un refugio seguro ideal en tiempos de alta inflación, que erosiona los rendimientos de los bonos gubernamentales. Por todas estas razones, el oro ha superado progresivamente nuevos récords en 2025, alcanzando recientemente un precio de más de 3.600 dólares la onza.
En cambio, con respecto a la relación entre el dólar y África, debe recordarse que, según el Instituto de Política Económica de Camerún, casi la mitad del comercio interno de África se realiza en dólares (según otras fuentes es el 70%), el 45% de los pagos transfronterizos pasan por el sistema interbancario Swift, controlado por los EE. UU., y el 60% de la deuda pública está denominada en dólares. Esta dependencia del dólar determina la fragilidad de las economías africanas en relación con la política monetaria estadounidense y el valor del dólar, así como las ineficiencias típicas de un mercado interno dominado por una moneda extranjera, que determinan 5 mil millones en costos por año en la conversión desde monedas fuertes . Además, según muchos africanos, la liquidación del comercio en dólares es inadecuada, también porque el comercio de África con los EE. UU. es de solo 70 mil millones por año, en comparación con 400 mil millones con India y China y 355 mil millones con la UE .
Por todas estas razones, el banco central de Zimbabue ha declarado que se desvinculará del dólar para 2030. Sin embargo, en general, existe un creciente debate y acción entre los gobiernos africanos para liberarse del dominio del dólar y buscar alternativas. Entre otras cosas, además del dominio estadounidense, también es destacable el deseo de los países de África Occidental de liberarse del dominio de Francia, la antigua potencia colonial. Esto se expresa mediante la adopción del franco CFA, vinculado al euro. De hecho, una nueva moneda, el Eco, entrará en vigor en África Occidental en 2027.
Para mitigar los problemas asociados al uso del dólar, los países africanos podrían fortalecer sus lazos con China y los BRICS, recurriendo a bonos panda y convirtiendo parte de su deuda al yuan renminbi. El futuro del Sistema Panafricano de Pagos y Liquidaciones (PAPSS), creado en 2022 para facilitar los pagos en moneda local entre los países africanos, sigue siendo incierto.Desde la guerra en Ucrania, se ha observado un aumento en el uso de monedas alternativas al dólar (yuan, rupia, rublo y real) en el comercio, especialmente de materias primas energéticas, entre Rusia, China, India y Brasil. Esto no implica el fin del dominio del dólar, sino una reducción de su monopolio, impulsada por la creciente adopción de otras monedas y el oro como reserva de los bancos centrales.La desdolarización es una tendencia, no un hecho consumado. No obstante, refleja un cambio en el equilibrio de poder entre Occidente y los BRICS, manifestándose en términos monetarios además de en PIB y producción industrial. Esta evolución, influenciada también por las políticas arancelarias de Trump, requiere un análisis cuidadoso de todas las tendencias emergentes.
