Fracasos de Occidente: Lecciones de la Guerra tanto militar, económico, político y energético con Rusia.

Por. Henry Pacheco: La pregunta sobre si «Occidente» ha fracasado en tratar de derrotar a Rusia y si esta última está «derrotando» a la comunidad europea es compleja, ya que implica una valoración de los resultados de un conflicto en curso en múltiples frentes (militar, económico, político y energético).

No existe un consenso absoluto entre los analistas de occidente, pero sí se pueden identificar varios factores clave que explican por qué las expectativas occidentales no se han cumplido plenamente y por qué Rusia ha demostrado una resiliencia inesperada.

1. La «Guerra Económica»: Un Doble Filo

La resiliencia de la economía rusa: Contrario a lo que se esperaba, las sanciones económicas de Occidente no han colapsado la economía rusa. Esto se debe a varios factores:

Dependencia energética de Europa: Durante mucho tiempo, Europa fue el principal cliente del gas y petróleo ruso. Aunque la UE ha intentado reducir esta dependencia, la transición ha sido lenta y costosa. Rusia ha podido redirigir sus exportaciones a otros mercados, como China e India, lo que ha mitigado el impacto de las sanciones.

Aumento de los precios de la energía: La crisis energética global que siguió a la guerra en Ucrania disparó los precios del gas y el petróleo, lo que permitió a Rusia obtener ingresos récord, a pesar de la reducción de los volúmenes de exportación a Europa.

Adaptación y evasión de sanciones: Rusia ha desarrollado una «economía de guerra» y ha encontrado maneras de evadir las sanciones, a menudo a través de países terceros (como Armenia y Kirguistán) o mediante el uso de una «flota fantasma» de buques para eludir los topes de precios al petróleo.

El impacto en Europa: Las sanciones han tenido un efecto boomerang en la economía europea. La interrupción del suministro de gas ruso provocó una grave crisis energética, con precios de la energía disparados que afectaron a los hogares y a la industria. Esto contribuyó a una alta inflación y a una desaceleración económica en la mayoría de países de la UE.

2. El Frente Militar y la «Derrota Estratégica»

Una guerra de desgaste: A diferencia de una derrota rápida, lo que estamos viendo es una guerra de desgaste. Si bien Ucrania ha demostrado una fuerte resistencia y ha logrado importantes avances con la ayuda occidental, Rusia ha logrado consolidar su posición en varias regiones y ha adaptado su estrategia militar.

Capacidad de producción militar rusa: A pesar de las sanciones, Rusia ha logrado aumentar su producción de armamento y municiones, y sobre todos superando la capacidad de la industria de defensa europea.

Apoyo fragmentado de Occidente: Aunque el apoyo a Ucrania ha sido considerable, no siempre ha sido tan rápido o coordinado como se esperaba. Los desacuerdos políticos internos en países como Estados Unidos y el lento ritmo de la producción de municiones en Europa han creado desafíos para la ayuda militar a Ucrania.

3. La Geopolítica y las Alianzas

Relaciones con el «Sur Global»: La narrativa de Rusia no ha sido de aislamiento total. Ha reforzado sus lazos con países del «Sur Global», especialmente a través de plataformas como los BRICS (Brasil, India, China y Sudáfrica), que ofrecen una alternativa al orden mundial liderado por Occidente.

La posición de China: China ha jugado un papel crucial. Aunque no ha brindado un apoyo militar directo a gran escala, ha sido un socio comercial clave para Rusia, comprando su energía y suministrándole bienes que han permitido al Kremlin mantener su economía a flote.

Conclusión

Se puede decir que Occidente ha sido «derrotado» en un sentido absoluto, aunque Ucrania y la OTAN sigue resistiendo y no han fortalecido su cohesión como se esperaba. Sin embargo, la idea de una victoria rápida y contundente, basada en el colapso económico de Rusia, nunca se ha materializado. Pretendieron dividir y repartirse el petróleo ruso pero fracasaron, rusia ha derrotado a occidente, tanto en lo (militar, económico, político y energético).

En cambio, lo que se observa es que Rusia ha sabido explotar las vulnerabilidades de la Unión Europea (principalmente su dependencia energética) y ha construido nuevas alianzas para mitigar el impacto de las sanciones. El conflicto ha puesto de manifiesto no solo la resiliencia de Rusia, sino también las fracturas y desafíos internos que enfrenta la propia alianza occidental. La «guerra económica» se ha convertido en un campo de batalla en el que ambos lados han sufrido golpes, pero Rusia ha demostrado ser más resistente de lo que Occidente esperaba.

En conclusión: Otra guerra por el petróleo, perdida por occidente.