Trinidad y Tobago busca imitar a Guyana para usufructuar gas venezolano

Por: Werther Sandoval

Cada vez más el grupo que gobierna Trinidad y Tobago, T&T, al mando de la primera ministra trinitense, Kamla Persad-Bissessar, revela indicios de haber adoptado, para explotar el gas del subsuelo fronterizo y transfronterizo con Venezuela, facetas del viciado e ilegal modelo actualmente usado por Irfaan Alí, presidente de Guyana, para apropiarse del petróleo venezolano del venezolano Esequibo.


La producción gasífera de las islas que formaron desde 1777 parte de la Capitanía General de Venezuela, hasta que en 1802 los ingleses se las roban a España, se ha venido a pique, al pasar de un máximo de 4.304 millones de pies cúbicos en 2007, a 2.6 millones en 2025, amenazando un plantel eléctrico con total dependencia del gas (de 99,5 por ciento en 2023); afectando su industria petroquímica y restándole a su economía ingresos próximos a la mitad del valor de los bienes y servicios producidos por ese país en un año, categoría denominada por los economistas como Producto Interno Bruto (PIB).


Junto a la caída de producción, los números de sus balances económicos y financieros están afectados por la falta de uso y el desgaste de las infraestructuras ya instaladas para la extracción, producción, almacenamiento y exportación de gas.


De hecho, la más importante planta de licuefacción y exportación de gas de Trinidad y Tobago, Atlantic LNG, enfrenta serios problemas por la caída de producción. “La solución más lógica y cercana para superar esta crisis sería un acuerdo con Venezuela, pero la promesa de una inversión de 42,5 millones de dólares por parte de la Exxon Mobil podría estar postergando, o incluso excluyendo, cualquier negocio con Venezuela”, afirma Luis Pietro, en su artículo “El Dilema trinitario: ¿El gas venezolano como solución a la espera de un cambio político para negociar?”.


El desbalance económico del país se ha visto alimentado por las pérdidas de mercados de exportación, muchos europeos, donde empresas petroleras de EEUU productoras del gas asociado a la explotación del esquisto han captado el mercado estadounidense y europeo vía imposición de aranceles y sanciones, tras desplazar a los suministros rusos del vetusto continente.


Pero la codicia crematística por las ganancias fáciles y rápidas del grupo gobernante en T&T, unida a la presión de EEUU y a las exigencias de tecnologías y de fuertes sumas de capital para la exploración de posibles yacimientos propios y compartidos con Venezuela, parecen haber llevado a la primera ministra a fomentar anomias de cualquier tipo generadoras de conflictos con Venezuela, que le faciliten el usufructo del gas venezolano.
Una primera anomia ha sido romper las viejas negociaciones basadas en los lazos de solidaridad entre ambas naciones, cuya hermandad humana y cultural hace que los habitantes de pueblos como Macuro y Güiria, en Venezuela; y de San Fernando, en Trinidad, transiten, laboren y acepten la presencia de sus pobladores sin mediar exigencias de documentos de identidad. La ministra decidió deportar a los venezolanos carentes de permisos para estar en la tierra donde desde siempre han tejido lazos profundos de amistad y convivencia.


Pero a la par de las deportaciones está el haber retomado relaciones con la Exxon Mobil. “Por primera vez desde 2003 Exxon Mobil regresa a Trinidad y Tobago. Acordamos un plan de exploración por etapas para abordar una zona de aguas ultraprofundas que abarca siete bloques de la costa este de Trinidad, de entre 2 mil y 3 mil metros de profundidad”, dijo en ese momento la primera ministra.


El pasado 16 de octubre la Autoridad de Gestión Ambiental (EMA) de Trinidad y Tobago recibió una solicitud de exploración de Exxon Mobil, que incluye un certificado de autorización ambiental (CEC) para realizar un estudio sísmico 3D en el bloque offshore Ttud-1.


En agosto pasado, el gobierno de la nación caribeña y Exxon Mobil firmaron un contrato de producción compartida para la superficie de aguas profundas, que cubre 7.165 km², lo que marca el regreso de la compañía a Trinidad después de 20 años.


El programa mínimo de exploración incluye la adquisición de 5.500 km² de sísmica 3D durante la primera fase, con un costo de 12,8 millones de dólares. El inicio de la sísmica está previsto tentativamente para el segundo trimestre del próximo año.


La Exxon Mobil adquiere así un papel dominante en Trinidad y Tobago, a tal grado que su presencia influyó para obtener un resultado escueto en la Ronda de Licitaciones Competitivas de Aguas Profundas realizada el pasado 16 de septiembre. La isla ofreció 26 bloques y apenas recibió ofertas por cuatro.


“El limitado número de ofertas sugiere que los inversores extranjeros no se mostraron entusiasmados. Una de las posibles razones, además de la complejidad geológica y los desafíos técnicos de las perforaciones en aguas profundas, es la fuerte presencia de Exxon Mobil en la región”, afirma Pietro.


“La competencia con una empresa de esta magnitud puede desalentar a otros posibles inversores, quienes podrían temer una desventaja en un mercado donde un actor dominante es capaz de mermar la producción de campos vecinos”.


El analista observa que dentro de los bloques en oferta, Trinidad y Tobago ofreció campos en áreas fronterizas con Venezuela y Guyana, lo cual podría desencadenar controversias, tal como ha sucedido con Guyana en territorios que no le pertenecen del Bloque Stabroex, porque están dentro del mar territorial del Esequibo venezolano: son de Venezuela.


Los entretelones de la estrategia armada por Trinidad y Tobago para reanimar la explotación gasífera no son fáciles de descifrar, pero la actitud torpe y hostil de la primera ministra, con el alarde militar estadounidense, en contra de Venezuela, indica que su preferencia no son las vías diplomáticas basadas en conversaciones, sino la fuerza.
Al ser los yacimientos bolsones de gas fronterizos y transfronterizos, compartidos con Venezuela, la actitud hostil de la primera ministra transforma esos campos en zonas de fricción propensas a la violación del derecho internacional.


Y es allí, con esa actitud, donde la primera ministra se asemeja al presidente de Guyana, Irfaan Alí, quien para usufructuar el petróleo venezolano del venezolano Esequibo mantiene relaciones de sumisión con la Exxon Mobil, mientras hace alardes de sus vínculos con el gobierno de EEUU.


Basta citar que el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, exigió el pasado 31 de octubre a Trinidad y Tobago información detallada sobre las pruebas de campo que realizará la empresa estadounidense Exxon Mobil en un bloque de aguas ultraprofundas recientemente adjudicado en territorio trinitense, próximo a la frontera marítima con Venezuela.


La vicepresidenta ejecutiva y ministra de Hidrocarburos, Delcy Rodríguez, solicitó conocer la ubicación exacta de las operaciones y si los posibles hallazgos podrían extenderse a territorio venezolano, según fuentes citadas por Reuters.


Rodríguez transmitió su reclamo a Dayne-Marc Chin Slick, jefe interino de la misión diplomática de Trinidad en Caracas, durante una reunión a principios de octubre. En la nota diplomática enviada se menciona que la funcionaria venezolana invocó el artículo 8 del tratado de delimitación de fronteras territoriales, que obliga a ambas naciones a notificar cualquier exploración a menos de 500 metros de la línea limítrofe.


El bloque asignado a Exxon Mobil se encuentra al noroeste del área Stabroek, en Guyana, donde la petrolera estadounidense lidera un vasto proyecto de extracción de crudo, y muy cerca del límite marítimo con Venezuela, lo que ha generado suspicacias en Caracas, dice la agencia.


Un memorando interno del gobierno de Trinidad y Tobago, también citado por la agencia de noticias, afirma que el país “está preparado para informar a Venezuela sobre un estudio sísmico que Exxon planea realizar el próximo año”, aunque aclara que no revelará detalles técnicos ni del plan de trabajo debido a cláusulas de confidencialidad con la compañía.
“El gobierno de Trinidad y Tobago está sujeto a disposiciones de confidencialidad y, en consecuencia, no se puede divulgar información específica y detallada sobre las operaciones de Exxon Mobil en el Bloque Ttdu 1”, señala el documento.


Venezuela posee campos gasíferos propios fronterizos con Trinidad y Tobago como el Calypso y el Dragón, y otros compartidos: Loran Manatee y Cocuima-Manakin.