Conflicto Global: Mayoría vs Oligarquía

Por. Henry Pacheco: El concepto de un conflicto entre la «Mayoría Global» y la «oligarquía EEUU-UE» es una perspectiva analítica que ha ganado tracción en los últimos años, especialmente en el contexto de cambios geopolíticos y económicos. Este enfoque, popularizado por pensadores como Michael Hudson, sostiene que las tensiones globales actuales no son simplemente un choque de civilizaciones o ideologías, sino un conflicto de intereses económicos y políticos entre dos bloques distintos.

¿Qué es la «Mayoría Global»?

La «Mayoría Global» (a veces denominada «Sur Global») se refiere a la gran mayoría de países en desarrollo y economías emergentes de África, Asia, América Latina y el Medio Oriente. Estos países, si bien son diversos en sus sistemas políticos y económicos, comparten algunas características comunes:

Deseo de multipolaridad: Buscan un orden mundial donde el poder no esté concentrado en uno o dos centros hegemónicos, sino que se distribuya entre múltiples polos.

Crítica al orden neoliberal: Cuestionan las reglas e instituciones económicas establecidas después de la Segunda Guerra Mundial (como el FMI, el Banco Mundial y la OMC), argumentando que benefician desproporcionadamente a los países occidentales.

Cooperación Sur-Sur: Fomentan lazos económicos, políticos y militares entre ellos, a través de organizaciones como los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), la OCS (Organización de Cooperación de Shanghái) y otros foros regionales.

¿Qué es la «oligarquía EEUU-UE»?

Este término se refiere a las élites económicas y políticas de Estados Unidos y la Unión Europea. La crítica que se hace a este grupo es que, si bien se presentan como defensores de la democracia y la libertad, en la práctica:

Promueven un orden unipolar: Buscan mantener la hegemonía de Occidente y ven con recelo el ascenso de potencias como China y Rusia.

Favorecen una economía rentista: Sus políticas económicas están orientadas a consolidar el poder de las finanzas, los seguros y los bienes raíces, en detrimento de la producción industrial y el bienestar social de la mayoría.

Utilizan su poder militar y económico para imponer sus intereses: A menudo recurren a sanciones económicas, intervenciones militares o presiones diplomáticas para mantener su influencia y evitar que otros países sigan caminos de desarrollo alternativos.

Puntos clave del conflicto:

  1. Modelo económico alternativo

El «modelo económico alternativo» que se discute en el contexto del conflicto entre la Mayoría Global y la oligarquía EEUU-UE es un concepto clave para entender las dinámicas geopolíticas y económicas actuales. Se refiere a un conjunto de estrategias económicas que los países de la Mayoría Global están adoptando, y que se contraponen al modelo neoliberal y rentista promovido por las élites de Estados Unidos y la Unión Europea.

Aquí están los puntos clave que definen este modelo económico alternativo:

1a. Énfasis en el desarrollo productivo y la infraestructura

A diferencia del modelo occidental, que se ha centrado cada vez más en las finanzas, los servicios y la economía rentista (donde las ganancias provienen de activos financieros o propiedades en lugar de la producción de bienes), el modelo alternativo prioriza la inversión masiva en infraestructura física (carreteras, puertos, ferrocarriles, redes de energía) y el desarrollo de la industria productiva.

Ejemplo: La Iniciativa de la Franja y la Ruta (Belt and Road Initiative) de China es el ejemplo más visible. Con ella, se construyen megaproyectos de infraestructura en Asia, África y América Latina, lo que no solo facilita el comercio, sino que también estimula la industrialización y la capacidad productiva de los países receptores.

2a. Financiación sin condiciones de austeridad

Una de las críticas más fuertes al FMI y al Banco Mundial es que sus préstamos a los países en desarrollo a menudo vienen acompañados de duras condiciones de austeridad, privatización de servicios públicos y liberalización de los mercados, que pueden tener efectos sociales y económicos devastadores.

El modelo alternativo busca ofrecer préstamos y financiamiento sin estas condiciones. Las instituciones financieras de la Mayoría Global, como el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) de los BRICS, se centran en financiar proyectos de infraestructura y desarrollo sin imponer políticas de ajuste estructural. Esto permite a los países receptores mantener un mayor grado de soberanía sobre sus decisiones económicas.

3a. Uso de monedas locales y desdolarización

El dominio del dólar estadounidense como moneda de reserva mundial le otorga a EE. UU. un poder geopolítico y económico inmenso. El modelo alternativo busca reducir esta dependencia mediante:

Comercio en monedas locales: Los países de la Mayoría Global están aumentando los acuerdos bilaterales para realizar el comercio en sus propias monedas en lugar de usar el dólar. Esto reduce el riesgo cambiario y la vulnerabilidad a las sanciones de EE. UU.

  • Creación de sistemas de pago alternativos: La Mayoría Global está explorando la posibilidad de crear sistemas de pago y liquidación que no dependan del sistema SWIFT, controlado por Occidente, lo que los haría inmunes a las sanciones financieras.

4a. Cooperación económica y tecnológica horizontal

El modelo tradicional de ayuda y desarrollo occidental a menudo se percibe como una relación de dependencia vertical, donde el país «donante» impone sus términos al país «receptor».

En contraste, el modelo alternativo promueve la cooperación horizontal o Sur-Sur. Los países de la Mayoría Global colaboran en la transferencia de tecnología, el intercambio de conocimientos y el desarrollo de proyectos conjuntos, en una relación de igualdad que se basa en el beneficio mutuo. Esto se ve en el trabajo de organizaciones como la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y los BRICS.

5a. Prioridad al desarrollo social y el bienestar

Si bien la acumulación de capital es un objetivo, el modelo alternativo a menudo pone un mayor énfasis en la erradicación de la pobreza, el desarrollo de la clase media y el bienestar social de la población. Esto se refleja en la inversión en proyectos de vivienda, educación y salud que acompañan a los grandes proyectos de infraestructura.

En resumen, el «modelo económico alternativo» es una respuesta directa a las deficiencias y desigualdades del sistema neoliberal. Representa un intento de la Mayoría Global por construir un orden económico multipolar y más equitativo, donde el desarrollo productivo y la soberanía económica tengan prioridad sobre la especulación financiera y la dependencia del dólar.

  •  Soberanía y autonomía:

Los países de la Mayoría Global buscan afirmar su soberanía económica y política, liberándose de la dependencia de las instituciones financieras occidentales y del dólar estadounidense como moneda de reserva mundial. La creación de nuevas estructuras financieras y comerciales, como el Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS, es un ejemplo de este esfuerzo.

¿Qué significa «soberanía y autonomía»?

Soberanía económica: Se refiere a la capacidad de un país para controlar su destino económico sin una influencia externa indebida. Esto implica la libertad de un Estado para determinar sus propias reglas económicas, gestionar sus activos y finanzas, y tomar decisiones sobre su política fiscal y monetaria. En esencia, es el derecho de un país a elegir su propio camino de desarrollo.

Autonomía política: Es la capacidad de un país para tomar decisiones en el ámbito de la política exterior y la seguridad nacional sin la coerción o la presión de potencias extranjeras. Para los países de la Mayoría Global, esto significa rechazar la idea de un orden unipolar liderado por EE. UU. y la UE y, en su lugar, promover un mundo multipolar donde cada nación tenga una voz igual.

Ejemplos concretos en el conflicto

Este anhelo de soberanía y autonomía se manifiesta en varios puntos clave del conflicto:

Desdolarización y sistemas financieros alternativos: El dominio del dólar estadounidense como moneda de reserva mundial le da a EE. UU. una herramienta de poder inmensa. A través de este sistema, EE. UU. puede imponer sanciones, congelar activos y dictar políticas a otros países. La desdolarización es un esfuerzo directo por recuperar esta soberanía monetaria. Los países de la Mayoría Global buscan:

Comercio en monedas locales: Realizar transacciones comerciales entre ellos usando sus propias monedas (por ejemplo, el yuan chino, el rublo ruso o la rupia india) en lugar del dólar.

Creación de instituciones financieras alternativas: El Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS es un ejemplo. Estas instituciones ofrecen financiamiento para proyectos de infraestructura sin las duras condiciones de austeridad y privatización que a menudo imponen el FMI o el Banco Mundial.

Sistemas de pago independientes: Países como Rusia y China han desarrollado sus propios sistemas de pago (como SPFS y CIPS) para no depender de SWIFT, que puede ser utilizado como arma financiera.

1.B No alineamiento y multipolaridad: En lugar de alinearse con los bloques occidentales, muchos países de la Mayoría Global buscan una política exterior de «no alineamiento», manteniendo relaciones diplomáticas y comerciales con todas las potencias, tanto Occidentales como Orientales. Esto les permite negociar en sus propios términos y evitar ser arrastrados a conflictos que no son de su interés. El rechazo a sumarse a las sanciones contra Rusia por parte de gran parte de la Mayoría Global es un ejemplo claro de esta postura.

2.B Control de los recursos y el desarrollo nacional: Los países de la Mayoría Global se oponen a modelos económicos que promueven la extracción de sus recursos naturales en beneficio de corporaciones extranjeras. En su lugar, buscan un modelo de desarrollo que priorice la industrialización, la creación de valor agregado local y la inversión en la población, fortaleciendo así su autonomía económica y política.

En resumen, la búsqueda de soberanía y autonomía es la fuerza motriz detrás del movimiento de la Mayoría Global. Es la base de su crítica al orden mundial actual y la justificación de sus esfuerzos por construir un nuevo sistema económico y geopolítico que sea más justo y equitativo para todos.

3. Geopolítica:  El conflicto se manifiesta en diversas áreas del mundo, desde Ucrania hasta el Medio Oriente y América Latina. EEUU y la UE buscan consolidar alianzas y ejercer presión sobre los países que se alinean con Rusia o China, mientras que la Mayoría Global busca una posición de no-alineamiento y de negociación de sus propios intereses.  

Se trata de la lucha por el poder, la influencia y el control del orden mundial. Este aspecto del conflicto se centra en cómo las diferentes potencias interactúan en el escenario internacional, formando alianzas, compitiendo por recursos y definiendo las reglas del juego global.

Puntos clave del conflicto geopolítico:

3,1 La transición de un orden unipolar a uno multipolar:

Unipolaridad (orden actual): Desde el colapso de la Unión Soviética, el mundo ha estado dominado por Estados Unidos como la única superpotencia militar y económica, respaldada por la OTAN y la Unión Europea. Este orden unipolar permite a Washington proyectar su poder a nivel global y, según la crítica, imponer sus intereses.

Multipolaridad (aspiración de la Mayoría Global): La Mayoría Global busca activamente un mundo multipolar, donde el poder no esté concentrado en un solo centro, sino que esté distribuido entre varias potencias o bloques de poder. Este nuevo orden incluiría a China, Rusia, India, la Unión Europea, y posiblemente bloques regionales de América Latina, África y el sudeste asiático. La idea es que la multipolaridad ofrecería a los países más pequeños y medianos más opciones y una mayor capacidad de negociación.

3.1.1 La disputa por áreas de influencia y seguridad:

Expansión de la OTAN y alianzas de EE. UU.: La expansión de la OTAN hacia el este, hasta las fronteras de Rusia, es vista por Moscú y Beijing como una amenaza directa a su seguridad. A su vez, las alianzas militares de EE. UU. en el Indo-Pacífico (como el AUKUS y el QUAD) son percibidas como un intento de cercar a China y contener su ascenso. La «oligarquía EEUU-UE» busca mantener su dominio militar y de seguridad global.

Nuevas alianzas de la Mayoría Global: En respuesta, los países de la Mayoría Global están fortaleciendo sus propias alianzas. Los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) no son solo un bloque económico, sino también un foro político que busca coordinar posturas en el escenario mundial. La Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) es una alianza de seguridad que incluye a Rusia, China e India, y que se está expandiendo.

  • El uso de sanciones y la «geopolítica de los recursos»:

Sanciones económicas como arma: Estados Unidos y la UE han utilizado de manera rutinaria las sanciones económicas para presionar a países que no se alinean con sus intereses, como Irán, Venezuela, Siria y, más recientemente, Rusia. Esta herramienta es vista por la Mayoría Global como una forma de coerción ilegal y una violación de la soberanía.

Competencia por recursos estratégicos: La competencia por recursos energéticos (petróleo, gas) y minerales críticos (litio, cobalto) es un motor clave del conflicto. La Mayoría Global, a través de países como Rusia y China, busca asegurar fuentes de energía y recursos para su propio desarrollo, mientras que las potencias occidentales buscan mantener el acceso y el control de estos suministros, lo que a menudo se traduce en conflictos indirectos y directos en África, América Latina y el Medio Oriente.

La guerra de la información y la narrativa:

Narrativa occidental: El bloque EEUU-UE presenta su política exterior como una defensa de la democracia, los derechos humanos y el «orden basado en reglas». Esta narrativa busca justificar sus intervenciones y sanciones, y a menudo demoniza a los líderes de los países rivales (como Putin o Xi Jinping).

Narrativa de la Mayoría Global: La Mayoría Global, por su parte, argumenta que el «orden basado en reglas» es en realidad una tapadera para el mantenimiento de la hegemonía occidental. Su narrativa se centra en la soberanía, la no injerencia, el desarrollo mutuo y la necesidad de un orden internacional más justo y equitativo. Esta guerra de narrativas es crucial para ganar la lealtad y el apoyo de los países no alineados.

En resumen, la geopolítica del conflicto es un juego de ajedrez global donde cada movimiento está destinado a consolidar o desafiar el poder existente. Mientras que la oligarquía EEUU-UE busca preservar un orden unipolar que le es favorable, la Mayoría Global lucha por un mundo multipolar donde su soberanía, autonomía y derecho al desarrollo sean respetados.

 4, Desafíos internos:

En el análisis del conflicto entre la Mayoría Global y la oligarquía EEUU-UE, los «desafíos internos» se refieren a las tensiones y contradicciones que existen dentro de los propios países occidentales (Estados Unidos y la Unión Europea). Estos desafíos internos no son un fenómeno separado, sino una parte integral del conflicto global, ya que debilitan la posición de la élite occidental y, a su vez, alimentan el rechazo al modelo que intentan exportar y se ven como el resultado de las mismas políticas rentistas que están en conflicto con el desarrollo de la Mayoría Global.

Puntos clave de los desafíos internos:

Aumento de la desigualdad y la polarización social:

Desindustrialización: La «oligarquía» ha promovido políticas neoliberales que han llevado a la deslocalización de la producción industrial hacia países con mano de obra más barata, lo que ha provocado la pérdida de millones de empleos bien remunerados en EE. UU. y Europa.

Riqueza concentrada: Al mismo tiempo, la riqueza se ha concentrado de manera masiva en las manos de una pequeña élite financiera y tecnológica. Esta creciente brecha entre ricos y pobres genera resentimiento y polarización política, lo que se refleja en el aumento de movimientos populistas tanto de derecha como de izquierda.

Servicios públicos en deterioro: La austeridad y la privatización han debilitado los sistemas de salud, educación e infraestructura, lo que ha mermado la calidad de vida de la mayoría de la población, mientras que la élite continúa prosperando.

 Crisis de la deuda y «economía rentista»:

Dependencia de la deuda: Las economías occidentales se han vuelto cada vez más dependientes de la deuda (tanto pública como privada) para mantener su crecimiento. Esto crea una vulnerabilidad sistémica y hace que el sistema financiero sea propenso a las crisis.

Financiarización de la economía: El modelo promovido por la «oligarquía» ha dado prioridad a las finanzas, los seguros y los bienes raíces (FIRE) sobre la producción. Esto significa que las ganancias provienen de la especulación y la renta, en lugar de la creación de valor real a través de la producción de bienes y servicios. Esta «economía rentista» es inherentemente parasitaria y no crea prosperidad para la mayoría.

Pérdida de legitimidad del «modelo democrático liberal»:

Hipocresía percibida: Mientras la élite occidental promueve la democracia y los derechos humanos en el extranjero, muchos ciudadanos sienten que sus propias democracias están cooptadas por intereses corporativos y financieros. La incapacidad de los gobiernos para resolver problemas como la desigualdad y la crisis climática debilita la confianza en el sistema.

Contradicción ideológica: El modelo de desarrollo alternativo de la Mayoría Global, que en muchos casos ha logrado sacar a cientos de millones de personas de la pobreza, se presenta como una alternativa viable al modelo occidental. Esto debilita la narrativa de que el neoliberalismo es el único camino hacia la prosperidad.

Debilitamiento de la base social y política:

Resentimiento hacia las élites: En EE. UU. y Europa, hay un profundo resentimiento hacia lo que se percibe como una élite desconectada de las preocupaciones de la gente común. Los movimientos como el «Trumpismo» o el Brexit son, en parte, manifestaciones de este resentimiento.

Desafíos a la hegemonía cultural: La «oligarquía EEUU-UE» también enfrenta desafíos a su hegemonía cultural. A medida que otras culturas y perspectivas (de Asia, África, etc.) ganan prominencia, la idea de una superioridad cultural occidental se debilita.

En conclusión, los desafíos internos de EE. UU. y la UE son un factor crítico en el conflicto global. No solo alimentan la polarización y la inestabilidad en sus propios países, sino que también socavan la credibilidad y la capacidad de la élite para proyectar su poder e influencia en el resto del mundo. El fracaso en abordar estos problemas internos fortalece la posición de la Mayoría Global y valida su argumento de que el modelo occidental no es un camino a seguir para el desarrollo global.

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