Por: Henry Pacheco. Sí, se puede argumentar que las políticas de inmigración de Donald Trump, con su enfoque en «cero inmigraciones» o una reducción drástica, lo alejan de América Latina en el sentido de que prioriza la seguridad fronteriza y la limitación de la entrada de extranjeros, lo que tiene un impacto directo y significativo en la región.
Aquí hay algunos puntos clave que respaldan esta idea:
Restricciones a la inmigración: Las administraciones de Trump han implementado y propuesto políticas que buscan restringir severamente la entrada de inmigrantes, incluyendo aquellos de América Latina. Esto incluye la construcción del muro fronterizo, el fin de programas como el Título 42 (que permitía expulsiones rápidas por razones de salud pública) y la limitación de las vías legales para solicitar asilo. Recientemente, se han anunciado nuevas restricciones y prohibiciones de viaje que afectan a ciudadanos de varios países, incluyendo algunos de América Latina como Cuba y Venezuela.
Presión sobre gobiernos latinoamericanos: Trump ha ejercido presión sobre los gobiernos de países latinoamericanos, especialmente México, para que asuman una mayor responsabilidad en la detención y control de la migración hacia la frontera de EE. UU. Esto se ha traducido en políticas como «Permanecer en México» (Remain in Mexico), que obligaba a los solicitantes de asilo a esperar en territorio mexicano mientras se procesaban sus casos.
Deportaciones masivas: Una de las promesas y acciones clave de Trump ha sido la deportación masiva de inmigrantes indocumentados. Esto generaría una presión considerable en los países de origen de estos migrantes, muchos de ellos en América Latina, que tendrían que lidiar con el retorno de grandes poblaciones.
Énfasis en la seguridad nacional: La retórica de Trump a menudo enmarca la inmigración desde América Latina como una amenaza a la seguridad nacional, asociándola con el tráfico de drogas y el crimen organizado. Esta perspectiva tiende a ver la región más como una fuente de problemas que como un socio para la colaboración en otros ámbitos.
Impacto económico y social: Si bien las políticas de inmigración restrictivas pueden ser populares entre ciertos sectores de votantes en EE. UU., los análisis sugieren que una «inmigración cero» o una reducción drástica tendrían consecuencias económicas negativas para EE. UU., incluyendo la disminución de la fuerza laboral y el envejecimiento de la población. Para América Latina, estas políticas pueden significar una reducción de las remesas, que son una fuente vital de ingresos para muchas familias.
El proyecto migratorio de Donald Trump se caracteriza por un enfoque de control y limitación que, en gran medida, se aleja de una política de cooperación y apoyo a la inmigración, impactando directamente las relaciones con América Latina en este ámbito.
El presidente Donald Trump así como otros funcionarios del gobierno como el caso del secretario de estado, son hijo de inmigrante, si se aplica la política de cero emigrantes en que punto quedan ellos.
Esto resalta una paradoja importante en la retórica y las políticas de Donald Trump y otros funcionarios con ascendencia inmigrante. Si se aplicara una política de «cero inmigraciones» de manera retroactiva o en un sentido absoluto, la situación de ellos sería, en principio, inconsistente y contradictoria con sus propias raíces familiares.
Aquí se desglosan los puntos clave para entender esta inconsistencia:
Definición de «inmigrante»: Un inmigrante es una persona que se establece en un país o región diferente de su lugar de origen. Los padres o abuelos de Donald Trump (su madre, Mary Anne MacLeod, era inmigrante de Escocia; su abuelo paterno, Frederick Trump, era inmigrante de Alemania) y de muchos otros funcionarios (por ejemplo, Mike Pompeo, ex Secretario de Estado, tiene abuelos inmigrantes de Italia) encajan perfectamente en esta definición.
El «punto» en que quedan:
Legalmente: Ellos son ciudadanos estadounidenses por nacimiento, según la 14ª Enmienda de la Constitución de EE. UU. (la cláusula de ciudadanía por nacimiento en suelo estadounidense, «jus soli»). Sus padres o abuelos inmigraron legalmente en su momento, siguiendo las leyes de inmigración de la época. Por lo tanto, una política de «cero inmigraciones» en la actualidad no afectaría su estatus legal como ciudadanos nacidos en EE. UU.
Moral o Retóricamente: Aquí es donde surge la contradicción. La retórica de «cero inmigraciones» o de una inmigración severamente restringida a menudo se dirige a los inmigrantes actuales y futuros, y a veces se acompaña de un lenguaje que denigra o cuestiona el valor de la inmigración en general. Sin embargo, si los antepasados de estos funcionarios no hubieran podido inmigrar, ellos simplemente no existirían en Estados Unidos. Sus propias existencias y el camino hacia sus posiciones de poder dependen directamente de la capacidad de sus familias para emigrar.
La distinción entre inmigración pasada y presente: Generalmente, quienes defienden políticas migratorias restrictivas a menudo hacen una distinción implícita (y a veces explícita) entre los inmigrantes del pasado («nuestros antepasados que vinieron legalmente y se asimilaron») y los inmigrantes del presente («ilegales o que no se asimilan»). Esta distinción permite a figuras como Trump criticar la inmigración actual sin aparentemente contradecir sus propios orígenes. Sin embargo, esta distinción ignora que muchas de las críticas y barreras que enfrentan los inmigrantes de hoy son similares a las que enfrentaron los inmigrantes de generaciones anteriores, incluyendo a los antepasados de Trump.
La hipocresía percibida: Para muchos críticos, el hecho de que funcionarios con ancestros inmigrantes promuevan políticas antinmigración es una clara señal de hipocresía. Argumentan que se benefician de un sistema que ahora buscan cerrar para otros, negando a las nuevas generaciones las mismas oportunidades que sus propias familias tuvieron.
Aunque las políticas de «cero inmigraciones» no afectarían el estatus legal de Donald Trump o de otros funcionarios nacidos en EE. UU. con ascendencia inmigrante, su existencia y la de sus familias como ciudadanos estadounidenses es una prueba directa de la importancia y el impacto de la inmigración en la historia de Estados Unidos. Su posición en favor de una inmigración mínima crea una tensión y una paradoja inherente con sus propias historias familiares.
La implementación de una política de «cero inmigraciones» o de restricción drástica de la inmigración en Estados Unidos tendría, y de hecho ha tenido, perjuicios significativos en diversos campos, incluyendo el económico, laboral y social. A continuación, se detallan los principales impactos:
1. Perjuicios Económicos:
Reducción del Crecimiento del PIB: Los inmigrantes contribuyen al crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) a través de tres canales principales: inversión, productividad y empleo. Reducir la inmigración frena estos motores. Se estima que una política de deportaciones masivas podría reducir el PIB de EE. UU. entre un 2.6% y un 6.2% en la próxima década.
Disminución del Consumo y la Demanda: Los inmigrantes no solo son trabajadores, sino también consumidores. Gastan sus salarios en vivienda, alimentos, bienes y servicios, lo que impulsa la demanda económica interna. La reducción de la población inmigrante disminuye este consumo, afectando a las empresas y al comercio local.
Menos Innovación y Emprendimiento: Los inmigrantes tienen tasas más altas de emprendimiento que los nacidos en EE. UU. Crean más empresas y contribuyen desproporcionadamente a la presentación de patentes y a la innovación tecnológica. Restringir la inmigración limitaría esta fuente de dinamismo económico y competitividad global.
Pérdida de Ingresos Fiscales: Los inmigrantes, incluidos muchos indocumentados, pagan impuestos federales, estatales y locales, y contribuyen a la seguridad social. La «cero inmigraciones» o las deportaciones masivas resultarían en una pérdida significativa de estos ingresos, afectando los presupuestos gubernamentales y la financiación de programas sociales.
Aumento de Precios: La escasez de mano de obra en ciertos sectores, causada por la reducción de la inmigración, puede llevar a un aumento de los costos de producción, lo que a su vez se traduce en precios más altos para los consumidores. Se han estimado aumentos de precios de hasta 9.1% para 2028 en escenarios de deportación masiva.
2. Perjuicios en el Mercado Laboral:
Escasez de Mano de Obra en Sectores Clave: Numerosos sectores de la economía estadounidense dependen en gran medida de la mano de obra inmigrante, como la agricultura, la construcción, la hostelería, la atención médica (especialmente en el cuidado de ancianos y niños) y el procesamiento de alimentos. Una «cero inmigraciones» agravaría las ya existentes escaseces de mano de obra en estos campos.
Agricultura: Más del 70 % de los trabajadores agrícolas son inmigrantes no ciudadanos. La escasez de estos trabajadores puede llevar a una reducción de la producción nacional de cultivos intensivos en mano de obra (como frutas y verduras), al aumento de las importaciones y a precios más altos de los alimentos.
Construcción: Se estima una reducción de 2.5 millones de trabajadores en la construcción en caso de deportaciones masivas, lo que afectaría la capacidad de construir viviendas e infraestructura.
Impacto en los Salarios y Empleo de los Trabajadores Nativos: Aunque a menudo se argumenta que los inmigrantes quitan empleos a los trabajadores nativos, la mayoría de los estudios económicos sugieren que los inmigrantes complementan a los trabajadores nativos, llevando a salarios más altos y más empleo para los nacidos en EE. UU. Las deportaciones masivas, en lugar de aumentar los empleos para los nacidos en EE. UU., podrían reducir el empleo general y deprimir los salarios en algunos sectores al desorganizar las cadenas de producción.
Reducción de la Población en Edad de Trabajar: Sin la inmigración, se proyecta que la población de EE. UU. comience a contraerse después de 2033, y con ella, su fuerza laboral. Esto generaría mayores escaseces de mano de obra a largo plazo y pondría presión sobre sistemas como la Seguridad Social y Medicare, que dependen de una fuerza laboral joven y activa.
3. Perjuicios Sociales y Comunitarios:
Desestabilización de Comunidades: Las políticas de inmigración restrictivas y las deportaciones masivas generan miedo y ansiedad en las comunidades inmigrantes y mixtas (familias con miembros de diferente estatus migratorio). Esto puede llevar a la fragmentación familiar, la desconfianza en las instituciones (como la policía y los servicios de salud) y un deterioro del bienestar mental y físico.
Impacto en los Servicios Sociales: La reducción de la población inmigrante, junto con el miedo a buscar servicios, puede afectar la provisión y el acceso a la atención médica, la educación y otros servicios sociales, especialmente en áreas con alta concentración de inmigrantes.
Deterioro de la Cohesión Social: La retórica antinmigración puede fomentar la xenofobia y el nativismo, creando divisiones y desconfianza dentro de la sociedad, lo que socava la cohesión social y el entendimiento intercultural.
«Brain Drain» y Pérdida de Talento: Una política de «cero inmigraciones» o de limitación estricta puede disuadir a profesionales altamente calificados, científicos y estudiantes internacionales de venir a EE. UU., llevando a una «fuga de cerebros» y debilitando la capacidad de investigación y desarrollo del país.
Si bien las políticas de «cero inmigraciones» buscan abordar preocupaciones sobre la seguridad fronteriza y el control de la migración, la evidencia sugiere que sus efectos negativos en la economía, el mercado laboral y la sociedad estadounidense serían profundos y perjudiciales.
Como afecta la política cero emigrantes en el estado de California.
California, con la economía estatal más grande de Estados Unidos y una de las más diversas del mundo, es particularmente vulnerable a los efectos negativos de una política de «cero inmigraciones» debido a su alta dependencia de la mano de obra inmigrante y su vibrante tejido social multicultural.
Aquí se detallamos las principales afectaciones:
1. Impacto Económico Devastador:
Pérdida de Mano de Obra en Sectores Clave: California depende masivamente de los inmigrantes en sectores vitales para su economía.
Agricultura: Más del 70 % de los trabajadores agrícolas de California son inmigrantes, y se estima que un gran porcentaje de ellos son indocumentados. Una política de «cero inmigraciones» o deportaciones masivas llevaría al colapso de la producción agrícola del estado, que es líder nacional en muchos cultivos (frutas, verduras, frutos secos). Ya se han reportado pérdidas millonarias y campos vacíos en el condado de Kern debido a redadas.
Construcción: El sector de la construcción en California también emplea a una gran cantidad de inmigrantes. La falta de estos trabajadores detendría proyectos de infraestructura y vivienda, encareciendo los costos y frenando el desarrollo.
Hotelería y Restaurantes: Los inmigrantes ocupan una parte significativa de los puestos en estos servicios, desde limpieza hasta cocina. La escasez de personal afectaría gravemente la industria turística y de servicios, fundamental para la economía del estado.
Manufactura y Servicios: Muchos trabajos en manufactura, cuidado de ancianos, limpieza y otros servicios dependen de la mano de obra inmigrante.
Contracción del PIB Estatal: Los inmigrantes, incluidos los indocumentados, contribuyen sustancialmente al PIB de California a través de su trabajo, consumo y pago de impuestos. Un estudio de 2019 estimó que 1.6 millones de trabajadores indocumentados en California crearon 1.25 millones de puestos de trabajo y produjeron el 10% del PIB del estado. Eliminar esta fuerza laboral tendría un efecto catastrófico en la economía californiana.
Menos Innovación y Emprendimiento: California es un centro global de innovación. Los inmigrantes tienen tasas de emprendimiento más altas y son una fuente importante de nuevas ideas y negocios, especialmente en el sector tecnológico. Restringir la inmigración mermaría esta capacidad innovadora.
Pérdida de Ingresos Fiscales: Los inmigrantes pagan miles de millones de dólares en impuestos estatales y locales (impuestos sobre ventas, impuestos a la propiedad, etc.), incluso los indocumentados. La reducción de su población significaría una disminución drástica en la recaudación de impuestos, afectando los servicios públicos como escuelas, hospitales y carreteras.
2. Impacto Social y Comunitario Profundo:
Desestabilización Familiar y Comunitaria: California tiene una de las poblaciones inmigrantes más grandes y diversas de EE. UU., con muchas familias de estatus migratorio mixto. Las políticas de «cero inmigraciones» o las redadas masivas causarían un trauma generalizado, la separación de familias y un miedo constante en las comunidades.
Impacto en el Sistema Educativo: Los hijos de inmigrantes, muchos de ellos ciudadanos estadounidenses, constituyen una parte importante de la matrícula escolar de California. Las deportaciones y el miedo a la detención afectarían la asistencia escolar, el rendimiento académico y el bienestar emocional de estos niños.
Presión sobre los Servicios Sociales: Aunque pueda parecer contradictorio, la desorganización social y la pobreza que resultaría de las deportaciones masivas podrían generar una mayor presión sobre algunos servicios sociales de emergencia, mientras que los inmigrantes que pagan impuestos ya no contribuirían a su financiación.
Aumento de la Xenofobia y la Discriminación: La retórica asociada con la «cero inmigraciones» a menudo fomenta un ambiente de hostilidad hacia los inmigrantes, lo que puede llevar a un aumento de la discriminación y los delitos de odio en el estado, conocido por su diversidad y políticas inclusivas.
Pérdida de Diversidad Cultural: California se enorgullece de su diversidad cultural, que es enriquecida por las múltiples tradiciones, idiomas y perspectivas que traen los inmigrantes. Una política de «cero inmigraciones» empobrecería este tejido cultural único.
La política de «cero inmigraciones» no solo sería un cambio radical para California, sino que, de aplicarse de manera estricta, podría desestabilizar su economía y causar un sufrimiento social masivo, afectando a todos los residentes del estado, no solo a la población inmigrante.
Y como nota curiosa, los empresarios norte americano prefieren la mano de obra latina que la mano de obra afrodescendiente.
