Por:Carmen Cecilia Lara
«Yo vengo a ofrecer mi corazón» fueron las palabras que susurró Piedad Cordoba al nacer sin saber que Fito Páez las haría canción.
Quiénes no la conocimos personalmente pero palpamos a través de la pantalla grande de TV y la pequeña de las redes, esa exuberancia no sólo de elegancia sino de valiente expresión humana, hoy no nos sorprendemos al escuchar anécdotas cómo que esos hermosos turbantes además de honra ancestral, eran parabanes para retener proyectiles, que de manera mágica desaparecían ante su imponente alma de mulata colombiana.






