Gasolina subsidiada:10 dólares por 40 litros

Por: Werther Sandoval

Los turbios negocios que se realizan con la gasolina subsidiada están empeñados en anotarse entre las causas para revisar este sistema de pago en las estaciones de servicio.
La razón no marcha sola, pues la eliminación del subsidio sería una de las vías para que esos mismos recursos sean destinados a una mejor y mayor capacidad y confiabilidad de Pdvsa para producir y suministrar gasolina e, incluso, hasta podrían constituirse en fondos para financiar los proyectos elegidos cada tres meses por las comunas.

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¡Adiós mechurrios! Un reactor de plasma para producir hidrógeno limpio y derivados de carbono

Por: Werther Sandoval

Más del 90% de los gases emitidos por los procesos industriales de los hidrocarburos son descompuestos en elementos químicos, puros o combinados, con alto potencial económico y mínimo efecto contaminante, por un reactor catalítico de plasma diseñado en el Laboratorio de Física de Plasma de la Universidad Simón Bolívar (USB), liderado por el profesor José Ruiz.

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A ExxonMobil le gustaría sacar a China de Guyana

Por: Werther Sandoval

El reiterado y manifiesto interés de Donald Trump por aplicar la Doctrina Monroe, América para Estados Unidos, creada en 1823, constituye el piso político para suponer que al Estado profundo de EEUU, controlado por las grandes corporaciones energéticas, no le agrada la presencia china en Guyana, en especial la actividad petrolera de la Nexen Petroleum Guyana Limited, filial de China National OffShore Oil Company.

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Aranceles de Trump derribaron los precios del petróleo

Por Werther Sandoval

El temor a la recesión planetaria catalizada por el “Día de la Independencia” anunciado por el presidente de Estados Unidos , Donald Trump, se plasmó con crudeza en una caída de los precios del petróleo que indica, con fundamentos, un mayor avance de la crisis estructural de la economía del mundo, que los movimientos especulativos de Wall Street.

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El petróleo venezolano siempre llega a su destino

Por: WERTHER SANDOVAL

La imposición de arancel del 25% a los productos de países que compren petróleo venezolano dará nuevos bríos a la creciente anomia que ya domina el comercio internacional, una de cuyas manifestaciones es la pujante flota oscura de tanqueros, la misma que transita por los océanos sin amparo de aseguradoras, esquivando sistemas satelitales y haciendo mofas de los polizontes con escondrijos tan rudimentarios como tapar los nombres de sus buques con lonas de nylon.

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Más preocupada está Chevron que Venezuela

Por: Werther Sandoval

La prepotente frase reiterada por Trump: “No necesitamos el petróleo de Venezuela”, corre el riesgo de ver diluido su impacto mediático y geopolítico, más por estrategia de mercado y balances financieros de Chevron, que por la necesidad venezolana de vender su crudo pesado a la nación del norte.

Aclaremos. Sobre la mesa de discusiones ambas variables tienen sus importancias ponderadas, pero las recientes voces de Chevron y las pocas palabras de la Casa Blanca indican que solo por una malcriada decisión del travieso niño dotado de 5.550 armas nucleares, se dejaría de importar los crudos Boscán y Tipo Merey 16 venezolanos.

En otras palabras, la información disponible indica que la discusión sobre si EEUU importa o no petróleo venezolano está más en la agenda de los ejecutivos de Chevron con Trump, que en los diálogos de la Casa Blanca con el Palacio de Miraflores.

Eso sí. Ganas no le faltan a Trump. Pero como reza el incólume principio que define la política exterior de la nación del norte: “EEUU no tiene amigos, tiene intereses”, secundada por ese otro valor que reza: “Lo que es bueno para una empresa americana, es bueno para EEUU”. Los numeritos de Chevron tienen mucho que decir.

Chevron tiene presencia y participación minoritaria en Venezuela a través de cuatro empresas mixtas: Petropiar con 40% de las acciones, Petroboscán con 30%, Petroindependencia 34% y Petroindependiente con 25%.

Tras volver a operar en 2022 con una producción de 40.000 barriles diarios, la última semana de enero 2024 cifró 240.000 barriles diarios, lo cual se traduce en un volumen estimado de 6,4 millones de barriles al cierre de ese mes. En apenas dos años su producción escaló 500%.

Tales números son coherentes con la tesis del analista petrolero y profesor de la Universidad Central de Venezuela Carlos Mendoza Potellá, quien señala que, según datos no muy recientes mantenidos en bajo perfil corporativo, solo en campo Boscán, en el estado Zulia, Chevron está parada sobre uno de los reservorios gigantescos con los cuales cuenta Venezuela, así registrado por la Asociación de Geólogos de los Estados Unidos:
“El campo Boscán es un campo gigante de petróleo pesado ubicado en tierra a 45 kilómetros al suroeste de Maracaibo… El volumen de petróleo original en sitio se estima entre 25.000 y 35.000 millones de barriles de petróleo, la producción acumulada es de 1.200 millones de barriles de petróleo”.

Es decir, dice Potellá: “…apenas se ha producido desde su descubrimiento, hace casi 80 años, entre 3,4% y 4,8% del petróleo originalmente in situ”.

“¿Y Chevron…?”, exclama Potellá. “Salivando como el perro de Pavlov ante perspectivas que conoce muy bien y sabe que son muy promisorias, por la cual hace lobby entre Washington y Caracas”.
A esto se añade que seguir produciendo les permite cobrar con petróleo la deuda que tiene Pdvsa con la empresa, que originariamente estaba en el orden de los 4.000 millones de dólares y que hoy se ha reducido a una cifra pendiente por precisar.

Como estrategia de negocios, a los directivos de Chevron también les interesa quedarse en Venezuela, en parte, para seguir tomando el crudo pesado agrio venezolano apropiado para sus refinerías, lo cual les evita hacerles grandes cambios para tratar otros crudos en momentos cuando han caído sus márgenes de refinación.

En momentos cuando Trump amenaza con dejar de importar petróleo venezolano ha habido un aumento de la capacidad mundial de refinación o se está produciendo más combustible y productos derivados del petróleo, en 2024, combinado con un débil crecimiento de la demanda, lo cual afecta los márgenes del negocio de refinación, es decir, se redujo la diferencia de costos entre lo que sale de las refinerías, se vende, y el petróleo usado para su refinación.

Resultado: las acciones de Chevron cayeron 4% después de que reportara una pérdida en el negocio de refinación por primera vez desde 2020, haciendo que el segundo productor de petróleo de EEUU no alcanzara la estimación de ganancias de Wall Street.

“Esta tendencia que hemos visto de que los márgenes se suavizan hasta 2024 es algo que se puede esperar que continúe, que se extienda hasta 2025”, dijo el CEO de Chevron, Mike Wirth, en una entrevista. “Ha sido un cuarto trimestre 2024 débil, no hay duda de ello. No voy a llamarlo tormenta perfecta, pero fue un trimestre en el que todo fue en una dirección y fue negativo”.

Wirth dijo que Chevron se centraría en lo que puede controlar para recuperarse, incluido un mantenimiento más ligero programado para las refinerías durante el próximo año. De haber una suspensión del crudo importado desde Venezuela, habría que realizar cambios en las refinerías de mayor envergadura.

Según la directora financiera de Exxon, Kathryn Mikells, citada por el portal de información energética Argus, el negocio del refino sigue sometido a la presión de la entrada en el mercado de una oferta adicional de combustible tras la apertura de nuevas refinerías en distintos países del mundo, dijo. “Eso es realmente lo que estamos observando de cara a 2025”.

Aunque el aumento de la producción de petróleo y gas ayudó a las grandes petroleras a amortiguar el impacto del descenso de los beneficios del refino, las refinerías independientes también se vieron afectadas por la caída de la demanda de combustible en Estados Unidos y China, los dos mayores consumidores de petróleo.

El beneficio de Phillips 66 en el cuarto trimestre se desplomó a 8 millones de dólares desde 1.260 millones del trimestre anterior. Los beneficios de refino de Valero cayeron 73% en el cuarto trimestre.

Los analistas están pendientes de los graves impactos en los mercados energéticos integrados de América del Norte, si se imponen impuestos a los flujos desde Canadá y México hacia Estados Unidos. El grupo industrial American Petroleum Institute está presionando a la administración Trump para que exima al crudo y otros productos energéticos de cualquier arancel que planee imponer.

Casi todos los aproximadamente 500.000 barriles diarios de envíos de crudo de México a Estados Unidos hasta noviembre se realizan por vía marítima, destinados a refinerías de la costa del Golfo, y pueden desviarse a Asia o Europa.

Los productores canadienses tienen mucha menos flexibilidad: más de 4 millones de barriles diarios de las exportaciones de Canadá dependen totalmente de las rutas de oleoductos hacia y a través de Estados Unidos. Sólo unos 900.000 barriles diarios pueden desviarse desde EEUU a través del sistema de oleoducto Trans Mountain recientemente ampliado hacia la costa del Pacífico, aunque los flujos de finales de 2024 se acercaron en realidad a los 400.000 b/d, divididos equitativamente entre la costa oeste de Estados Unidos y Asia.

Por el contrario, muchas refinerías en el centro del continente estadounidense no tienen una alternativa práctica al crudo canadiense. Los precios de la gasolina en Estados Unidos subirían entre 30 y 70 centavos el galón si los aranceles de 25% que Trump ha amenazado se aplicaran al petróleo de Canadá, proyecta el TD Bank de Canadá.

“Con las sanciones originales de Trump, el petróleo venezolano no podía entrar a Estados Unidos. Luego, la administración Biden permitió su ingreso. Las refinerías en la costa del Golfo dependen en gran medida de crudo pesado venezolano. Si Estados Unidos impone aranceles o sanciones al petróleo canadiense o mexicano, parte de ese suministro podría desviarse a otros países, haciendo que el crudo venezolano sea aún más relevante”, dice el presidente y director ejecutivo de Chevron, Mike Wirth.

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Conoco, Guaidó, su procurador y la fallida acción ante el Ciadi

Por: Werther Sandoval

Desde el pasado jueves 23 de enero del 2025 circula en las redes y en noticieros internacionales una información según la cual “el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi), filial del Banco Mundial, falló el 22 de enero contra Venezuela y ratificó el monto de la indemnización que debe recibir ConocoPhillips” (Bloomberg Línea).

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Donald Trump: “Perforar, nené, perforar”

Por: Werther Sandoval

La reiterada intención manifestada por Donald Trump de prescindir del petróleo venezolano deberá sortear, para decirlo musicalmente, algunos bemoles, cada uno empaquetado en megadatos con los cuales sus asesores esperan alguna decisión de inteligencia artificial.

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Pero por mucho que la inteligencia artificial sea muy inteligente e intente parangonar al personaje borgiano del cuento Funes el memorioso, tomar decisiones basadas en megadatos arroja el riesgo de tomar acciones desfasadas del contexto inmediato, el mismo que repleto de sentimientos y percepciones solo es tributo y virtud de los humanos.

Tanto es así, que si tomamos en cuenta una de sus frases más preferidas: “Todas las opciones están sobre la mesa”, es probable que Trump permita a Chevron seguir extrayendo, por ahora, los 212.900 barriles diarios de los crudos pesados venezolano Boscán y tipo Merey 16 de producción operada, según cifras del 16 de enero pasado.

Como buen burgués que se respeta, su razón existencial es ganar dinero, acumular capital lo más rápido posible con la menor o sin inversión, tesis filosófica corporativa que, mecánicamente, ha hecho extensiva a su gran empresa estado nación EEUU, donde la premura lo agobia pues apenas dispone de cuatro años en la Casa Blanca para hacer que EEUU “gane dinero” y sea la otrora todopoderosa primera potencia del planeta.

Y para echar para atrás la historia de EEUU se ha propuesto obtener energía abundante y barata, con la cual busca aminorar la inflación y bajar los costos para el funcionamiento, creación e instalación de industrias en tierras estadounidenses.

Es decir, Trump necesita petróleo al menor costo para convertir a la nación del norte en un atractivo para los inversionistas y con ello revertir la corriente globalizadora propiciada por la gobernanza del expresidente Bill Clinton, la cual estimuló la especulación financiera global y el traslado de las industrias hacia países como China, donde hallaron menores cargas impositivas y mano de obra barata.

En síntesis: su obsesión es conseguir ya energía abundante y barata para reducir costos y bajar la inflación. Nada de energías alternativas eólicas y eléctricas, más cuando cree que hay petróleo en abundancia en el subsuelo de EEUU y de los países acoplados a la política exterior de ese país, en otras palabras, en los acólitos a sus intereses.

Sobre ese norte, apenas entró en la oficina oval declaró una emergencia energética nacional, prometiendo llenar las reservas estratégicas de petróleo; dijo que EEUU pondría fin al arrendamiento de parques eólicos y revocaría lo que ha llamado una “imposición” de vehículos eléctricos.

Por ello, tras asumir el cargo de inquilino en la Casa Blanca, poco le importó que EEUU sea el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo y firmó una orden ejecutiva para retirarse del acuerdo climático de Paris, con lo cual inyectará a la atmósfera 4.000 millones de toneladas equivalentes de CO2 de aquí al 2030, según Philippe Waechte, en su artículo Trump y el clima, publicado en el diario Expansión.

“Me retiro inmediatamente de la injusta y unilateral estafa climática de París”, dijo el nuevo presidente al firmar la orden en Washington. “Estados Unidos no saboteará nuestras propias industrias mientras China contamina impunemente”.

Un Informe sobre el Cambio Climático de la Agencia Internacional de Energía señala que el sistema energético mundial es la base de las economías y sociedades modernas, pero la producción y el consumo de energía también son responsables de 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que lo convierte en el principal impulsor del cambio climático.

“Mientras las temperaturas en todo el mundo siguen batiendo records, nunca ha habido más razones para transformar rápidamente el sistema energético global. La Hoja de Ruta Net Zero de la Agencia Internacional de Energía establece un camino para que el sector energético mundial alcance emisiones netas cero a mediados de siglo, limitando el calentamiento global a 1,5 °C, como lo exige el Acuerdo de París, para evitar los peores efectos del cambio climático”.

No obstante, Trump, por el contrario, de inmediato redobló su promesa de “perforar, nené, perforar” para extraer más combustibles fósiles estadounidenses, diciendo que EEUU tiene las reservas de petróleo y gas “más grandes” del mundo, y que tiene la intención de utilizarlas.

Es tanta su ansiedad de energía barata para hacer de EEUU grande de nuevo que solicita a la Opep bajar los precios, elevar la oferta de petróleo, para detener la guerra en Ucrania entablada por la Organización del Tratado del Atlántico Norte contra Rusia.

“La Opep debe dejar de ganar dinero y bajar los precios del petróleo porque los tienen bien alto y si tiene los precios altos la guerra en Ucrania no se va a detener”, dijo.

Una lectura de tales palabras es que los precios altos del petróleo favorecen a Rusia, con la implícita paradoja de que una de las causas de los altos precios son las sanciones impuestas por EEUU y la Unión Europea al sector energético ruso, que incluye a 183 buques que transportan el crudo.

Y para bajar los precios del petróleo, aminorar los costos de la energía, la fórmula de mercado es subir la oferta de petróleo, tesis que choca con la petulante frase de que “probablemente vamos a dejar de comprar petróleo a Venezuela. No lo necesitamos. EEUU tiene petróleo más que suficiente”.

Una de las variables de menor ponderación que iría en contra de “dejar de comprar petróleo a Venezuela”, es que aun cuando EEUU ha reducido las importaciones de crudo pesado, siempre necesitará de refinerías que produzcan derivados “oscuros”, a lo cual se añaden los altos costos de construir o reconvertir refinerías de crudos pesados en livianos.

De allí que aún sigue requiriendo los crudos venezolanos Boscán y el tipo Merey 16 extraídos por Chevron de los campos de Boscán en el Zulia y de Monagas. La empresa no desea irse pues se aprovecha de refinar y revender estos petróleos, debido a sus menores costos de transporte y ganancias generadas.

Chevron comenzó en Venezuela actividades de exploración en 1923 y descubrió el campo Boscán en 1946. Una muestra del interés por quedarse es que la empresa ofreció el año pasado a los trabajadores de Petropiar, donde posee 40% de las acciones y Pdvsa 60%, un bono de 300 dólares si lograban cerrar el año con los índices deseados de producción, confiabilidad y seguridad operacional.

Además, a finales del año pasado contrató a un lobista de DC cercano a varios republicanos de Florida que ocuparán puestos claves en seguridad nacional en la administración del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, informó el periodista estadounidense de la AP, Joshua Goodman.

La nota informa que “Chevron en el pasado presionó fuertemente para obtener una licencia del Tesoro para seguir operando en Venezuela”.

Otra variable para sopesar es que Trump también prometió reducir el precio de la gasolina por debajo de 2 dólares el galón, para lo cual requiere petróleo más barato. Y, según CNN, de aplicar aranceles sobre el petróleo canadiense y mexicano podrían elevarse los precios al consumidor estadounidense de la gasolina, el gasóleo y otros productos derivados, especialmente en las regiones más dependientes del crudo canadiense.

Canadá es la mayor fuente de petróleo extranjero de Estados Unidos. Canadá y México suministraron 71% de las importaciones estadounidenses de petróleo en 2023, según un nuevo análisis sobre las propuestas arancelarias de Trump realizado por el Servicio de Investigación del Congreso.

El primer ministro saliente de Canadá, Justin Trudeau, advirtió a Trump que, de aplicar aranceles a los productos canadienses, EEUU se verá impulsado a buscar recursos energéticos en Rusia, China y Venezuela, hipótesis que aun cuando suena a chantaje político, incluye al petróleo venezolano como variable a sopesar antes de decidir prescindir del crudo bolivariano.

Por los momentos, la oferta domina el mercado petrolero. El tipo Merey 16 venezolano cerró el viernes pasado en 65,15 dólares contra 67,40 marcado la semana anterior.
El crudo aceleró su baja tras las declaraciones de Trump durante un discurso en remoto en el Foro de Davos (Suiza), donde dijo que va a pedir Arabia Saudí y a la Opep que bajen el precio del petróleo.

“Tienen que reducirlo, lo cual, francamente, me sorprende que no hicieran antes de las elecciones. No demostraron mucho cariño. Me sorprendió un poco eso”, dijo
Arabia Saudita, Rusia y otros seis miembros de la Opep+ han estado reteniendo 2,2 millones de barriles diarios en el mercado mundial para evitar que los precios caigan en exceso.

Además, la organización decidió en diciembre prorrogar esos recortes de producción al menos hasta marzo de 2025, antes de eliminarlos gradualmente en el transcurso de un año.

La Opep se encuentra bajo presión, ya que la abundante producción de petróleo en Estados Unidos y la ralentización de la demanda en China están bajando los precios

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La leonina y voraz relación de Exxon Mobil con Guyana

Por: Werther Sandoval

La estadounidense petrolera Exxon Mobil superó en 2024 el nivel de producción máximo de crudos previsto en el acuerdo firmado con el Gobierno de Guyana, el cual fue suscrito para reducir los riesgos de impactos ambientales sobre las zonas marítimas y costeras, entre las cuales se encuentran las del venezolano estado Guayana Esequiba.

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