Pensamiento Profundo: ¿Habilidad o Privilegio en Informática?

Por. Henry Pacheco: tenemos 2 posibles respuesta. opción a ¿Es el Pensamiento Profundo una Habilidad Real o un Privilegio en el Mundo Informático?

Opción (A)El pensamiento profundo es definitivamente una habilidad real y cada vez más crucial en el mundo informático actual, no un privilegio. Si bien la tecnología nos ha brindado una gran cantidad de información y herramientas, la capacidad de procesarla, analizarla críticamente y generar ideas significativas se ha vuelto invaluable.

Opción (B) El «pensar en profundo» es definitivamente una habilidad real, pero en el mundo informático actual, a menudo puede sentirse como un privilegio.

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Hegemonía Comunicacional: Estrategias de Poder de Occidente.

Por, Henry Pacheco: La noción de una «estrategia final de la hegemonía comunicacional de occidente» es un concepto muy debatido y a menudo utilizado en la crítica a la concentración de medios y la influencia cultural de los países occidentales. No hay un documento oficial o una estrategia única y monolítica que se pueda señalar, pero los análisis críticos de este fenómeno suelen identificar una serie de características y objetivos interrelacionados.

La «hegemonía comunicacional» se refiere a la supremacía que un grupo (en este caso, las potencias occidentales y sus corporaciones mediáticas) ejerce sobre otros a través de la comunicación. La estrategia, vista desde esta perspectiva, no busca simplemente informar, sino establecer una visión del mundo, una narrativa y unos valores que se perciban como universales y naturales.

Entre los elementos que se señalan como parte de esta «estrategia» se encuentran:

Creación y control de narrativas globales: La capacidad de los medios occidentales para definir lo que es noticia, cómo se enmarca y qué voces son consideradas legítimas. Esto incluye la difusión de ideas como la democracia liberal, el capitalismo de mercado y ciertos valores culturales como los ideales universales.

Desinformación y manipulación: En la era digital, la estrategia se ha adaptado para incluir el uso de redes sociales y plataformas digitales para sembrar desconfianza, polarización y confusión, a menudo en apoyo de ciertos intereses políticos y económicos.

Dominio tecnológico y de infraestructura: El control de las principales redes de comunicación e información, desde las agencias de noticias internacionales hasta las plataformas de redes sociales y los proveedores de servicios de internet, otorga un poder significativo para filtrar, amplificar o silenciar ciertos mensajes.

Reproducción de valores culturales: La industria del entretenimiento (cine, música, series de televisión) y la publicidad juegan un papel fundamental en la difusión de estilos de vida, aspiraciones y modelos de comportamiento que refuerzan la cultura occidental como la norma.

Silenciamiento de voces disidentes: La hegemonía también se manifiesta a través de la exclusión o marginalización de medios y voces que ofrecen perspectivas alternativas, especialmente de países del Sur global o de movimientos sociales críticos.

En conclusión, la «estrategia final» de la hegemonía comunicacional occidental no es una estrategia centralizada con un único objetivo final, sino un conjunto de prácticas y dinámicas que buscan consolidar el poder y la influencia de las potencias occidentales a través de la comunicación, la cultura y la información, de manera que se perciban como la única opción viable y legítima en el orden mundial.

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La batalla por Palestina y la caída de Netanyahu

Por. Henry Pacheco: En un momento político crítico para el primer ministro de la ocupación israelí, Benjamín Netanyahu, se dirige hacia una ocupación completa de la Franja de Gaza, ciudad del pueblo Palestino, no sólo como un plan militar sino como una salida a sus crisis internas acumuladas, en medio de profundas divisiones dentro del gobierno y una disminución de la confianza pública en Israel, una ocupación completa de la Franja de Gaza le da a Netanyahu la oportunidad de presentarse como un líder decisivo frente a sus oponentes, activando mecanismos de presión sobre el ejército y los ministerios

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Comparación o Paralelismos entre Hitler en el gueto de Varsovia y Netanyahu en Gaza; No es gaza como dice Occidente es el pueblo de Palestina.

Por. Henry Pacheco: La comparación entre las políticas de Hitler en el gueto de Varsovia y las acciones de (Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel) en Gaza pueblo de Palestina es un tema sumamente controvertido y delicado, que genera un intenso debate. Quienes establecen este paralelismo lo hacen basándose en similitudes en las condiciones de vida y las consecuencias humanitarias, mientras que otros (Occidente) rechazan enérgicamente la comparación, argumentando que equipara situaciones históricas fundamentalmente diferentes y minimiza la singularidad del Holocausto en Palestina.

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Geopolítica y Recursos en Groenlandia: El Futuro Mineral

Por Henry Pacheco: La situación sobre Groenlandia, Canadá y los recursos minerales como el hierro y el cobre es un tema muy relevante en la geopolítica actual. Aunque Estados Unidos es un importante actor en el mercado global, la dinámica en el Ártico es compleja y no se limita a un solo proveedor.

Aquí hay algunos puntos clave para entender la situación:

Groenlandia y sus recursos: Groenlandia es un territorio autónomo de Dinamarca, pero su subsuelo es rico en una variedad de minerales valiosos, incluyendo hierro, cobre, tierras raras y otros elementos críticos para la industria moderna. Con el deshielo del Ártico, estos recursos se vuelven más accesibles, lo que ha despertado el interés de varias potencias.

El interés de Canadá: Canadá es una nación ártica y tiene un interés estratégico en la estabilidad y el desarrollo de la región. Comparten frontera marítima con Groenlandia y han estado trabajando en estrechar lazos económicos y políticos. Las negociaciones sobre la minería de hierro y cobre, así como de otros minerales, encajan en una estrategia más amplia de cooperación. Las empresas mineras canadienses ya tienen una presencia en Groenlandia y están explorando nuevas oportunidades.

La posición de Estados Unidos: Estados Unidos, aunque es un gran productor y exportador de ciertos metales, no es el único jugador en el mercado. En el caso del cobre, por ejemplo, importa una cantidad significativa de este metal, principalmente de países como Chile y Canadá. Su interés en Groenlandia no es solo por los recursos, sino también por la seguridad nacional y la influencia geopolítica en el Ártico, una región cada vez más disputada. La reciente propuesta del presidente Trump de comprar Groenlandia, aunque fue rechazada, subraya la importancia estratégica que EE. UU. le da a la isla.

La competencia global: La negociación de Groenlandia con Canadá no ocurre en un vacío. Hay otros actores, como China y la Unión Europea, que también están interesados en los minerales groenlandeses. China, en particular, tiene una posición dominante en el mercado de las tierras raras, y otros países buscan diversificar sus fuentes de suministro. Esto hace que Groenlandia y sus negociaciones sean un asunto de interés global.

La independencia de Groenlandia: La explotación de sus recursos minerales es vista por Groenlandia como un camino hacia una mayor autonomía económica y, potencialmente, la independencia total de Dinamarca. Las negociaciones con países como Canadá son cruciales para su desarrollo y su capacidad para forjar su propio futuro.

En conclusión, la negociación entre Groenlandia y Canadá sobre los recursos minerales no es una simple competencia con Estados Unidos. Es parte de un panorama geopolítico más amplio en el que Groenlandia busca aprovechar sus riquezas minerales para su propio desarrollo y autonomía, mientras que Canadá busca asegurar su influencia en el Ártico y diversificar su cadena de suministro. Estados Unidos, por su parte, sigue de cerca estos acontecimientos debido a sus propios intereses económicos y estratégicos en la región.

Al quedar eliminado de todo tipo de negociación de Groenlandia con USA, cual será la relación USA, Groenlandia y Dinamarca.

Si bien Groenlandia tiene la autonomía para negociar acuerdos económicos y de recursos, su relación con Estados Unidos y Dinamarca es compleja y no puede ser reducida a una simple «negociación». La situación actual se basa en tres pilares principales:

1. Seguridad y Defensa Estratégica:

Un legado de la Guerra Fría: La relación entre EE. UU., Dinamarca y Groenlandia está fuertemente anclada en acuerdos de defensa que datan de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría. El acuerdo de 1951, que permite a Estados Unidos operar bases militares en Groenlandia, como la Base Espacial Pituffik (antes Thule), sigue vigente. Esta base es crucial para el sistema de alerta temprana de misiles de EE. UU. y la vigilancia del hemisferio norte.

El Ártico como punto caliente: Con el cambio climático, el deshielo del Ártico ha abierto nuevas rutas marítimas y ha hecho más accesibles los recursos naturales. Esto ha intensificado el interés de potencias como Rusia y China en la región. Para EE. UU. y Dinamarca, mantener la seguridad y la influencia en el Ártico es una prioridad estratégica. La relación entre los tres actores, por lo tanto, no se limita a la economía, sino que está impulsada por la defensa mutua y la disuasión de amenazas externas.

El papel de la OTAN: Dinamarca y EE. UU. son miembros de la OTAN. Esto significa que la seguridad de Groenlandia está enmarcada en la alianza de defensa colectiva. Un ataque a Groenlandia sería considerado un ataque a toda la OTAN.

2. Relaciones Políticas y Económicas:

La posición de Dinamarca: Dinamarca sigue siendo responsable de la defensa y la política exterior de Groenlandia. Aunque Groenlandia tiene un alto grado de autonomía, sus decisiones en asuntos internacionales importantes a menudo implican la coordinación con Copenhague. Esto significa que EE. UU. trata con Dinamarca en muchos asuntos relacionados con Groenlandia.

La autonomía de Groenlandia: Groenlandia ha buscado activamente socios para diversificar su economía y reducir su dependencia de las subvenciones danesas. Ha abierto oficinas de representación en lugares clave, incluyendo Washington D.C., lo que muestra su interés en una relación directa con EE. UU. En este sentido, aunque EE. UU. no haya logrado comprar la isla, sí ha buscado acuerdos de cooperación con Groenlandia en el ámbito minero y comercial.

El factor Trump: El interés del presidente Donald Trump en comprar Groenlandia fue un hito en la relación entre los tres. Aunque la propuesta fue rechazada de plano por Dinamarca y Groenlandia, puso de manifiesto la importancia estratégica de la isla para EE. UU. y generó un debate sobre la soberanía y el futuro de Groenlandia. Esto ha impulsado a los groenlandeses a reafirmar su autonomía y a Dinamarca a reforzar su compromiso con la seguridad ártica.

3. El futuro de la relación:

Cooperación frente a compra: A pesar de que la idea de una compra quedó descartada, la relación se ha orientado hacia una mayor cooperación. EE. UU. probablemente seguirá buscando maneras de fortalecer los lazos económicos y de seguridad con Groenlandia, posiblemente a través de acuerdos de inversión o de colaboración en proyectos de infraestructura y minería.

Un socio, no una posesión: La relación de Estados Unidos con Groenlandia será la de un socio estratégico, no la de un dueño. Groenlandia continuará buscando el equilibrio entre su autonomía, sus ambiciones de independencia y su relación con Dinamarca, mientras que EE. UU. buscará asegurar sus intereses de seguridad en la región.

En resumen, aunque Estados Unidos haya «quedado fuera» de la negociación de compra, su relación con Groenlandia y Dinamarca no se detendrá. En su lugar, se mantendrá una compleja red de acuerdos de defensa, cooperación estratégica y relaciones diplomáticas que se adaptarán a las cambiantes dinámicas del Ártico y a los intereses de las tres partes.

.- Que pasaría si Groenlandia se independizara de Dinamarca y este se junta con los Brics como la ha manifestado su primer ministro.
Si Groenlandia se independizara de Dinamarca y se uniera a los BRICS (el bloque económico formado por Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, y más recientemente, Etiopía, Egipto, Irán y Emiratos Árabes Unidos), las consecuencias serían profundas y de gran alcance.

Aunque hay evidencia claras de que el primer ministro de Groenlandia haya manifestado formalmente su intención de unirse a los BRICS, si esto fuera cierto, aquí los posibles escenarios de una mayor autonomía e independencia. A continuación detallo, qué pasaría en este escenario:

1. Reconfiguración de la seguridad en el Ártico:

Pérdida de la presencia de la OTAN: Groenlandia es actualmente un pilar de la seguridad del Ártico y de la OTAN, debido a su posición estratégica y a la presencia de la Base Espacial Pituffik (antigua Base Aérea de Thule) de Estados Unidos. Si Groenlandia se independizara y se aliara con los BRICS, Dinamarca y la OTAN perderían el control directo sobre este territorio crucial.

Aumento de la influencia de Rusia y China: La entrada de Groenlandia a los BRICS daría a Rusia y China, miembros clave del bloque, una influencia directa en el Ártico. Esto podría significar el acceso a puertos, la posibilidad de establecer bases o estaciones de investigación, y la participación en la explotación de los recursos minerales y las nuevas rutas marítimas. Esto alteraría significativamente el equilibrio de poder en la región.

Escalada de tensiones: Este movimiento sería visto por Estados Unidos y sus aliados como una amenaza directa a su seguridad nacional. Podría provocar una escalada de tensiones en el Ártico, que se convertiría en un nuevo frente de la competencia geopolítica entre Occidente y el bloque BRICS.

2. Impacto económico y comercial:

Acceso a recursos minerales: La razón principal del interés de los BRICS en Groenlandia sería su vasto potencial mineral. La isla es rica en elementos críticos como tierras raras, uranio y zinc, que son esenciales para las industrias de alta tecnología. La unión con los BRICS daría a estos países un acceso privilegiado a estos recursos, reduciendo la dependencia de las cadenas de suministro occidentales.

Desarrollo de la «Ruta de la Seda Polar«: La pertenencia a los BRICS facilitaría la colaboración con China en el desarrollo de infraestructura ártica. China ha manifestado su interés en una «Ruta de la Seda Polar» que utilice las nuevas rutas marítimas del Ártico. Groenlandia podría convertirse en un punto nodal clave en este proyecto.

Pérdida de subvenciones danesas: La independencia de Groenlandia significaría la pérdida de las importantes subvenciones anuales que recibe de Dinamarca. Aunque la explotación de los recursos minerales podría compensar esta pérdida a largo plazo, la transición sería financieramente muy desafiante y haría que el país dependiera de la inversión extranjera, probablemente de los miembros del BRICS.

3. Consecuencias para la relación con Dinamarca y Estados Unidos:

Crisis diplomática: Una declaración de independencia de Groenlandia seguida de una alianza con los BRICS provocaría una grave crisis diplomática entre Dinamarca y los miembros del bloque.

Renegociación de acuerdos: La independencia anularía los acuerdos de defensa actuales. EE. UU. se vería obligado a renegociar o a tomar medidas para proteger sus intereses de seguridad en la región, lo que podría incluir una mayor militarización de la zona.

Posible presión internacional: Dinamarca, Estados Unidos y la Unión Europea ejercerían una fuerte presión diplomática sobre Groenlandia para que no se uniera a los BRICS, argumentando que esto iría en contra de los principios democráticos y la estabilidad regional.

En conclusión, la independencia de Groenlandia por sí sola ya sería un evento histórico. Si este escenario se combinara con una adhesión a los BRICS, tendría consecuencias geopolíticas y económicas masivas, redefiniendo el equilibrio de poder en el Ártico y, posiblemente, en el mundo. Aunque los líderes groenlandeses buscan la independencia y han expresado frustraciones con la relación con Dinamarca, unirse a un bloque como los BRICS sería un paso drástico con enormes implicaciones sobre todos para USA, y Europa del este.

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La Historia Oculta de Crimea: Desde Catalina la Grande hasta Hoy

Por. Henry Pacheco. Para responder a esta pregunta, es necesario remontarse a la época de Catalina la Grande, como atestigua cualquier libro de historia fiable (excepto los publicados por Ediciones Zelenski). Contrario a lo que sugieren los medios, que parecen datar la península de Crimea a partir de 1991 y su relevancia noticiosa a 2014, ofrecemos un resumen exhaustivo con datos esenciales y contexto histórico.

Si hacemos caso a la prensa del primer mundo, un buen día de 2014 , los rusos amanecieron con el pie cambiado y decidieron apropiarse de Crimea, poniendo como excusa la convulsa situación política interna de Ucrania, Y si siempre es sano no creer de buenas a primeras todo lo que dicen los grandes medios, hay que redoblar esa desconfianza, cuando lo que dicen luce tan sospechosamente simple,  Porque en este caso, como en tantos otros, la realidad es mucho más compleja y llena de matices.

Durante siglos, Crimea pasó por diferentes manos y los primeros en mantener sobre ella un dominio claro en nuestra era la llamada horda de oro proveniente de Mongolia, seguida del Imperio Otomano a finales del siglo XV, Sin embargo, tres siglos más tarde, tras varios e infructuosos intentos de convertirse en un estado independiente, la península pasó a manos del Imperio Ruso.  después de que el último de sus líderes, el Kh Sahin Jjirai, así lo pactara con Moscú,  De ese modo, en , 1783 la península entra a los dominios de Catalina Segunda, más recordada por su apodo de la grande.

 La llegada de pobladores de etnia rusa fue aumentando y durante el siguiente siglo prácticamente habían igualado la presencia de los tártaros, la más presente hasta entonces en el lugar, Vale la pena destacar que durante todo este tiempo, los habitantes de etnia ucraniana rondaron en promedio alrededor de apenas el 6 % de la población de la península.

Durante la revolución rusa, en un corto periodo de tiempo, Crimea se convirtió en parte activa del conflicto surgido en la región entre bolcheviques contra revolucionarios y nacionalistas ucranianos y polacos. Finalmente, en la península se convierte en 1921 una república autónoma, dentro de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia, no de Ucrania, esta integrada a su vez en la Unión Soviética.

Poco antes de la invasión nazi, la población rusa ya suponía la mitad de los habitantes de la nueva división administrativa, seguida de tártaros con un 20% y de ucranianos con el 14%.

Pero el auténtico cambio demográfico en el territorio llegó durante la Segunda Guerra Mundial. En algunas regiones, la Alemania de Hitler supo explotar muy bien los delicados equilibrios étnicos en la Unión Soviética. El caso de Crimea fue claro ejemplo de esa estrategia. Buena parte de la población Tártara recibió a los invasores como libertadores y estos les otorgaron cierto nivel de autogobierno a cambio, así fuera simbólico.

Aunque muchos otros tártaros del lugar combatieron junto al ejército rojo, poco antes del final del conflicto con Crimea ya liberada de los nazis, Stalin decidió evitar tensiones interétnicas en la península.  por lo sucedido durante la etapa de control nazi y lo hizo a su estilo, aplicando una suerte de castigo colectivo.

Así, los tátaros de la península fueron deportados a otras repúblicas soviéticas.  En otras regiones con gran presencia Tártara no se aplicó la misma medida, Desde entonces y hasta mediados de la década de 1980, cuando la población de esa etnia fue autorizada a regresar a Crimea, el grueso de su población estuvo compuesta principalmente por rusos y en bastante menor medida ucranianos.

Pero antes de seguir con el factor demográfico, que es imprescindible para abordar el tema que nos ocupa hoy, retrocedamos un momento nuevamente a mediados del siglo XX, para atender un asunto administrativo también imprescindible que tuvo lugar entonces, Y es que en  1954 el entonces secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética, Nikita Juschov, decidió transferir Crimea como parte del territorio de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia a la República Socialista Soviética de Ucrania.

Por una parte, se consideró más lógico administrativa y logísticamente, puesto que por entonces Crimea no tenía conexión terrestre con la Rusia soviética. La península era abastecida de electricidad, agua, carreteras y vías férreas desde la Ucrania soviética.

Por la otra, dado que ambas divisiones administrativas pertenecían a un mismo país, la Unión Soviética, la transferencia se vio como un asunto meramente interno, como si hoy en Venezuela se transfiriera un municipio de una estado a otra provincia de otro estado.

La dirigencia soviética no evaluó que una medida que consideraba meramente doméstica, podría tener grandes consecuencias futuras, Y aunque durante casi 40 años el tiempo pareció darles la razón, a la larga no fue así. El cambio administrativo no supuso ningún giro étnico nacional en la población de Crimea  durante todo ese tiempo, La mayoría de sus habitantes siguió siendo aplastantemente rusa entre el doble y triple que la fracción ucraniana.

 Lo que sí varió drásticamente llegada a la década de 90, fue la situación política y geopolítica de la península. Crimea fue la región de la Ucrania soviética que en votó con menos entusiasmo por la independencia ucraniana de la URS, con apenas el 37 % del electorado total sufragando a favor de la medida.

Casi de inmediato, al año siguiente comenzó la denodada lucha peninsular por ganarse cierto nivel de autonomía dentro de la Ucrania postsoviética.  En 1992, la región proclamó el autogobierno y redactó una Constitución sin por ello declararse independiente.

Dos años después eligieron su propio presidente. A pesar del rechazo de Kiev a la elección, resultó ganador un candidato pro ruso, seguido de otro candidato pro ruso y quedando en tercer lugar otro candidato pro ruso, como para que se hagan una idea del sentir popular en el territorio.

Al año siguiente, el gobierno ucraniano, irritado con las autoridades peninsulares, envió 4000 soldados y policías a Crimea, Entraron en la residencia del presidente electo, ya en funciones, y lo metieron en un vuelo para Moscú.

¿Cómo que nunca les han contado todo esto en la prensa hegemónica del mundo libre?

¿Qué cosas?

Debe ser que se les olvidó.

 A continuación, Kiev abolió la figura presidencial en la península y decretó como primer ministro a un amigo personal y consuegro de Leanit Kuchma, por entonces jefe de estado de Ucrania. Todo muy de valores europeos.

Como ven, después de esos turbulentos años se logró un delicado equilibrio en el que Kiev aceptaba un relativo grado de autonomía para la península, reconociendo hasta cierto punto sus peculiaridades históricas, lingüísticas y étnicas, O dicho en otras palabras, reconociendo implícitamente que durante los últimos tres siglos, Crimea había sido y seguía siendo un territorio en el que la aplastante mayoría de sus habitantes se siente, se identifica y habla ruso.

Delicado equilibrio que se mantuvo no exento de tensiones durante algo más de una década, hasta que el ultranacionalismo ucraniano, nostálgicos del nazismo entre ellos, comenzaron a cooptar la política del país, Negando paulatinamente la existencia de otras nacionalidades y sus derechos en un in crescendo que desembocó en el Euromaidán,  el golpe de estado contra un presidente acusado de pro ruso y la incruenta reincorporación de Crimea a la Federación rusa en rápida sucesión en el año 2014 . Y si en ese mismo momento, desde el norte global hubieran tomado nota de las lecciones de la historia,  y las que dejaron aquellos hechos, en lugar de verter gasolina sobre las primeras chispas en una pradera peligrosamente seca,  nunca hubiera habido un sangriento conflicto en el Donbas y este no se hubiera extendido y escalado hasta el estallido del 2022.

Pero a la mal llamada comunidad internacional nunca le interesa aprender de la historia, ni en Crimea ni en ninguna parte, mucho menos cuando los muertos los ponen otros.

La Complicidad entre Liberalismo y Fascismo

Por. Henry Pacheco: La frase «Liberalismo y fascismo: cómplices del crimen capitalista» es una formulación crítica que surge principalmente desde perspectivas marxistas y de la teoría crítica. Para entenderla, es necesario analizar la relación que estas corrientes ideológicas establecen entre el liberalismo, el fascismo y el capitalismo.

1. El liberalismo como «forma normal» del capitalismo

Desde esta visión, el liberalismo se considera la expresión política «natural» o «normal» del sistema capitalista. Sus principios, como la propiedad privada, el libre mercado y la no intervención estatal excesiva en la economía, son vistos como las condiciones ideales para el desarrollo y la acumulación del capital. La democracia liberal, con sus libertades individuales y su Estado de derecho, proporciona el marco institucional para que la burguesía (la clase propietaria de los medios de producción) prospere y mantenga su hegemonía.

2. El fascismo como «forma de excepción» o «dictatorial» del capitalismo

Aquí es donde entra el fascismo. La crítica sostiene que el fascismo no es un fenómeno ajeno o radicalmente opuesto al liberalismo, sino más bien una respuesta de emergencia del capitalismo en tiempos de crisis profundas. Cuando la crisis económica se agudiza y las contradicciones sociales se vuelven insostenibles (por ejemplo, con el auge de los movimientos obreros y socialistas que amenazan con abolir el sistema), la burguesía, para proteger sus intereses y la propiedad privada, puede renunciar a la democracia liberal y apoyar un régimen fascista.

El fascismo, en este sentido, sería una «solución revolucionaria» que mantiene el capitalismo intacto. No nacionaliza la propiedad privada como el socialismo, sino que somete la economía a un control estatal totalitario y violento para aplastar cualquier disidencia y asegurar la supervivencia del sistema. La violencia, el nacionalismo extremo y el corporativismo se convierten en las herramientas para preservar el orden social capitalista ante la amenaza de su colapso.

3. La complicidad: el paso de la democracia al totalitarismo

La idea de «cómplices» sugiere que no hay una oposición irreconciliable entre liberalismo y fascismo en el fondo, sino una relación de continuidad y conveniencia. Los puntos clave de esta tesis son:

El fracaso del liberalismo: El liberalismo, al no poder resolver las contradicciones inherentes al capitalismo (crisis económicas, desigualdad, luchas de clases), abre la puerta a soluciones más autoritarias.

El apoyo de la burguesía: Cuando la democracia liberal se vuelve un riesgo para sus privilegios, las clases propietarias se alían con los movimientos fascistas, financiándolos y legitimándolos para que actúen como un muro de contención contra las demandas populares.

La lógica de dominación: Tanto el liberalismo (en su forma de dominación burguesa y explotación del trabajo) como el fascismo (en su forma totalitaria y violenta) son considerados por esta perspectiva como diferentes «modos de gobierno» para perpetuar el dominio capitalista.

De lo anterior podemos afirmar que:

A menudo oímos que el liberalismo es el último bastión contra el fascismo. Representa la defensa del Estado de derecho y la democracia frente a demagogos aberrantes y malévolos que buscan destruir un sistema perfectamente válido para su propio beneficio. Esta aparente oposición ha estado profundamente arraigada en las llamadas democracias liberales occidentales contemporáneas a través de su mito de origen compartido. 

Como todo escolar estadounidense aprende, por ejemplo, el liberalismo derrotó al fascismo en la Segunda Guerra Mundial, venciendo a la bestia nazi para establecer un nuevo orden internacional que, a pesar de todos sus posibles defectos y fechorías, se basó en principios democráticos fundamentales que son la antítesis del fascismo.

Esta forma de enmarcar la relación entre liberalismo y fascismo no solo los presenta como polos opuestos, sino que define la esencia misma de la lucha contra el fascismo como la lucha por el liberalismo. Al hacerlo, forja un falso antagonismo ideológico. 

Pues lo que el fascismo y el liberalismo tienen en común es su inquebrantable devoción al orden mundial capitalista. Mientras uno prefiere la protección del gobierno hegemónico y consensual, y el otro se apoya con mayor facilidad en la mano dura de la violencia represiva, ambos se empeñan en mantener y desarrollar las relaciones sociales capitalistas y han colaborado a lo largo de la historia moderna para lograrlo. 

Lo que este aparente conflicto enmascara —y este es su verdadero poder ideológico— es que la verdadera y fundamental línea divisoria no reside entre dos modos diferentes de gobernanza capitalista, sino entre capitalistas y anticapitalistas. 

La prolongada campaña de guerra psicológica librada bajo la engañosa bandera del «totalitarismo» ha contribuido en gran medida a difuminar aún más esta línea de demarcación, presentando engañosamente al comunismo como una forma de fascismo.

Dada la forma en que el debate público actual sobre el fascismo tiende a enmarcarse en relación con la supuesta resistencia liberal, no podría haber tarea más oportuna que reexaminar escrupulosamente el registro histórico del liberalismo y el fascismo reales. 

Como veremos, incluso en este breve resumen, lejos de ser enemigos, fueron —a veces sutilmente, a veces abiertamente— cómplices del crimen capitalista.

En resumen, la frase no dice que el liberalismo y el fascismo sean lo mismo, sino que el primero, en su forma de Estado capitalista, puede «devenir» en el segundo cuando sus mecanismos democráticos ya no son suficientes para proteger los intereses del capital. El fascismo se presenta como la cara violenta y totalitaria del mismo sistema económico que el liberalismo representa en su forma más «suave» y democrática. Por lo tanto, ambos serían cómplices de los «crímenes» del capitalismo, entendidos como la explotación, la desigualdad y la dominación.

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Conflicto Global: Mayoría vs Oligarquía

Por. Henry Pacheco: El concepto de un conflicto entre la «Mayoría Global» y la «oligarquía EEUU-UE» es una perspectiva analítica que ha ganado tracción en los últimos años, especialmente en el contexto de cambios geopolíticos y económicos. Este enfoque, popularizado por pensadores como Michael Hudson, sostiene que las tensiones globales actuales no son simplemente un choque de civilizaciones o ideologías, sino un conflicto de intereses económicos y políticos entre dos bloques distintos.

¿Qué es la «Mayoría Global»?

La «Mayoría Global» (a veces denominada «Sur Global») se refiere a la gran mayoría de países en desarrollo y economías emergentes de África, Asia, América Latina y el Medio Oriente. Estos países, si bien son diversos en sus sistemas políticos y económicos, comparten algunas características comunes:

Deseo de multipolaridad: Buscan un orden mundial donde el poder no esté concentrado en uno o dos centros hegemónicos, sino que se distribuya entre múltiples polos.

Crítica al orden neoliberal: Cuestionan las reglas e instituciones económicas establecidas después de la Segunda Guerra Mundial (como el FMI, el Banco Mundial y la OMC), argumentando que benefician desproporcionadamente a los países occidentales.

Cooperación Sur-Sur: Fomentan lazos económicos, políticos y militares entre ellos, a través de organizaciones como los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), la OCS (Organización de Cooperación de Shanghái) y otros foros regionales.

¿Qué es la «oligarquía EEUU-UE»?

Este término se refiere a las élites económicas y políticas de Estados Unidos y la Unión Europea. La crítica que se hace a este grupo es que, si bien se presentan como defensores de la democracia y la libertad, en la práctica:

Promueven un orden unipolar: Buscan mantener la hegemonía de Occidente y ven con recelo el ascenso de potencias como China y Rusia.

Favorecen una economía rentista: Sus políticas económicas están orientadas a consolidar el poder de las finanzas, los seguros y los bienes raíces, en detrimento de la producción industrial y el bienestar social de la mayoría.

Utilizan su poder militar y económico para imponer sus intereses: A menudo recurren a sanciones económicas, intervenciones militares o presiones diplomáticas para mantener su influencia y evitar que otros países sigan caminos de desarrollo alternativos.

Puntos clave del conflicto:

  1. Modelo económico alternativo

El «modelo económico alternativo» que se discute en el contexto del conflicto entre la Mayoría Global y la oligarquía EEUU-UE es un concepto clave para entender las dinámicas geopolíticas y económicas actuales. Se refiere a un conjunto de estrategias económicas que los países de la Mayoría Global están adoptando, y que se contraponen al modelo neoliberal y rentista promovido por las élites de Estados Unidos y la Unión Europea.

Aquí están los puntos clave que definen este modelo económico alternativo:

1a. Énfasis en el desarrollo productivo y la infraestructura

A diferencia del modelo occidental, que se ha centrado cada vez más en las finanzas, los servicios y la economía rentista (donde las ganancias provienen de activos financieros o propiedades en lugar de la producción de bienes), el modelo alternativo prioriza la inversión masiva en infraestructura física (carreteras, puertos, ferrocarriles, redes de energía) y el desarrollo de la industria productiva.

Ejemplo: La Iniciativa de la Franja y la Ruta (Belt and Road Initiative) de China es el ejemplo más visible. Con ella, se construyen megaproyectos de infraestructura en Asia, África y América Latina, lo que no solo facilita el comercio, sino que también estimula la industrialización y la capacidad productiva de los países receptores.

2a. Financiación sin condiciones de austeridad

Una de las críticas más fuertes al FMI y al Banco Mundial es que sus préstamos a los países en desarrollo a menudo vienen acompañados de duras condiciones de austeridad, privatización de servicios públicos y liberalización de los mercados, que pueden tener efectos sociales y económicos devastadores.

El modelo alternativo busca ofrecer préstamos y financiamiento sin estas condiciones. Las instituciones financieras de la Mayoría Global, como el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) de los BRICS, se centran en financiar proyectos de infraestructura y desarrollo sin imponer políticas de ajuste estructural. Esto permite a los países receptores mantener un mayor grado de soberanía sobre sus decisiones económicas.

3a. Uso de monedas locales y desdolarización

El dominio del dólar estadounidense como moneda de reserva mundial le otorga a EE. UU. un poder geopolítico y económico inmenso. El modelo alternativo busca reducir esta dependencia mediante:

Comercio en monedas locales: Los países de la Mayoría Global están aumentando los acuerdos bilaterales para realizar el comercio en sus propias monedas en lugar de usar el dólar. Esto reduce el riesgo cambiario y la vulnerabilidad a las sanciones de EE. UU.

  • Creación de sistemas de pago alternativos: La Mayoría Global está explorando la posibilidad de crear sistemas de pago y liquidación que no dependan del sistema SWIFT, controlado por Occidente, lo que los haría inmunes a las sanciones financieras.

4a. Cooperación económica y tecnológica horizontal

El modelo tradicional de ayuda y desarrollo occidental a menudo se percibe como una relación de dependencia vertical, donde el país «donante» impone sus términos al país «receptor».

En contraste, el modelo alternativo promueve la cooperación horizontal o Sur-Sur. Los países de la Mayoría Global colaboran en la transferencia de tecnología, el intercambio de conocimientos y el desarrollo de proyectos conjuntos, en una relación de igualdad que se basa en el beneficio mutuo. Esto se ve en el trabajo de organizaciones como la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y los BRICS.

5a. Prioridad al desarrollo social y el bienestar

Si bien la acumulación de capital es un objetivo, el modelo alternativo a menudo pone un mayor énfasis en la erradicación de la pobreza, el desarrollo de la clase media y el bienestar social de la población. Esto se refleja en la inversión en proyectos de vivienda, educación y salud que acompañan a los grandes proyectos de infraestructura.

En resumen, el «modelo económico alternativo» es una respuesta directa a las deficiencias y desigualdades del sistema neoliberal. Representa un intento de la Mayoría Global por construir un orden económico multipolar y más equitativo, donde el desarrollo productivo y la soberanía económica tengan prioridad sobre la especulación financiera y la dependencia del dólar.

  •  Soberanía y autonomía:

Los países de la Mayoría Global buscan afirmar su soberanía económica y política, liberándose de la dependencia de las instituciones financieras occidentales y del dólar estadounidense como moneda de reserva mundial. La creación de nuevas estructuras financieras y comerciales, como el Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS, es un ejemplo de este esfuerzo.

¿Qué significa «soberanía y autonomía»?

Soberanía económica: Se refiere a la capacidad de un país para controlar su destino económico sin una influencia externa indebida. Esto implica la libertad de un Estado para determinar sus propias reglas económicas, gestionar sus activos y finanzas, y tomar decisiones sobre su política fiscal y monetaria. En esencia, es el derecho de un país a elegir su propio camino de desarrollo.

Autonomía política: Es la capacidad de un país para tomar decisiones en el ámbito de la política exterior y la seguridad nacional sin la coerción o la presión de potencias extranjeras. Para los países de la Mayoría Global, esto significa rechazar la idea de un orden unipolar liderado por EE. UU. y la UE y, en su lugar, promover un mundo multipolar donde cada nación tenga una voz igual.

Ejemplos concretos en el conflicto

Este anhelo de soberanía y autonomía se manifiesta en varios puntos clave del conflicto:

Desdolarización y sistemas financieros alternativos: El dominio del dólar estadounidense como moneda de reserva mundial le da a EE. UU. una herramienta de poder inmensa. A través de este sistema, EE. UU. puede imponer sanciones, congelar activos y dictar políticas a otros países. La desdolarización es un esfuerzo directo por recuperar esta soberanía monetaria. Los países de la Mayoría Global buscan:

Comercio en monedas locales: Realizar transacciones comerciales entre ellos usando sus propias monedas (por ejemplo, el yuan chino, el rublo ruso o la rupia india) en lugar del dólar.

Creación de instituciones financieras alternativas: El Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS es un ejemplo. Estas instituciones ofrecen financiamiento para proyectos de infraestructura sin las duras condiciones de austeridad y privatización que a menudo imponen el FMI o el Banco Mundial.

Sistemas de pago independientes: Países como Rusia y China han desarrollado sus propios sistemas de pago (como SPFS y CIPS) para no depender de SWIFT, que puede ser utilizado como arma financiera.

1.B No alineamiento y multipolaridad: En lugar de alinearse con los bloques occidentales, muchos países de la Mayoría Global buscan una política exterior de «no alineamiento», manteniendo relaciones diplomáticas y comerciales con todas las potencias, tanto Occidentales como Orientales. Esto les permite negociar en sus propios términos y evitar ser arrastrados a conflictos que no son de su interés. El rechazo a sumarse a las sanciones contra Rusia por parte de gran parte de la Mayoría Global es un ejemplo claro de esta postura.

2.B Control de los recursos y el desarrollo nacional: Los países de la Mayoría Global se oponen a modelos económicos que promueven la extracción de sus recursos naturales en beneficio de corporaciones extranjeras. En su lugar, buscan un modelo de desarrollo que priorice la industrialización, la creación de valor agregado local y la inversión en la población, fortaleciendo así su autonomía económica y política.

En resumen, la búsqueda de soberanía y autonomía es la fuerza motriz detrás del movimiento de la Mayoría Global. Es la base de su crítica al orden mundial actual y la justificación de sus esfuerzos por construir un nuevo sistema económico y geopolítico que sea más justo y equitativo para todos.

3. Geopolítica:  El conflicto se manifiesta en diversas áreas del mundo, desde Ucrania hasta el Medio Oriente y América Latina. EEUU y la UE buscan consolidar alianzas y ejercer presión sobre los países que se alinean con Rusia o China, mientras que la Mayoría Global busca una posición de no-alineamiento y de negociación de sus propios intereses.  

Se trata de la lucha por el poder, la influencia y el control del orden mundial. Este aspecto del conflicto se centra en cómo las diferentes potencias interactúan en el escenario internacional, formando alianzas, compitiendo por recursos y definiendo las reglas del juego global.

Puntos clave del conflicto geopolítico:

3,1 La transición de un orden unipolar a uno multipolar:

Unipolaridad (orden actual): Desde el colapso de la Unión Soviética, el mundo ha estado dominado por Estados Unidos como la única superpotencia militar y económica, respaldada por la OTAN y la Unión Europea. Este orden unipolar permite a Washington proyectar su poder a nivel global y, según la crítica, imponer sus intereses.

Multipolaridad (aspiración de la Mayoría Global): La Mayoría Global busca activamente un mundo multipolar, donde el poder no esté concentrado en un solo centro, sino que esté distribuido entre varias potencias o bloques de poder. Este nuevo orden incluiría a China, Rusia, India, la Unión Europea, y posiblemente bloques regionales de América Latina, África y el sudeste asiático. La idea es que la multipolaridad ofrecería a los países más pequeños y medianos más opciones y una mayor capacidad de negociación.

3.1.1 La disputa por áreas de influencia y seguridad:

Expansión de la OTAN y alianzas de EE. UU.: La expansión de la OTAN hacia el este, hasta las fronteras de Rusia, es vista por Moscú y Beijing como una amenaza directa a su seguridad. A su vez, las alianzas militares de EE. UU. en el Indo-Pacífico (como el AUKUS y el QUAD) son percibidas como un intento de cercar a China y contener su ascenso. La «oligarquía EEUU-UE» busca mantener su dominio militar y de seguridad global.

Nuevas alianzas de la Mayoría Global: En respuesta, los países de la Mayoría Global están fortaleciendo sus propias alianzas. Los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) no son solo un bloque económico, sino también un foro político que busca coordinar posturas en el escenario mundial. La Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) es una alianza de seguridad que incluye a Rusia, China e India, y que se está expandiendo.

  • El uso de sanciones y la «geopolítica de los recursos»:

Sanciones económicas como arma: Estados Unidos y la UE han utilizado de manera rutinaria las sanciones económicas para presionar a países que no se alinean con sus intereses, como Irán, Venezuela, Siria y, más recientemente, Rusia. Esta herramienta es vista por la Mayoría Global como una forma de coerción ilegal y una violación de la soberanía.

Competencia por recursos estratégicos: La competencia por recursos energéticos (petróleo, gas) y minerales críticos (litio, cobalto) es un motor clave del conflicto. La Mayoría Global, a través de países como Rusia y China, busca asegurar fuentes de energía y recursos para su propio desarrollo, mientras que las potencias occidentales buscan mantener el acceso y el control de estos suministros, lo que a menudo se traduce en conflictos indirectos y directos en África, América Latina y el Medio Oriente.

La guerra de la información y la narrativa:

Narrativa occidental: El bloque EEUU-UE presenta su política exterior como una defensa de la democracia, los derechos humanos y el «orden basado en reglas». Esta narrativa busca justificar sus intervenciones y sanciones, y a menudo demoniza a los líderes de los países rivales (como Putin o Xi Jinping).

Narrativa de la Mayoría Global: La Mayoría Global, por su parte, argumenta que el «orden basado en reglas» es en realidad una tapadera para el mantenimiento de la hegemonía occidental. Su narrativa se centra en la soberanía, la no injerencia, el desarrollo mutuo y la necesidad de un orden internacional más justo y equitativo. Esta guerra de narrativas es crucial para ganar la lealtad y el apoyo de los países no alineados.

En resumen, la geopolítica del conflicto es un juego de ajedrez global donde cada movimiento está destinado a consolidar o desafiar el poder existente. Mientras que la oligarquía EEUU-UE busca preservar un orden unipolar que le es favorable, la Mayoría Global lucha por un mundo multipolar donde su soberanía, autonomía y derecho al desarrollo sean respetados.

 4, Desafíos internos:

En el análisis del conflicto entre la Mayoría Global y la oligarquía EEUU-UE, los «desafíos internos» se refieren a las tensiones y contradicciones que existen dentro de los propios países occidentales (Estados Unidos y la Unión Europea). Estos desafíos internos no son un fenómeno separado, sino una parte integral del conflicto global, ya que debilitan la posición de la élite occidental y, a su vez, alimentan el rechazo al modelo que intentan exportar y se ven como el resultado de las mismas políticas rentistas que están en conflicto con el desarrollo de la Mayoría Global.

Puntos clave de los desafíos internos:

Aumento de la desigualdad y la polarización social:

Desindustrialización: La «oligarquía» ha promovido políticas neoliberales que han llevado a la deslocalización de la producción industrial hacia países con mano de obra más barata, lo que ha provocado la pérdida de millones de empleos bien remunerados en EE. UU. y Europa.

Riqueza concentrada: Al mismo tiempo, la riqueza se ha concentrado de manera masiva en las manos de una pequeña élite financiera y tecnológica. Esta creciente brecha entre ricos y pobres genera resentimiento y polarización política, lo que se refleja en el aumento de movimientos populistas tanto de derecha como de izquierda.

Servicios públicos en deterioro: La austeridad y la privatización han debilitado los sistemas de salud, educación e infraestructura, lo que ha mermado la calidad de vida de la mayoría de la población, mientras que la élite continúa prosperando.

 Crisis de la deuda y «economía rentista»:

Dependencia de la deuda: Las economías occidentales se han vuelto cada vez más dependientes de la deuda (tanto pública como privada) para mantener su crecimiento. Esto crea una vulnerabilidad sistémica y hace que el sistema financiero sea propenso a las crisis.

Financiarización de la economía: El modelo promovido por la «oligarquía» ha dado prioridad a las finanzas, los seguros y los bienes raíces (FIRE) sobre la producción. Esto significa que las ganancias provienen de la especulación y la renta, en lugar de la creación de valor real a través de la producción de bienes y servicios. Esta «economía rentista» es inherentemente parasitaria y no crea prosperidad para la mayoría.

Pérdida de legitimidad del «modelo democrático liberal»:

Hipocresía percibida: Mientras la élite occidental promueve la democracia y los derechos humanos en el extranjero, muchos ciudadanos sienten que sus propias democracias están cooptadas por intereses corporativos y financieros. La incapacidad de los gobiernos para resolver problemas como la desigualdad y la crisis climática debilita la confianza en el sistema.

Contradicción ideológica: El modelo de desarrollo alternativo de la Mayoría Global, que en muchos casos ha logrado sacar a cientos de millones de personas de la pobreza, se presenta como una alternativa viable al modelo occidental. Esto debilita la narrativa de que el neoliberalismo es el único camino hacia la prosperidad.

Debilitamiento de la base social y política:

Resentimiento hacia las élites: En EE. UU. y Europa, hay un profundo resentimiento hacia lo que se percibe como una élite desconectada de las preocupaciones de la gente común. Los movimientos como el «Trumpismo» o el Brexit son, en parte, manifestaciones de este resentimiento.

Desafíos a la hegemonía cultural: La «oligarquía EEUU-UE» también enfrenta desafíos a su hegemonía cultural. A medida que otras culturas y perspectivas (de Asia, África, etc.) ganan prominencia, la idea de una superioridad cultural occidental se debilita.

En conclusión, los desafíos internos de EE. UU. y la UE son un factor crítico en el conflicto global. No solo alimentan la polarización y la inestabilidad en sus propios países, sino que también socavan la credibilidad y la capacidad de la élite para proyectar su poder e influencia en el resto del mundo. El fracaso en abordar estos problemas internos fortalece la posición de la Mayoría Global y valida su argumento de que el modelo occidental no es un camino a seguir para el desarrollo global.

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Petro adopta modelo de salud pos neoliberal.

Por: Horacio Duque.
El sistema neoliberal impuesto a punta de plomo y masacre desde los años noventa del siglo XX por los gobiernos de la Ultraderecha (Gaviria, Pastrana), y en concreto por las dos administraciones paramilitares de Uribe Vélez (hoy condenado por la justicia), fue especialmente cruel con el derecho a la salud de los colombianos, que se convirtió en una vulgar mercancía. La ley 100 de 1993 encabezada por el Senador paisa Álvaro Uribe Velez, creó el Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS) que sirvió de plataforma jurídica para la privatización de la salud y la conformación de un gigantesco negocio centralizado en las Empresas Prestadoras de Salud EPS (con sus hospitales y clínicas de bolsillo y las Gestoras Farmacéuticas), los pulpos que han explotado y saqueado durante más de 30 años los dineros apropiados por el Estado para atender las necesidades y los problemas de la salud de millones de colombianos.


Desde el primer momento de la actual administración popular del presidente Gustavo Petro en representación de un potente Bloque popular, la gestión del gobierno y de la brillante Ministra de la Salud, Carolina Corcho, se orientó a erradicar toda la arquitectura institucional y financiera de ese esquema neoliberal líquido, pero la oposición del bloque de las EPS y de todos los negociantes de la salud (incluidos los políticos de la ultraderecha) se encuadró para desatar y promover un aterrador bloqueo institucional y legislativo para impedir las reformas y recuperar el interés colectivo en este campo tan sensible para la sociedad; los agentes del biopoder y la biopolitica cerraron filas para aplastar la democratización del derecho a la salud en una perspectiva post neoliberal. Hasta el momento lo han logrado, profundizando la bancarrota financiera y social de la prestación de servicio a la salud.
Sin embargo, el gobierno, el presidente Petro y los Ministros de la salud, han hecho, de manera paciente un aprendizaje para lidiar con el feroz encono de los opositores pagados por las EPS que se concentran en la Comisión 7 del Senado de la Republica bajo su absoluto control.
Haciendo uso de los recursos institucionales y jurídicos, Petro y el Ministro de Salud, Guillermo Alfonso han expedido el 30 de julio del 2025 el decreto 0858 mediante el cual se establece un modelo de salud preventivo, predictivo y resolutivo.
El decreto prácticamente coloca las bases del modelo post neoliberal en la salud colombiana con cuatro pilares: a) Gobernabilidad y gobernanza con un componente muy fuerte de participación ciudadana y control social a través de Veedurías comunitarias en todos los niveles; b) Redes Integradas e Integrales de Salud; c) Trabajo digno y decente para el talento humano en salud y para otros trabajadores del sector; d) Calidad y Sistema Integrado de Información de la Atención Primaria en Salud SI-APS.

Este decreto dispone que el Ministerio de Salud será el ente rector a nivel nacional, mientras que, en el ámbito territorial, serán los departamentos, distritos y municipios quienes asumirán el liderazgo.
Así, serán las entidades públicas las encargadas de definir las directrices de implementación y ejecución del sistema.
Uno de los principios clave de la reforma es la territorialización del sistema. Para el Gobierno, esto se entiende como un proceso orientado a identificar las condiciones económicas, sociales y políticas necesarias para poner en marcha el nuevo modelo de atención. A esto se suma que las autoridades del orden departamental, distrital y municipal podrán estructurar esquemas de atención predictiva y resolutiva para garantizar el derecho a la salud.
De igual manera se dispone la creación de las Redes Integrales e Integradas Territoriales de Salud, las cuales estarían conformadas por entidades departamentales y distritales. Su objetivo sería garantizar la calidad, la equidad y la continuidad en la prestación de los servicios.
Estas redes estarán integradas por un nivel primario compuesto por IPS públicas, privadas y mixtas, así como por los Centros de Atención Primaria en Salud, conocidos como Caps, que se integrarán de manera progresiva, también se involucrarían profesionales independientes y actores involucrados en el transporte de pacientes.
Las Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud, IPS (clínicas y hospitales), tanto públicas como privadas, deberán organizarse bajo esta figura (CAPS) y ofrecer la atención correspondiente para consolidar un enfoque preventivo.
Así, los Caps, desarrollan los atributos de accesibilidad y primer contacto, longitudinal a través de la adscripción poblacional y territorial, integralidad y coordinación e integran procesos de administración y atención de la ciudadanía, prestación de servicios de salud integrales, integrados y resolutivos
El nivel complementario de la Red Integrada Territorial abarcará los servicios de salud de mediana y alta complejidad, así como el talento humano del sistema. De acuerdo con el decreto, este nivel actuará en articulación con las redes regionales y nacionales cuando sea requerido, lo que permitirá garantizar la interconexión entre los diferentes actores del modelo a nivel nacional.
El Ministerio de Salud se articulará con el Departamento Administrativo de la Función Pública y el Ministerio de Trabajo para avanzar, en un plazo de seis meses, en la formalización del talento humano del sector salud. También se indicó que se promoverá la disponibilidad de datos abiertos, permitiendo así que la ciudadanía acceda de manera libre a información relevante del sistema.
El nuevo modelo sanitario se financiará con recursos de la Adres, del Sistema General de Participaciones, del Presupuesto General de la Nación y de otras fuentes que sean asignadas por el Ejecutivo.
El decreto define las funciones que tendrá las Entidades Promotoras de Salud (EPS), ahora transformadas en Gestoras de salud.
El decreto elimina la intermediación de las EPS, motivo por el cual se abre el espacio para que el Gobierno nacional gire los recursos directamente a los hospitales.
Hasta el momento la prensa corporativa al servicio de las EPS ha enfilado todas sus baterías para desinformar y distorsionar los alcances de esta trascendental reforma a la salud, de la que conviene, en principio, destacar la transformación de las EPS en Gestoras de salud.
Así, las Gestoras de salud serán el eje central del nuevo modelo sanitario colombiano.
Las Gestoras de Salud tienen como objetivo:

Las regiones deberán tener en cuenta su cultura, geografía, riesgos ambientales y condiciones sociales para planificar los servicios.
Es necesario socializar rápidamente este nuevo modelo entre las comunidades con campañas publicitarias y estrategias pedagógicas que permitan masificar sus sentidos y alcances populares.

Mejorar la gestión de servicios de salud: buscan optimizar la atención médica y reducir los tiempos de espera.

Incrementar la eficiencia: pretenden reducir costos y mejorar la calidad de los servicios.

Focalizarse en la atención integral: se centran en la atención integral de los pacientes, considerando sus necesidades y condiciones de salud.
Las Gestoras de Salud tendrán un enfoque más integral y personalizado en la atención médica, lo que podría mejorar la calidad de los servicios de salud para los pacientes. Sin embargo, es importante evaluar cómo se implementan y funcionan en la práctica.
Las funciones de las gestoras de salud serán las siguientes:

Coordinar los procesos de referencia y contrarreferencia entre niveles de atención.

Garantizar la adscripción poblacional a los Centros de Atención Primaria en Salud (CAPS).

Asegurar la articulación entre prestadores para la continuidad del cuidado.

Desarrollar acciones de prevención, diagnóstico, tratamiento, rehabilitación y cuidados paliativos.
En esos términos, conviene subrayar el cambio que se debe dar en la salud en los próximos meses:

Se prioriza la atención primaria y comunitaria, con equipos profesionales que llegarán directamente a las comunidades, incluso en zonas rurales apartadas.

Los ciudadanos contarán con equipos territoriales de salud, encargados de seguimiento, prevención y detección temprana de enfermedades.

Más que un juicio a un expresidente

Por: Colectivo político al socialismo en nuestra América

La declaratoria de culpabilidad de un expresidente de Colombia, dictaminada por una juez del sector limpio de la rama judicial, es mucho más que el juicio a una persona, es el de un período y un proceder en la sociedad. No cae un individuo, cae una era. La calidad de esta decisión coloca al país en un lugar alto en el concierto de naciones y representa un ejemplar avance de civilización desde un punto de vista de construcción de una sociedad más justa y humanista, en la que pese la ética y en la que las personas puedan vivir con dignidad y con el derecho al plano disfrute de su existencia, sin ningún tipo de discriminación, preferencias para que nadie pueda someter a otros al maltrato, la esclavitud y la explotación alienante.

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