En 2010 circula un video en las redes sociales que conmociona: al menos dos decenas de civiles en Irak reciben disparos desde un helicóptero del Ejército de Estados Unidos.
La escena que generó repudio en los usuarios de redes y molestia en el gobierno estadounidense, fue divulgada por el portal Wikileaks, un portal dirigido por el australiano Julian Assange en el que se filtraron documentos confidenciales de la inteligencia gringa.
“El precio de la libertad es la eterna vigilancia”. Esta famosa cita suele atribuirse a Thomas Jefferson, fundador de la democracia estadounidense.
Para Julian Assange, el precio de la libertad han sido cinco años de cárcel mientras luchaba contra su extradición a Estados Unidos para enfrentarse a cargos que ninguna democracia debería haber presentado jamás. Por eso es una noticia profundamente alentadora su liberación y regreso a Australia.
El objetivo, mostrar que aplicar tortura al detenido era proporcional al daño causado o por causar, bajo el principio de hacer de la moralidad una relación entre costos y beneficios.
La libertad no es una concesión. Es el resultado de múltiples luchas sociales que han marcado la evolución de los DDHH en todas sus dimensiones. No hablamos de la libertad neoliberal de elegir: beber vino español o chileno, al cual se aferran los libertarios para suspender la primera condición del ser humano, su dignidad. Negar los DDHH como parte de un orden democrático es contradecir el valor de la justicia en tanto expresión de una ley igual para todos.
Julian Assange ya no necesita ser presentado. Su lucha es nuestra lucha, la lucha por la libertad de expresión: ¡una libertad cada vez más amenazada en nuestros días por la desinformación rampante y la «dictadura de opinión» que invade y corrompe cada vez más nuestras democracias! Quien controla la opinión pública controla el mundo, y los medios para manipular esa opinión pública son cada vez más sofisticados y están en manos de gobiernos, oligarcas y empresas monopólicas.
Un juez británico envió el caso de Assange a la ministra del Interior, Priti Patel, quien decidirá si el fundador de WikiLeaks debe ser extraditado a EE.UU. por la publicación de documentos confidenciales estadounidenses.
Un juez de Reino Unido ha ordenado este miércoles la extradición de Julian Assange, fundador de WikiLeaks, a EE.UU., donde deberá enfrentar un juicio acusado de espionaje por la filtración de documentos secretos estadounidenses que le podría acarrear una sentencia de hasta 175 años de cárcel.
Un juez de Reino Unido ha ordenado este miércoles la extradición de Julian Assange, fundador de WikiLeaks, a EE.UU., donde deberá enfrentar un juicio acusado de espionaje por la filtración de documentos secretos estadounidenses que le podría acarrear una sentencia de hasta 175 años de cárcel.
BREAKING: A UK judge has ordered the extradition of Julian Assange to the US where he will face a 175 year sentence for publishing
Esta orden judicial tiene lugar después de que el mes pasado la Corte Suprema de Reino Unido negara a Assange la posibilidad de apelar contra la decisión tomada por un tribunal inferior que resolvió que podía ser extraditado.
EE.UU. solicitó la extradición del fundador de WikiLeaks a las autoridades británicas para juzgarlo por 17 cargos de espionaje y uno de uso indebido de ordenadores, acusándole de haber ayudado a la analista de Inteligencia del Ejército de EE.UU. Chelsea Manning a robar documentación clasificada.
Por su parte, la defensa alega que Assange actuaba como periodista y que tiene derecho a la libertad de expresión, que protege la publicación de los crímenes cometidos por el Ejército estadounidense en Irak y Afganistán.
Tras la petición de extradición de EE.UU., desde 2012 Assange ha estado privado de libertad. Ese año se refugió en la Embajada de Ecuador en Londres, donde recibió asilo político y la nacionalidad ecuatoriana.
Sin embargo, tanto el asilo como la nacionalidad le fueron retiradas en 2019 por el entonces presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, por lo que inmediatamente fue detenido por las autoridades británicas. Desde entonces, se encuentra encarcelado en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, al sur de Londres.
Las organizaciones del MESC (Movimiento Estatal de Solidaridad con Cuba) condenamos rotundamente la decisión judicial británica de acceder a la extradición de Julian Assange a los Estados Unidos, donde puede ser condenado a una pena de más de 175 años de cárcel, por el “delito” de poner en manos del público mundial información sensible sobre los crímenes de Estados Unidos y otras potencias capitalistas, en especial durante las guerras de invasión contra Iraq y Afganistán.
Hace cincuenta años, cuando di a luz por primera vez como madre joven, pensé que no podía haber dolor más grande, pero pronto lo olvidé cuando sostuve a mi hermoso bebé en mis brazos.
Lo llamé Julian.Ahora me doy cuenta de que estaba equivocada. Hay un dolor más grande.El dolor incesante de ser la madre de un periodista galardonado, que tuvo el valor de publicar la verdad sobre los crímenes gubernamentales de alto nivel y la corrupción.El dolor de ver a mi hijo, que intentó publicar verdades importantes, manchado a nivel mundial.El dolor de ver a mi hijo, que arriesgó su vida para denunciar la injusticia, inculpado y privado del derecho a un juicio justo, una y otra vez.
Este viernes, el Tribunal Superior de Justicia de Londres aprobó la extradición del fundador de WikiLeaks a EE.UU.
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, ha criticado este viernes la decisión de la Justicia británica de aprobar la extradición a EE.UU del fundador de WikiLeaks, Julian Assange.
A Julian Assange lo metieron preso por lo que publicó. No por robar, no por matar, no por cometer actos violentos y mucho menos terroristas.
Ni siquiera lo metieron preso por lo que piensa. Fue por publicar a cualquier precio pero no cualquier cosa. No publicó chismes ni intimidades. Publicó filtraciones muy fuertes de Rusia y de China, además de Estados Unidos. Revelaciones de su Australia natal, de Kenia, Indonesia y Perú. Cruzó un límite cuando publicó cientos de miles de cables de embajadas estadounidenses, exponiendo los crímenes que esos cables detallan. Y pagó el precio. Por su defensa tecnológica del independentismo catalán había quemado sus últimos puentes con las potencias de la Unión Europea. Por eso lo metieron preso: por publicar hasta quedarse solo.
Londres, 7 nov (Prensa Latina) Julian Assange y su novia Stella Moris demandaron al gobierno británico por impedirles casarse en la cárcel donde espera una decisión legal sobre su extradición a Estados Unidos, anunció hoy la compañera del fundador de WikiLeaks.