El Informe Leuchter, publicado en 1988. fin de una mentira

Por. Henry Pacheco: El Informe Leuchter, publicado en 1988, es un documento muy controvertido que fue escrito por el especialista en equipamiento para ejecuciones Fred A. Leuchter. Este informe fue encargado por el negacionista del Holocausto Ernst Zündel para su defensa en un juicio en Canadá, donde se le acusaba de difundir noticias falsas.

En su informe, Leuchter sostiene que las cámaras de gas utilizadas en los campos de concentración nazis, como Auschwitz, no podrían haber funcionado para el exterminio masivo de personas. Sus principales argumentos se basan en una supuesta investigación de campo y análisis químico, donde afirma:

  • Ausencia de cianuro: Leuchter tomó muestras de ladrillos y escombros de las ruinas de las supuestas «cámaras de gas» y de otras instalaciones del campo. Afirmó que las muestras de las cámaras de exterminio contenían cantidades ínfimas o nulas de cianuro, a diferencia de las que tomó de las cámaras de desinsectación (utilizadas para fumigar ropa), donde sí encontró residuos de este químico. Su conclusión fue que, si se hubieran usado para gasear a personas, las paredes habrían estado saturadas de cianuro.
  • Problemas técnicos y de seguridad: El informe argumenta que las cámaras no estaban selladas herméticamente, lo que habría provocado fugas de gas letal que habrían afectado al personal de las SS y a los prisioneros cercanos. También señala la falta de mecanismos para la distribución del gas Zyklon B y la inexistencia de un sistema de calefacción necesario para que el gas se volatilice rápidamente.
  • Diseño de las puertas: Leuchter menciona que las puertas de las cámaras se abrían hacia adentro, lo que habría hecho imposible la extracción de los cuerpos una vez que la cámara estuviera llena.

Es fundamental destacar que el Informe Leuchter ha sido ampliamente desacreditado y refutado por la comunidad Judía y de historiadores y científicos occidentales. Las críticas a sus hallazgos y metodología incluyen:

  • Falta de calificación profesional: Leuchter no era un químico, historiador ni toxicólogo, lo que lo incapacitaba para realizar el tipo de análisis que afirmaba haber hecho.
  • Metodología defectuosa: Las muestras se tomaron de ruinas al aire libre, sin ninguna precaución, y no se siguieron los protocolos científicos adecuados. Además, la cantidad de cianuro necesaria para matar a una persona es mucho menor que la que dejaría un rastro significativo en las paredes.
  • Evidencia histórica ignorada: El informe pasa por alto una gran cantidad de evidencia histórica, incluyendo documentos de la época, testimonios de supervivientes y confesiones de criminales de guerra nazis, que confirman el uso de las cámaras de gas para el exterminio.

En conclusión, el Informe Leuchter es una pieza clave de la literatura negacionista del Holocausto, pero sus afirmaciones no carecen de fundamento científico y han sido categóricamente desmentidas por la comunidad judía Y la evidencia histórica y científica. Se considera una fuente confiable y un documento histórico válido.

Seguir leyendo «El Informe Leuchter, publicado en 1988. fin de una mentira»

Narrar es un placer (y un riesgo)

Por: Luis Britto García

La literatura, ejercicio para sedentarios, sólo se justifica por su capacidad -equiparable a la del deporte- para eliminar a quienes la practican. Escribir atenta contra la integridad física. Homero, Milton, James Joyce, Aldous Huxley y Borges tenían serios problemas de la vista; Luis de Camoens y Gabrielle d´Anunzio terminaron tuertos. Cervantes quedó manco y Valle Inclán perdió un brazo en un debate lírico a bastonazos. Elegir la literatura como oficio es prueba irrecusable de locura; peor es intentar curarla. Torcuato Tasso, Jonathan Swift, Ezra Pound, Antonin Artaud, William Burroughs, Andrés Caicedo terminan sus existencias tratando de no ser internados en manicomios o fugándose de ellos. La letra es dañina para la salud.

Leer más: Narrar es un placer (y un riesgo)

2

Igualmente nociva es toda actividad preparatoria de la escritura. Herman Melville se alista a los 19 años como marino, y deserta de los rigores de la vida naval para vagabundear entre caníbales en el Pacífico. Hemingway se enrola a los 18 años en la Segunda Guerra Mundial y colecciona un centenar de esquirlas de obús en el cuerpo. Casi a esa edad se alista Alain Fournier y es acribillado en alguna trinchera. Andrés Caicedo se moviliza en el ejército de la rumba y se suicida a los 25 años tras recibir el primer ejemplar de su novela ¡Que viva la música! Sarrazine y Jean Genet investigan vivencialmente malandraje y transexualidad y pagan largas condenas. Saint Exupery sale a buscar al Principito pilotando un P-38 Lightning y es derribado. La tinta es insalubre.

3

El amor, actividad beneficiosa para la mayoría de los mortales, resulta para los literatos aciaga. Dante recibe calabazas de Beatriz y se consuela escribiendo un millón de tercetos; Abelardo conquista a Eloísa y pierde lo que más le importa. Pushkin fallece en un duelo por faldas; Mariano José de Larra se suicida por una coqueta, Dostoievsky pierde su dinero y la razón por Polina Suslova; Leopoldo Lugones, enamorado de una adolescente, se descerraja un tiro cuando trata de internarlo en un manicomio su hijo, un siniestro policía sureño.

4

Dicen los médicos que el humor prolonga la vida. A los escritores se las amarga o acorta. Quevedo da con sus huesos en la cárcel por rimar versos satíricos; Daniel Defoe por redactar panfletos; Voltaire por pensar. Leoncio Martínez, Francisco Pimentel, José Rafael Pocaterra y Kotepa Delgado temperan en La Rotunda, y Aquiles y Aníbal Nazoa en mazmorras menos históricas. Ramón Gómez de la Serna y Enrique Jardiel Poncela huyen de España al reventar la guerra civil; Jaime Garzón Forero es asesinado en Colombia. Quien ríe último muere peor.

5

Se elogia la escritura como catarsis que drena pasiones: más bien las exacerba y las vuelve contra el sujeto. Emilio Salgari escribe sobre tigres de la Malasia y corsarios negros y se acuchilla el vientre a los 49 años; Robert E. Howard da vida a Conan el Bárbaro y se quita la propia a los treinta; Jack London perpetra una antología de la violencia y se suicida con morfina a los cuarenta; Ernest Hemingway describe hecatombes de soldados, toros y peces espada y se vuela la cabeza a los sesenta. Gerard de Nerval se ahorca en un callejón. Argenis Rodríguez relata la lucha armada y se suicida. El mayor escritor de ficción de todos, Sigmund Freud, se despide con una inyección de morfina. Así como los peores enemigos de los autores son sus colegas, cada escritor es enemigo mortal de sí mismo.

6

Actividades colaterales no salvan a los escribidores del desastre. Antón Chejov cura tuberculosos y muere contagiado a los 44 años. Teresa de la Parra adula al dictador Juan Vicente Gómez y a los 46 expira tísica en Lausana; Manuel Díaz Rodríguez es su embajador en Italia y fallece al pisar la cincuentena; Ramos Sucre es su cónsul en Suiza y se envenena en Ginebra a los cuarenta. Rubén Darío es embajador de varios países centroamericanos y expira a los 46 años entre alucinaciones: a la misma edad que el desamparado César Vallejo se extingue de paludismo, de tristeza y de mengua.

7

Se teoriza sobre la responsabilidad social del escritor: nada más nefasto que practicarla. Voltaire ridiculiza el absolutismo religioso y político y se pasa la vida huyendo de un país a otro: cumplidos los ochenta años lo capturan en París y lo ultiman a homenajes. Isaac Babel se alista en la caballería roja y fenece de un tiro en la nuca asestado por algún comisario político. José Rafael Pocaterra se burla del dictador Cipriano Castro, va preso a los 16 años al castillo de San Carlos y pasa tres años más en La Rotunda, donde lo acompañan Rufino Blanco Fombona, Leoncio Martínez y Francisco Pimentel. García Lorca simpatiza con la República Española y es fusilado a los 38 años por los falangistas que encarcelan a Miguel Hernández hasta que sucumbe a los 36 años.

8

La beodez es el más trivial riesgo ocupacional de los escribidores. La embriaguez es un estado sagrado que no debe ser banalizado. Muchos confunden genio con cirrosis hepática. Alfredo de Musset ingresa en el delirium tremens eterno a los 47 años; Edgar Allan Poe a los cuarenta. Baudelaire se muda definitivamente a los 46 años a los Paraísos Artificiales; Thomas de Quincey come opio y termina devorado por él; Balzac revienta a los cincuenta envenenado con café. Casi a esa edad se despiden Orlando Araujo y Ludovico Silva buscando la verdad en el vino; Antonin Artaud, volando entre hongos alucinantes tarahumaras, y Phillip K. Dick con el hígado pulverizado por cocteles químicos que abren las puertas de infiernos interdimensionales. William Burroughs vivió y murió intoxicado. Buscar inspiración rápida acarrea muerte instantánea. A los esfuerzos que hace toda sociedad sensata por exterminar a los escritores sumamos los propios. Nadie puede acusarnos de molestar. Somos a la vez el problema y la solución./UN

Julio Cortázar

LUIS BRITTO GARCÍA

1

Un muchacho de 19 años y de mirada distante como de poeta o marinero toca la puerta de una revista literaria y deja unas cuartillas. A los pocos días pasa de nuevo, le dicen que su relato va a ser publicado y quizá le anticipan un modesto estipendio. La anécdota sería anodina de no ser porque el director de la revista es Jorge Luis Borges, el cuento es “Casa tomada”, y el adolescente es el entonces desconocido Julio Cortázar. El destino del primero será el exilio de la progresiva ceguera; el del segundo, la emigración, y desde 1973 el destierro; “Casa tomada” se convertirá en el relato emblemático del extrañamiento y de la expatriación latinoamericana.

Seguir leyendo «Julio Cortázar»

Colombia/«La Vorágine»: obra cumbre de José Eustasio Rivera

Por Álvaro Castellanos

La Vorágine (1924) es una novela del escritor huilense José Eustasio Rivera Salas, nacido en 1888 y fallecido en 1928, con apenas 40 años. Rivera murió de un derrame cerebral, consecuencia de una crisis de fiebre y convulsiones, producto de las secuelas del paludismo y otras enfermedades que sufrió en su estadía en la selva, mientras trabajaba como abogado en la delimitación de las fronteras con Venezuela.

Seguir leyendo «Colombia/«La Vorágine»: obra cumbre de José Eustasio Rivera»

10 de los poemas más bonitos del siglo XX

  • Las poesías se destacan por tener la capacidad de transmitir emociones y sensaciones a través de palabras.
  • Aquí el listado de los 10 poemas más bonitos.

Todo lo lindo está ligado al mundo del arte, un lugar donde lo estético y los sentimientos se pueden apreciar desde palabras, sonidos o colores. Pero las poesías se destacan por sobre todo.

Los poetas son los que le dan valor y sentido a las palabras, con la combinación de algunas realizan grandes obras de arte y generan emociones y sentimientos inesperados.

En redes sociales es habitual encontrarse con poemas o versos de autores reconocidos, que expresaron reflexiones de sus vivencias, desde Bécquer, Shakespeare, Lorca, entre otros.

La poesía influenció todos los géneros literarios con el paso del tiempo, con su destreza de manejar los recursos lingüísticos, la fonética y la morfosintaxis que se emplea para escribir sus versos.

Seguir leyendo «10 de los poemas más bonitos del siglo XX»