Por: Gaspar Velásquez Morillo
En un contexto internacional marcado por la escalada de tensiones en el Medio Oriente y las acciones unilaterales de Estados Unidos, Venezuela enfrenta desafíos y oportunidades en su sector petrolero, clave para su recuperación económica. Con una producción en aumento —alrededor de 1,1 millones de barriles diarios—, el país requiere inversiones multimillonarias para superar limitaciones tecnológicas y modernizar su infraestructura. Sin embargo, la inestabilidad global y las medidas coercitivas unilaterales -o bloqueo- impuesto por Washington complican este escenario.
Petróleo Venezolano: Entre el Crecimiento y los Obstáculos
La producción petrolera venezolana muestra una leve pero significativa recuperación, impulsada por alianzas con socios como Rusia, China e Irán. No obstante, la falta de tecnología avanzada y la fuga de talento especializado exigen una reingeniería institucional y organizativa de Petróleo de Venezuela, PDVSA para una mayor eficacia y eficiencia. Además, el gobierno debe priorizar una planificación estratégica situacional que permita atraer capitales foráneos sin ceder soberanía, en un mercado global donde la competencia por inversiones es feroz.
Crisis en el Medio Oriente y sus Repercusiones
La reciente escalada bélica entre Estados Unidos e Irán, tras el ataque no autorizado por el Congreso estadounidense ni avalado por la OTAN, ha generado conmoción mundial ya que se abre las puertas a la Tercera Guerra Bélica, porque ya de por sí, estamos en una Guerra Mundial Económica propiciada por potencias imperialistas, liderada por la Administración estadounidense de Donald Trump. Analistas visualizan que el presidente Donald Trump busca desviar la atención de las críticas internas, como las deportaciones masivas y su polémica política migratoria. Para Venezuela, aliada de Irán, esta situación representa un riesgo adicional: nuevas sanciones o presiones económicas podrían afectar sus frágiles avances en la industria energética.
Alertas Internas: Vigilancia ante la Desestabilización
Mientras el gobierno venezolano busca blindarse ante amenazas externas, también debe anticipar acciones de actores internos que podrían aprovechar la coyuntura para promover la inestabilidad. El pueblo debe mantenerse alerta frente a posibles intentos de caotización, mientras las autoridades trabajan en minimizar el impacto de las sanciones y garantizar el flujo de crudo a mercados alternativos.
En conclusión, Venezuela navega en aguas turbulentas. Su capacidad para consolidar la producción petrolera, atraer inversiones y mantener la paz social dependerá de una estrategia geopolítica astuta y una gestión interna eficiente. El mundo observa, y cada movimiento cuenta.
gasparvelasquez4824@gmail.com
Blog Elmuraldegasparvelasquezmorillo.blogspot.com
